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Redes sociales, aplicaciones móviles, páginas webs especializadas....

La tecnología, cómplice de la inversión

La industria va introduciendo nuevas herramientas para ofrecer mayor transparenciaal cliente sobre sus productos

La utilización de las redes sociales para conversar con la comunidad financiera, herramientas que permiten en un solo clic o toque de tecla dar órdenes de venta o compra a nuestros gestores o asesores, aplicaciones móviles o para tabletas que nos muestran con el máximo detalle la evolución de nuestras inversiones, páginas especializadas desde las que acceder a la información que más nos interesa a cada uno de nosotros o la incipiente digitalización de la banca personal.

La tecnología, poco a poco, va encontrando su sitio entre las entidades de inversión y los asesores financieros, y el inversor final, un cliente que quiere tener cada vez más información, y más inmediata, sobre sus productos y poder así tomar sus propias decisiones.

Sin embargo, no todos los protagonistas de esta ecuación se comportan con igual decisión a la hora de echar mano de las nuevas tecnologías para acercarse a los clientes. Esas reticencias empieza a preocupar en el sector financiero, consciente de que quien no sepa adaptar su negocio a los requerimientos de las nuevas generaciones de inversores, se quedará descolgado.

Pese a todo ello, hay entidades de inversión que todavía piensan que un exceso de información o las facilidades de acceso al usuario harán a este demasiado independiente, hasta el punto de perderlo como cliente. Ese es uno de los temores más comunes entre las entidades más tradicionales del sector financiero.

Quien no sepa adaptar su negocio a los requerimientos de las nuevas generaciones de inversores, se quedará descolgado

“La democratización de la tecnología está provocando que los usuarios tengan cada día más información y poder en tiempo real, lo que les permite tomar decisiones más rápidas y acertadas. Esto debe exigir a los proveedores financieros ser más rápidos, transparentes y eficientes, y deberán apoyarse en las nuevas tecnologías y en la innovación para poder seguir compitiendo”, asegura Rodrigo García de la Cruz, director del Programa de Innovación y Tecnología Financiera del IEB, quien está convencido de que el sector deberá utilizar las nuevas tecnologías y tendencias “como el big data, el cloud computing, el canal móvil o el social business. Todos ellos serán la palanca para generar nuevos productos y servicios digitales”.

“Está claro que quien no asuma que la tecnología ha llegado para quedarse no tiene futuro en el sector. Pero la tecnología no será suficiente, junto a ella, los ahorradores demandarán cada vez más el apoyo y el acompañamiento de un profesional, un asesor financiero que le ayude a tomar de decisiones y a interpretar y utilizar la información”, apostillan desde Banco Mediolanum.

Ana Jurado, directora de marketing de Tressis, por su parte, cree que “si hablamos del cliente de gestión de patrimonios, siempre va a necesitar recomendaciones personalizadas, trajes a medida que solo los profesionales podemos diseñarle. A nuestro cliente le gusta sentarse con el asesor y charlar”.

Tressis, nacida ya en plena era de internet, lleva años en las principales redes sociales y, lo que es más importante, segúnJurado, “con una estrategia clara de qué hacer en ellas y mucha agilidad para responder a los intereses o dudas de los inversores. Hay que tener claro cuál es el negocio y lo que ofrecemos”, indica.

Conocer a la competencia

Entre las herramientas surgidas en este proceso de digitalización de los servicios de inversión las hay de todo tipo, incluidas las que aportan información de lo que hacen otros. Aquí encontramos InstitutionalFundSales, que proporciona a gestoras la posición de inversores institucionales en fondos de terceras gestoras y permite analizarlas por cartera, cliente, categoría y competidor.

A este respecto, Ivan Monème, responsable de comunicación de Carmignac Gestion, opina que la comunicación digital es “el canal más eficaz durante periodos de volatilidad en los mercados, ya que es el medio más rápido. Sin embargo, hay que tener cuidado en la obsolescencia de lo que se dice en los medios sociales, especialmente cuando tiene que ver con escenarios que se mueven tan rápido como los mercados”.

