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La EBA propone un nuevo modelo para unificar la supervisión

El BCE evaluará a la banca con una nota del 1 al 4

BORIS ROESSLER (EFE)
Nuria Salobral

La supervisión única para los 120 mayores bancos de la zona euro a cargo del Banco Central Europeo que rige desde principios del pasado noviembre está suponiendo un profundo proceso de adaptación para el conjunto del sector financiero europeo. De entrada, y como paso previo a la supervisión única, las entidades tuvieron que someterse a una valoración de sus activos y a una prueba de estrés que ha dejado una foto de situación de la salud y solvencia del sector. Ha sido el punto de partida para comenzar a unificar criterios, de modo que la forma de provisionar riesgos y de calcular el capital en función a los riesgos en balance termine por ser común al conjunto de la banca de la zona euro.

El camino va a ser largo pero el BCE está dispuesto a dar uniformidad al sector y a ejercer con determinación su labor de supervisión, para lo que contará con las directrices de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), que va marcando la hoja de ruta. Así, el supervisor europeo, dentro de su nueva tarea de vigilancia de los bancos, establecerá un sistema de valoración para las entidades financieras, a las que calificará con una escala del 1 al 4. El 1 para las entidades más débiles y el 4 para las más fuertes.

Es una de las guías de actuación para el supervisor que ha establecido la EBA, en el desarrollo de la directiva comunitaria por la que se implementará una metodología común en los procesos de evaluación de la supervisión bancaria.

El objetivo de la EBA es que la nueva escala de valoración de la banca del 1 al 4 comience a aplicarse en enero de 2016, si bien el proyecto está aún sometido a consulta pública. La directrices de la EBA marcan que la calificación que el supervisor europeo conceda a cada banco se determine en función de cuatro variables: el análisis del modelo de negocio, la valoración de la gobernanza y de los mecanismos internos de control, el estudio de los riesgos y de la adecuación del capital a esos riesgos y el análisis de la liquidez y de unas adecuadas fuentes de liquidez para cubrir riesgos.

Así reza en el borrador de la EBA, donde se detalla además que la calificación final tendrá en cuenta el análisis de esos cuatro aspectos –modelo de negocio, gobierno corporativo, capital y liquidez– más las observaciones que haya realizado el supervisor en los 12 meses previos, junto a “cualquier otro acontecimiento que hayan llevado a la autoridad competente a cambiar su visión de la institución respecto a su riesgo y viabilidad”, según explica el documento de la EBA.

Otro de los matices que reconoce la EBA en la escala de valoración de los bancos es la importancia sistémica de cada institución y el alcance transnacional de su actividad. Y reserva una última calificación –con la letra F– para las entidades no viables, en definitiva para aquellas en quiebra o en riesgo de caer en ella –“failling or likely to fail”, según explica el documento–.

Desafío regulatorio

“La valoración subjetiva del supervisor será muy importante”, reconocen fuentes del sector, en un nuevo modelo de supervisión en el que pesará no solo el componente cuantitativo sino también el cualitativo. “Se va a mirar mucho cómo se hacen las cosas, cuál es el comportamiento del equipo gestor. Habrá que tenerlo todo muy bien documentado”, explican. Así, al sector financiero le aguarda no solo el desafío de seguir reforzando sus ratios de capital, sino también un profundo proceso de adaptación en su operativa interna y en la metodología empleada hasta el momento para contabilizar y calibrar riesgos, que deberá cumplir con todos los nuevos requerimientos del supervisor.

Sabine Lautenschläger, miembro del comité ejecutivo del BCE y vicepresidenta del consejo del Mecanismo Único de Supervisión, ya avanzó el pasado noviembre que la actividad del supervisor será “intrusiva e imparcial”, con el objetivo de establecer un terreno de juego claro para el sector con el que fortalecer el sistema financiero en su conjunto. El primer paso ya fue el asset quality review o (AQR), que comenzó a unificar criterios para la provisión de riesgos, uno de los muchos aspectos que desde noviembre juzga el BCE.

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Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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