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Los expertos descartan un escenario deflacionista en la zona euro

Los focos de atención para el inversor

Vista de un símbolo del euro a las puertas del Banco Central Europeo (BCE), en Fráncfort (Alemania).
Vista de un símbolo del euro a las puertas del Banco Central Europeo (BCE), en Fráncfort (Alemania).EFE
Gema Escribano

A finales de enero fueron los países emergentes y semanas después, las tensiones entre Ucrania y Rusia. Estos dos acontecimientos sorpresa pillaron con el pie cambiado a los inversores. Su incidencia, aunque limitada, sirvió para disparar las alertas y consolidar los avances que se venían registrando desde finales de 2013.

Con un mayor apetito por el riesgo, algo que ha quedado reflejado en la entrada de dinero tanto en el mercado de renta variable como en el de renta fija periférica –la deuda española en manos de inversores extranjeros continúa en zona de máximos según datos del Tesoro–, los inversores vuelven a mirar hacia los bancos centrales. Las conclusiones de las últimas reuniones de la Fed y el BCE demuestran que las medidas sobre política monetaria seguirán marcando el ritmo de los mercados. Mientras en la eurozona el fantasma de la deflación es visto como la principal amenaza, en EE UU la reducción del volumen de compra de deuda y la subida de tipos a partir de 2015 se convierten en los principales referentes.

A la espera de conocer si el BCE pone en marcha medidas no convencionales para afianzar la recuperación o si la economía americana responde a la retirada de la respiración asistida, los inversores tienen la vista puesta en los resultados trimestrales. Junto a las cuentas empresariales, los indicadores macroeconómicos permitirán confirmar si la recuperación es tal y como auguran instituciones y Gobiernos. Como principales elementos de incertidumbre se encuentran la evolución de los países emergentes, con China y su transformación económica a la cabeza, la resolución al conflicto de Ucrania, las elecciones europeas del 25 de mayo y los avances en la Unión Bancaria. Conforme avancen los meses, los test de estrés a la banca europea y sus efectos irán adquiriendo protagonismo.

BANCOS CENTRALES: La política monetaria ‘verbal’ del BCE será suficiente

El dato de IPC de marzo disparó las alertas. El temor a que la eurozona entre en una espiral deflacionista llevó a Mario Draghi a sacar la misma arma que en septiembre de 2012 puso freno a la escalada en las rentabilidades de la deuda periférica: la palabra.El firme compromiso de adoptar las medidas que sean necesarias –entre las que se incluyen un Quantitative Easing a la europea– fue más que suficiente para que los inversores apostaran por las compras y sacaran a las Bolsas de su atonía. Sin embargo, una semana después de aquella intervención, la sensación de incertidumbre vuelve a apoderarse de los mercados europeos y, siguiendo las palabras de Asoka Wöhrmann, codirector financiero de Deutsche Asset & Wealth Management, evidencia que los bancos centrales seguirán siendo los que marquen el ritmo en los próximos meses.

La pregunta ahora es ¿actuará Draghi?, y si es así, ¿cuándo?La unanimidad que existió entre los miembros del BCE en la pasada cita se traslada a los expertos consultados que defienden la idea de que la institución europea no tomará ninguna medida inmediata.

“En la próxima reunión, la que se celebre en mayo, el BCE dispondrá del dato de IPC de abril y, como ya indicó Mario Draghi, este será superior al de marzo, coincidiendo con la Semana Santa”, dice Natalia Aguirre, directora de análisis y estrategia de Renta 4. Este incremento será suficiente para alejar el fantasma de la deflación, al menos en el corto plazo. “En los niveles actuales, el BCEno va a intervenir, y si el IPC, como todos esperan, repunta, no existe urgencia para que ponga en marcha alguna de las medidas no convencionales”, matiza Aguirre. “La política monetaria verbal del BCE sirve, como ya se ha demostrado, para apartar a los especuladores del mercado e inyectar tranquilidad en los inversores”, afirma Rafael Romero, director del departamento de inversiones de Unicorp Patrimonios.

Por su parte, Gero Jung, economista jefe de Mirabaud, señala que la compra de deuda solo se producirá si se cumplen tres condiciones.La primera de ellas es que la inflación real caiga por debajo de los niveles actuales del 0,5%. La segunda, que resurjan las tensiones en los mercados monetarios, y la tercera, que las expectativas de inflación disminuyan sustancialmente.

