Bruselas busca arrojar luz sobre la banca en la sombra
El tamaño de la banca en la sombra alcanza ya los 75 billones de dólares, el 120% de PIB mundial, y un 46% se concentra en Europa frente al 33% de Estados Unidos.
La llamada banca en la sombra, los intermediarios financieros que no forman parte del sistema bancario tradicional ni están sujetos a su exigente regulación, tendrá un papel cada vez más relevante como fuente de financiación de la economía real.
Asi lo defienden desde el CFA Institute, una asociación global de profesionales en inversión que se financia con las cuotas de sus asociados, que reclama la necesidad de supervisar este sector para poder sacar partido de sus recursos advirtiendo eso sí que una excesiva regulación podría acabar con él.
En el marco de la constitución del Mercado Único de Capitales, la Unión Europea está dando los primeros pasos para comenzar a vigilar esta banca paralela y estudia recopilar los flujos financieros que emanan de ella para crear una enorme base de datos, revelan desde CFA.
“A nivel europeo tiene que haber un control del flujos de la banca en la sombra, ya que de lo contrario, puede ser peligroso”, exponía este miércoles Josina Kamerling, directora de regulación financiera de CFA, en la presentación de un informe sobre la banca en la sombra.
El Consejo de Estabiliad Financiera estima que el tamaño de la banca en la sombra alcanza ya los 75 billones de dólares, el 120% de PIB mundial. Un 34% se concentra en la zona euro y otro 12% en Reino Unido, lo que suma un 46% en Europa frente al 33% en EE UU.
Pese a los tintes negativos de su sobrenombre, Kamerling, aseguró que este segmento tiene un efecto “positivo” en el mercado al aportar nuevos recursos para financiar a la economía real.
“La financiación de la banca en la sombra en Europa está focalizada en la gran empresa, no llega a las pymes”, admite, sin embargo, Kamerling, que reclamó una además una homogeneización europea del término pyme que permita a los inversores saber siempre en qué terreno de juego están jugando.
A partir de ahí, en todo caso, Kamerling considera que a largo plazo la banca en la sombra supondrá una fuente de financiación regular para empresas de un tamaño menor cada vez.
. Un factor clave, aseveró, será el mercado de titulización de créditos a pymes, en el que de momento será la banca tradicional quien juegue un papel fundamental al conceder esa financiación, empaquetarla y revenderla ofreciendo toda la información crediticia necesaria para los inversores.
A medio plazo, en todo caso, desde CFA esperan que las propias pymes ofrezcan información sobre su situación crediticia que les permita unirse a otras empresas de su categoría para realizar emisiones conjuntas.