El BCE analizará la calidad del 58% de los activos de riesgo de la banca europea
El BCE ha anunciado hoy el inicio de la segunda fase del ejercicio de valoración de activos, el denominado asset qualiyy review (AQR) por sus siglas en inglés, por el que deberá determinar si la banca europea tiene debidamente provisionados sus riesgos en balance. La institución aspira a hacer una minucioso análisis que debe servir de base para el test de estrés a la banca, el ejercicio definitivo con el que arrojar claridad sobre el estado del sistema financiero europeo y que será el punto de partida para la unión bancaria, que está previsto eche a andar en el próximo mes de noviembre.
El BCE ha anunciado hoy que someterá a revisión un total de activos ponderados por riesgo, aquellos que sirven de referencia para el cálculo de los niveles de solvencia, por 3,72 billones de euros, equivalentes al 58% del total. Y estima que en el ejercicio se revisen una media de 1.250 carteras de crédito por cada entidad.En total, revisará los balances de 128 bancos de la zona euro.
La institución reconoce la imposibilidad material de revisar la totalidad de la cartera de crédito pero defiende que los ejemplos seleccionados son amplios y serán lo suficientemente representativos para permitir un “robusto análisis” del sector. Se trata de verificar que las provisiones realizadas responden a los riesgos reales de las carteras, en un ejercicio que, si bien estará monitorizado por el BCE, se realizará bajo responsabilidad directa de los respectivos bancos centrales de cada país y requerirá también de la participación de asesores independientes.
Uno de los elementos clave será la revisión de los colaterales y las garantías que respaldan a los activos de riesgo, con especial atención en el caso de los activos inmobiliarios. El BCE explica que una parte importante de esas garantías debe tener valoraciones con una antigüedad inferior a un año.
El ejercicio de revisión se prolongará hasta el mes de agosto y sus resultados se publicarán en octubre, coincidiendo con el anuncio de los resultados del test de estrés que realizará el BCE. Si el análisis de los riesgos revela mayor necesidad de provisiones, esa pérdida futura esperada se incorporará a los test de estrés, y las entidades deberán apuntarlas en sus cuentas de resultados del ejercicio actual. El objetivo será comprobar que los riesgos se provisionan de acuerdo con el espíritu de las normas de contabilidad y de los principios aceptados a nivel nacional, según explica el BCE, lo que supone reconocer las peculiaridades de cada sistema financiero, acordadas por cada regulador nacional.
La valoración de los riesgos resultará además en el cálculo de un ratio de capital para cada banco ajustado al ejercicio. Es decir, que se establecerá un ratio CET1 que recogerá la revisión de los riesgos y que se empleará en el ejercicio del test de estrés. Aun así, el BCE apunta que este ratio de capital, calculado expresamente para el ejercicio de revisión de activos, no pasará a convertirse en una nueva referencia contable.
Respecto a la cartera de deuda soberana, la cuestión más sensible para la banca española por su elevado volumen, estará igualmente sujeta al ejercicio de valoración de calidad del riesgo. El BCE ha explicado en teleconferencia que aún no se ha determinado el grado de estrés que se le aplicará y que será anunciado en el mes de abril, junto al resto de supuestos del ejercicio de tensión al sector.