Siguiendo con los bancos centrales, el otro foco de atención estará puesto en la Reserva Federal. La publicación de las actas de la reunión de marzo evidencia un cambio en el lenguaje. Por primera vez se empieza a hablar de una subida de tipos, pero a diferencia de lo que se pensó en un primer momento, esta no será inmediata y estará ligada a la macroeconomía.

Así, tanto desde Renta 4, como desde Inversis Banco consideran que el banco central estadounidense continuará reduciendo mes a mes en 10.000 millones de dólares su programa de compra de bonos. Una vez concluido el programa, los tipos podrían subir, pero estos permanecerán en zona de mínimos históricos durante un periodo prolongado.

EMERGENTES: La transformación económica de China

La debilidad mostrada por China en las últimas semanas puede pasar factura al ánimo de los inversores. Desde hace 12 meses, los discursos que versan sobre el cambio de modelo económico del gigante asiático sobrevuelan el mercado, pero están siendo los últimos datos macro, como el de importaciones y exportaciones, los que corroboran estas transformaciones. El paso de una economía basada en el exterior y la inversión en infraestructuras a otra de índole desarrollado cuyos pilares son el consumo privado y el sistema financiero no es algo que vaya a suceder de la noche a la mañana, sino que, como indica Fernando Hernández, director de gestión de Inversis Banco, “existe margen para que los cambios y saneamientos se realicen poco a poco y no de manera brusca”. Uno de los principales problemas a los que se enfrenta esta economía no es el de la temida desaceleración –aunque ya no crezca a doble dígito, sus cifras siguen siendo altas–, sino a la reducción de su deuda.

Desde Mirabaud tampoco se muestran alarmados . “Creemos que el crecimiento del país se estabilizará en los próximos meses”, afirma Gero Jung. En cuanto al sistema financiero, desde la firma suiza consideran que los temores son exagerados. “El sistema bancario en la sombra sigue siendo pequeño en China, especialmente en relación con el sistema financiero en general.Es importante destacar que el sector público sigue teniendo una participación significativa en la mayoría de instituciones bancarias y que las reservas del banco central continúan siendo abundantes”, concluye.

En referencia al resto de países emergentes, los mismos que a finales de enero hicieron tambalear el mercado y decidieron subir tipos y devaluar sus monedas, los analistas opinan que seguirán generando incertidumbre, pero no lo ven como una amenaza.De hecho, lo ocurrido en el primer trimestre es una consecuencia lógica: ante la menor inyección de liquidez por parte de la Fed, los inversores decidieron ajustar sus carteras y retornar a los países desarrollados que, tras los ajustes, ya no suponen ningún riesgo. Por contra, estos países en proceso de desarrollo empiezan a mostrar grandes desequilibrios, con tasas de inflación muy elevadas y fuertes endeudamientos

En Cortal Consors esperan un mejor comportamiento de los frontera frente a los emergentes tradicionales y empiezan a ver valor en la renta fija de estos países para los perfiles más arriesgados y previa selección de países y productos.

GEOPOLÍTICA: Con Ucrania en el ojo del huracán

Los conflictos geopolíticos pueden ser otro de los elementos desestabilizadores de los mercados financieros. El último ejemplo, que todavía seguirá dando de qué hablar, son las tensiones entre Ucrania y Rusia.

A comienzos de marzo se dispararon todas las alertas cuando fuerzas supuestamente rusas invadieron Crimea.El 16 de marzo se celebró un atribulado referéndum independentista y días después la región pasó a ser un país supuestamente independiente no reconocido por la comunidad internacional, pero bajo el padrinazgo del gobierno de Vladimir Putin.En las semanas que duró el proceso de revueltas y votaciones, los mercados, especialmente algunas plazas bursátiles como el Dax alemán, aprovecharon para recoger beneficios. Pero no solo fue la renta variable la que se tensionó. Los temores a un enfrentamiento provocaron cambios bruscos en las divisas y el incremento de los precios de las materias primas.

Cuando todo parecía calmado, otros territorios del este de Ucrania, como las ciudades industriales de Donestk, Jarkov o Lugansk registraron ocupaciones de edificios oficiales por parte de manifestantes prorrusos, hasta provocar la intervención del ejército de Kiev para recuperar enclaves estratégicos, en lo que se considera una operación antiterrorista, y en medio de conversaciones telefónicas de Merkel u Obama con Putín para rebajar la tensión. Lo cierto es que el riesgo de guerra civil o choques armados aislados sigue latente, y sus consecuencias económicas, también.

