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Tribuna
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Más innovación y menos regulación en los pagos

China y la UE, a través de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, han abierto nuevos caminos para la cooperación tecnológica y que el comercio sea una ‘herramienta clave’ para el crecimiento, como acaba de confirmar la OMC con su histórico acuerdo para relanzar la Ronda de Doha. Comercio e inversión son fundamentales para que Europa salga de la crisis, ya que generan crecimiento y empleo. Sin embargo, para que el comercio fluya son necesarias adecuadas regulaciones en diversos frentes relacionados, entre ellos el de los medios de pago, cuyas normas están revisando ambas potencias.

En la última iniciativa legislativa de la UE, el Parlamento europeo ha dejado deja claro que los consumidores son el pilar central y que sólo un mercado de pagos transparente permitirá la creación de un mercado único. Pero existen evidencias empíricas que demuestran que, si se aplican las medidas que propone la Comisión en su reglamento y directiva sobre pagos con tarjeta, internet y móviles, el consumidor será el gran perdedor, ya que lo que dejen de ganar los bancos por la reducción de las tasas de intercambio interbancarias para bajar las tasas de descuento de los comerciantes se repercutirá finalmente mediante a los consumidores mediante el aumento de las diversas comisiones cobradas en sus servicios. Tal es así que el parlamento francés acaba de oponerse a dicho paquete legal, al entender que la falta de transparencia y evaluación de todos los impactos viola principios europeos tan fundamentales como la subsidiariedad y la proporcionalidad.

Los pagos con tarjeta son fundamentales para el comercio y la innovación. El último estudio de Moody´s concluye que el uso de tarjetas promueve el crecimiento de un país, al estimular el consumo privado y tener efectos directos sobre la PIB y la economía sumergida. En el caso de China, la contribución del sector de las tarjetas es cada vez mayor; según Moody´s, allí el uso de tarjetas ha elevado el PIB el 1,7% desde 2008 hasta ahora. No obstante, China presume de innovación, pero no de aperturismo. Los grandes procesadores de tarjetas Visa, Master Card y American Express han tenido hasta ahora un acceso limitado al mercado, mientras la expansión de la clase media china ha explosionado el gasto al por menor y la demanda de medios de pago más eficientes. La misma investigación revela que el uso de tarjetas en China creció del 31% en 2008 al 56% en 2012. Este crecimiento se ha visto frenado por la política proteccionista de China, que exige a los emisores de tarjeta extranjeros formar un “partnership” con empresas locales, lo que resulta en un sistema complejo y cerrado. Seguramente su volumen de circulación sería mayor sin tantas trabas burocráticas.

Las mismas trabas burocráticas se están interponiendo en la iniciativa europea de servicios de pagos. A pesar de que la propuesta europea establece una supuesta falta de competencia, el mercado de medios de pagos europeos, a diferencia del chino, es altamente competitivo y no impide que nuevos agentes entren en él. Empresas como PayPal o iDeal han entrado con éxito en un mercado que evolucionan rápidamente. Por eso, al contrario de garantizar la idea de mercado único, la propuesta europea es tan cerrada como la china, porque va dirigida a limitar la actuación tan sólo a los sistemas de cuatro partes (Visa y MasterCard) y no se aplicará a los sistemas de tarjetas de pago tripartitos, como American Express (Amex) y los citadosde Paypal u otros nuevos.

Un sistema tan estricto y regulado pondría en riesgo la innovación del sector. Ademas, las energías de transponer las normas nacionales y movilizar a los grandes conllevaría grandes gastos para todos los agentes, que al final pagarán los consumidores. Administrar como propone la regulación múltiples aplicaciones en una tarjeta puede ser complejo, y consecuentemente encarecerá el negocio, creará barreras nuevas y ralentizará la innovación y el lanzamiento de soluciones de pago más eficientes y cómodas. En el mercado chino los cuatro grandes (Alipay, TenPay, Union Pay y 99bill) poseen un 80% de los pagos nacionales. Pero mientras los grandes jugadores controlan el ‘mercado del volumen´, los pequeños tienen una tremenda oportunidad para ocupar determinados nichos de mercado con propuesta de valor concretas, siempre que el regulador no cree nuevas barreras como ebn Europa. SmartPay, centrada en pagos de lotería, o QQ, en el sector del juego, reconocen que incluso con pequeños niveles de participación en el mercado pueden lograr importantes ingresos. Y es que, como dijo en China el Vicepresidente de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, “la cooperación tecnológica y el comercio son ‘herramientas clave’ para el crecimiento”.

Ángel Maestro Martínez es especialista en economía y política china.

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