"La rentabilidad del bono ya tocó suelo; preferimos la Bolsa"
Es vicepresidente y responsable de la estrategia de inversiones en renta fija de la gestora estadounidense Loomis Sayles & Company, que mueve un patrimonio superior a los 200.000 millones de dólares. Su visión sobre España, donde distribuye sus fondos de inversión a través de Natixis, coincide con el tono optimista que predomina entre los inversores extranjeros: el país se ha convertido en un destino atractivo de inversión por la limpieza en profundidad de su banca y las reformas estructurales que están permitiendo ganar competitividad. Y se muestra rotundo al negar la existencia de una burbuja en el mercado de deuda soberana, aunque sí reconoce que la rentabilidad del bono español puede haber tocado suelo.
¿Cómo valora las últimas medidas anunciadas por el BCE para reactivar la economía de la zona euro?
Estamos muy impresionados de ver que finalmente Mario Draghi está poniendo todas las opciones sobre la mesa. Y esperamos que haya una compra de bonos de titulización (ABS o asset back securities, por sus siglas en inglés), aunque esto no ocurrirá hasta que se haya celebrado el test de estrés a la banca europea y se conozcan los resultados.
¿Cree que el BCE va a tener éxito en su objetivo de impulsar el crédito bancario?
Primero tenemos que ver cómo se aplica la línea de liquidez condicionada a la concesión de crédito (TLTRO), aunque es de esperar que los bancos empleen parte en hacer carry trade. Y para que se reactive el crédito en países como Italia o España aún tenemos que ver una caída adicional del coste de financiación. Los spreads han caído en la deuda soberana pero todavía son elevados para la financiación de las pymes. En Estados Unidos, el quantitative easing (QE) no ha sido especialmente efectivo. Lo ha sido para los mercados financieros pero no tanto para la economía real. Y no esperamos que el plan del BCE vaya a ser mucho más efectivo en ese sentido. Primero tenemos que esperar al test de estrés y a que siga descendiendo el coste de financiación. Una fórmula sería la compra de ABS, pero el mercado de titulizaciones continúa parado en Europa y es necesario que la regulación lo haga más sencillo.
¿Cree que existe el peligro de una burbuja de deuda en la zona euro? ¿Se puede acentuar con la gran inyección de liquidez que se espera?
No, no creo que haya una burbuja en absoluto. En la zona euro hay un entorno de baja inflación y bajo crecimiento y es cierto que eso convive con rentabilidades de la deuda muy bajas, pero no hay en absoluto un entorno de burbuja. Los bonos no se van a mover hacia ese territorio, nos podrían preocupar más otros tipos de activos, como los inmobiliarios o la Bolsa. En general, en Europa los valores cotizan a su valor en libros, sin descuento, las acciones en Italia o España cotizan a niveles muy altos, superiores a lo normal. Están descontando que los beneficios tengan un crecimiento realmente fuerte y es un riesgo para las Bolsas europeas de cara a fin de año si esa expectativa no se cumple. Aunque este no sea nuestro escenario central. En definitiva, en lugar de hablar de burbuja habría que hablar más bien de activos sobrevalorados. Tampoco vemos burbujas a nivel global.
¿Hay que tener cautela entonces con la Bolsa o es, en cualquier caso, mejor apuesta que la renta fija?
Preferimos la Bolsa. Los bajos tipos de interés empujan a tomar riesgo en la renta variable, aunque la mayor parte del mercado cotice cerca de valor en libros y no esté barato. En los _mercados emergentes, las Bolsas sí están más baratas que en los países desarrollados, pero el perfil de crecimiento de las empresas no es tan fuerte en cambio como en Europa o Estados Unidos.
¿Cómo ve el mercado español? ¿Es buena oportunidad de inversión?
Sí. España nos resulta muy atractiva por la mejora de la productividad, la caída de los costes laborales y la increíble reestructuración del sistema financiero y el reconocimiento de los activos tóxicos que soportaba el sector. Hay que reconocer que la inflación es muy baja, aunque se trata de un problema común al conjunto de la zona euro que está combatiendo el BCE. Y en España ha sido la consecuencia para lograr la mejora de la competitividad, incluso en mayor medida que lo registrado en Portugal o Italia.
¿También es atractiva la deuda española después del rally?
Creo que estamos ya ante un suelo en la rentabilidad de los bonos españoles. Han llegado a colocarse en línea con los estadounidenses y es posible que queden anclados en los actuales niveles gracias a las políticas del BCE.
¿Qué opinión le merece la reforma fiscal anunciada por el Gobierno? ¿Cree que peligra el cumplimiento del objetivo de déficit?
Nos parece una buena noticia. España ha sido seria en el cumplimiento de la disciplina fiscal y el mercado se lo reconoce. Y creo que lo importante de la reforma fiscal es el efecto que pueda tener sobre el crecimiento. Es el tiempo para los estímulos fiscales, no tanto para la austeridad.
Volatilidad ante el referéndum catalán
La visión de la gestora estadounidense Loomis, Sales & Company sobre la economía española es positiva, si bien hay un punto claro de incertidumbre, el referéndum independentista convocado en Cataluña para el próximo 9 de noviembre. “Es un elemento potencial de volatilidad y puede influir en los inversores internacionales porque no tienen claras las implicaciones ni los límites que establece la Constitución española”, advierte Tom Fahey.
El discurso reiterado del presidente Mariano Rajoy insiste en que la Constitución española impide de forma rotunda la existencia de una Cataluña independiente y recuerda que la única manera de someterlo a consulta popular es la reforma de la Carta Magna. Pero los inversores parecen no tenerlo tan claro, aunque no sea un aspecto prioritario en su análisis de la economía española. “Nos gustaría que el Gobierno español comunicara de forma más efectiva cuál sería el impacto del referéndum y qué permite hacer la Constitución, qué significa la consulta. Porque no está claro y el resultado puede sorprender al mercado. Es importante que los inversores sepan cuáles son los límites de la Constitución”, apunta Fahey. En cualquier caso, y a pesar de todas las incertidumbres, el gestor también afirma que “la probabilidad de una Cataluña independiente es cero”.