Además de las sanciones impuestas a Rusia, existe la posibilidad de que se desate una batalla energética después de que Putin haya amenazado con dejar de suministrar gas a Kiev si Ucrania no desembolsar los 2.200 millones fruto de los impagos de gas. Todo ello puede desembocar en una crisis gasística que termine salpicando a la Unión Europea. Según cálculos recientes, el 30% del gas que consume la Unión Europea, especialmente Alemania, procede de Rusia, y la mitad se distribuye vía Ucrania.

La ayuda de 11.000 millones que la Comisión Europea acordó entregar a Ucrania puede ser empleada para hacer frente a estas obligaciones antes de que Putin cumpla su amenaza. Aunque España no tiene tanta dependencia energética delEste –el grueso de sus importaciones de gas proceden del norte de África–, la Bolsa se contagiaría del resto de plazas europeas, añadiendo un obstáculo más en su carrera hacia los 11.500 que algunos estiman.

PREVISIONES: Los resultados y el PIB marcarán el paso

En las próximas semanas las compañías comenzarán a publicar sus resultados trimestrales. Los expertos consideran que las cifras que den a conocer se convertirán en el catalizador más inmediato. No se esperan grandes sorpresas, pero como señala Rafael Romero, director del departamento de Unicorp Patrimonios, lo importante es que las que haya no sean negativas. Es decir, que los datos que divulguen las compañías no se encuentren por debajo de las estimaciones del mercado.

Junto a los resultados trimestrales, los analistas apuntan con el dedo a los principales indicadores económicos. Estos servirán no solo para guiar el comportamiento de los inversores, sino que son los que en última instancia marcarán la pauta a seguir por los bancos centrales tal y como ha quedado patente en las pasadas reuniones de la Fed y el BCE.

“A nivel mundial se puede vislumbrar que la recuperación económica se está afianzando en las economías avanzadas, ya que hoy por hoy existe poca preocupación de los inversores por la deuda, la cual ya está normalizada y era, hasta hace poco, uno de los grandes caballos de batalla en la lucha por intentar salir de la crisis”, indica Victoria Torre, responsable de análisis y producto de Self Bank.

Un ejemplo que refleja muy bien esta mejora son las previsiones dadas a conocer por el FMI. Según lo publicado por el organismo que dirige Christine Lagarde, en 2014 la economía de la zona euro crecerá un 1,2%. Los países de la periferia, hasta el momento vistos como una amenaza, empiezan a recuperar el músculo perdido y, aunque continuarán por debajo de la media, ya no son observados con el recelo de años atrás. En el caso de España, el FMI espera que cierre el año con un alza del 0,9%, tres décimas más de lo previsto en un primer momento. Estas mejoras de las estimaciones demuestran que las reformas realizadas por los Gobiernos están empezando a dar sus frutos, “pero aún falta mucho por recorrer. Queda una tanda de ajustes a nivel nacional después de que la productividad y las exportaciones mejoraran de manera sustancial a finales de 2013”, aclara Torre.

Respecto a EEUU, y después de unos datos más débiles de lo esperado, el mercado se muestra confiado. “La debilidad mostrada por algunos indicadores en los últimos meses se ha debido a factores exógenos, como las bajas temperaturas. Es de esperar que el próximo trimestre estos mejoren y que la Fed continúe con su proceso de normalización de la política monetaria”, añade Natalia Aguirre, directora de análisis y estrategia de Renta 4.

Como último frente algunos identifican los test de estrés a los que se someterá la banca europea en octubre de este año. De acuerdo a lo afirmado por Torre, aunque es difícil determinar los resultados a seis meses, a favor del sistema financiero español juega que el grueso de las reformas ya está realizado: la creación de Sareb, que parte del déficit de capital (56.000 millones según las pruebas de Oliver Wyman) ya ha sido cubierto con dinero público y privado y que las entidades regresaron a los mercados de capitales en 2013. En contra estaría el incremento continuado de la morosidad (en enero cerró en el 13,53%) y que el ajuste del precio de los activos inmobiliarios todavía no ha finalizado. Antes de que se conozcan los resultados de estas pruebas, los inversores estarán especialmente sensibles a cualquier noticia que proceda de la Unión Bancaria.

Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.

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