Optimizar la gestión

Javier Flores, responsable del servicio de estudios y análisis de Asinver, reconoce que “el uso generalizado de internet para realizar gestiones de relación con los clientes representa no solamente un ahorro para la industria del asesoramiento, sino que permite además optimizar la gestión y hacer un mejor seguimiento de resultados”, por lo que aporta transparencia. No obstante, también cree que el cliente acoge positivamente las soluciones tecnológicas, “siempre que tenga la posibilidad simultánea de acudir a un asesoramiento personalizado allí donde lo digital no alcanza a entender su concreta necesidad, ya sea de modo telefónico, presencial o mediante soluciones intermedias. Lo importante es que el cliente no se vea atrapado en el automatismo”.

El cliente quiere cada vez más información y nuevas vías para accedera ella

Martín Huete, experto en el sector de inversión y que acaba de estudiar la presencia de las gestoras españolas en las redes sociales –van poco a poco desembarcando en ellas–, asegura que “el sector financiero se encuentra bajo una inmensa presión y tiene que actuar con urgencia si no quiere verse absolutamente desbordado por la revolución digital”, y para evitarlo considera fundamental entender el tsunami que estas tendencias digitales van a provocar en los servicios financieros, “que si todavía no se ha producido es porque sigue siendo un sector muy protegido y con altas barreras de entrada por legislación y por la elevada edad media actual de los clientes”.

Lo cierto es que el cliente quiere cada vez más información y nuevas vías para acceder a ella. De hecho, especialistas tecnológicos hasta ahora centrados en proveer soluciones para entidades financieras han empezado a pensar en abrir sus herramientas al inversor final.

Este es el caso de TechRules. Su director general, Jaime Bolivar, admite que “últimamente gran parte de nuestra demanda reside en proveer soluciones para que el usuario final también intervenga directamente en la toma de decisiones”. De hecho, acaban de lanzar una nueva solución financiera pensada para dar respuesta a ambas partes, asesores y cliente final.

En cuanto a los usuarios profesionales, “si bien es cierto que no todas las entidades ni profesionales están en la misma línea de salida para aceptar y acometer los cambios tecnológicos que la industria financiera está ya experimentando, en TechRules tenemos claro que aquellos que lo hagan de manera profesional y eficiente apoyándose en la tecnología estarán mucho mejor preparados de cara al futuro y a sus clientes”.

Adaptarse es la única opción para sobresalir

Los inversores valoran las herramientas disponibles en el mundo digital sobre planificación financiera que ofrecen, sobre todo, formación para la inversión, planificación financiera avanzada y análisis de escenarios. Estas tendrán un fuerte impacto en la forma en la que los asesores financieros conectan con los inversores y en el uso que estos hacen de sus servicios. De esta manera, las sociedades de gestión de patrimonios que las promueven para ofrecer un mejor servicio a los inversores pronto estarán en los primeros puestos del sector.Esta es la principal conclusión de un informe de Accenture realizado entre 1.200 inversores europeos, de los que 180 eran españoles, y que concluye también, según Alfredo Ávila, director de servicios de gestión de activos y patrimonio de Accenture, que la generación del baby boom “prácticamente podrían describirse como ‘analógicos’ mientras que los millennials son prácticamente ‘digitales”.Así, en la encuesta realizada a los inversores españoles “se ve claramente que los millennials empiezan a demandar un asesoramiento más puntual de expertos frente al asesoramiento completo. Su demanda pasa por acceso a información de mercado relevante, información de expertos, herramientas de simulaciones de escenarios y capacidades de acceso a Bolsa (ejecución directa)”, aclara Ávila, quien cree que, ante este escenario, los asesores “deben focalizarse, apalancados en las nuevas tecnologías, en el conocimiento histórico del cliente y en brindar una oferta totalmente personalizada”.

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