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El inversor podrá deducirse en el IRPF el importe cobrado como retribución

Cómo ahorrar 4.500 euros en impuestos con el superdividendo de Endesa

El presidente de Endesa, Borja Prado.
El presidente de Endesa, Borja Prado. EFE

Endesa ha pagado hoy un megadividendo de 13,8 euros por título en el mayor pago del dividendo de la historia bursátil en España. Los accionistas de Endesa se han embolsado un importe que supone una rentabilidad en el entorno del 45% respecto al precio de cierre de ayer, pero aún pueden sacar más partido a esta retribución extraodinaria gracias al tratamiento fiscal de los dividendos.

Con carácter general, el cobro de diviendos tributa al 21% en este año, pero los primeros 1.500 euros obtenidos por este concepto están exentos de tributar. Con la reforma fiscal que pondrá en marcha el Gobierno a partir del 1 de enero, esta exención desaparece. Solo por esto, el ahorro respecto al año que viene para el contribuyente que obtenga 1.500 euros por el pago del dividendo ascenderá a 315 euros. A partir del próximo año desaparece esta exención fiscal pero el tipo al que tributarán los dividendos bajará al 20% el próximo año y al 19% en 2016. Para rendimientos del ahorro de entre 6.000 y 24.000 euros, el tipo al que se tributa es del 25% y bajará al 22% en 2015 y al 21% en 2016. Por encima de 24.000 euros, se paga el 27%. El próximo año cambiarán los tramos y para los rendimientos de entre los 6.000 y los 50.000 euros el tipo será del 22% y del 21% en los dos próximos años, mientras que de 50.000 en adelante pasará a ser del 24% y del 23%.

Una segunda recomendación para los accionistas de Endesa tiene que ver con la tributación fiscal por la venta de las acciones y la posibilidad de general minusvalías fiscales. Así, cuando una compañía paga un dividendo este se descuenta del precio de la cotización. De esta forma, si los titulares de acciones de la compañía eléctrica venden los títulos después del pago del dividendo, lo normal es que tengan una pérdida desde un punto de vista fiscal similar a la cuantía del dividendo, pero en realidad es una minusvalía ficticia porque el accionista ha cobrado el dividendo. Así, las acciones, que ayer cerraron a 29,1 euros, hoy cotizan a 15,1 euros (29,1-13,8=15,3).

Por tanto, el inversores que venda acciones poco después del cobro del dividendo genera una pérdida fiscal de menos de un año. Salvo que la compense con otra plusvalía que también sea de menos de un año, podrá descontar ese quebrante –en realidad, meramente contable puesto que se ha embolsado la diferencia en forma de dividendo– de sus rentas normales (base imponible general) en hasta un 10%.

Pongamos un ejemplo. Si ayer un invesor destinó 10.000 euros a comprar acciones de Endesa, que cotizaban a unos 30 euros, obtuvo 333 títulos de la compañía. Hoy, con el pago del dividendo extraordinario, ha obtenido 4.595 euros en dividendos (13,8 euros por cada acción). Pero el pago del dividendo se descuenta de la cotización, por lo que eso que ayer valía 10.000 euros hoy cae a 5.405. Por tanto, si este inversor hipotético vende los títulos después del cobro del dividendo habrá generado una minusvalía fiscal de 4.595 euros.

"Las minusvalías de menos de un año se pueden compensar de la base imponible general en hasta un 10% y, si no se puede, habrá cuatro años en los que se pueden conservar esas minusvalías", explica Luis del Amo, asesor fiscal del Consejo General de Economistas. En primer lugar, esas minusvalías se compensarán con las posibles plusvalías generadas a menos de un año y después con la base imponible general donde se incluyen, por ejemplo, los rendimientos del trabajo. Existe el tope del 10% y la base no puede ser negativa –el inversor nunca recibirá más dinero del que le han retenido–, pero hay cuatro años para compensar esas minusvalías.

Así, en el caso de un inversor que gana 40.000 euros al año en rendimientos del trabajo y genera en Bolsa minusvalías por 5.000 euros, el 10% de su base imponible sería 4.000 euros, por lo que esta quedaría descontando esas pérdidas en 35.000 euros. Por esos 4.000 euros en su trabajo le habrán retenido unos 1.400 euros que podrá recuperar gracias a esta minusvalía, y aún le quedarán otros 2.600 euros para descontarse en los próximos ejercicios.

Eso sí, los inversores deberán tener en cuenta que ha de cumplir unas condiciones para poder beneficiarse de estas ventajas fiscales. Si los accionistas de Endesa quieren sacar partido de la minusvalía fiscal no podrán comprar de nuevo acciones de esta compañía en un plazo menor de un año. En caso de que un accionista de la compañía venda los títulos nada más cobrar el dividendo y al día siguiente vuelva a invertir en la compañía, las minusvalías generadas por ese cobro no se podrán compensar.

A partir del próximo año, cuando entre en vigor la reforma fiscal, desaparecerá la diferencia entre las minusvalías generadas a más de un año y a menos de un año. Actualmente, las que superan ese plazo pasan a formar parte de la base del ahorro y solo se puede compensar con plusvalías generadas a más de un año.

Un último consejo para los accionistas de Endesa que decidan generar esta minusvalía para sacar todo el partido posible desde un punto de vista fiscal al cobro del dividendo es que las acciones de la compañía, naturalmente, siguen cotizando en el mercado y su precio puede variar, al alza o a la baja, durante el periodo que transcurra entre la compra y la venta. Por tanto, en estos dos meses la cotización varía y esto podría suponer pérdidas o ganancias para los accionistas.

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