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Jean Claude Trichet, expresidente del Banco Central Europeo

“Hay que reforzar el Pacto de Estabilidad”

Asegura que el crédito a las empresas volverá con la bajada de la prima de riesgo Defiende continuar con los ajustes presupuestarios en las economías con déficit excesivo

Jean Claude Trichet.
Jean Claude Trichet.

Jean Claude Trichet vive con intensidad la acción del Banco Central Europeo (BCE). Incluso dos años después de dejar el cargo. En una entrevista ofrecida a Cinco Días en el marco de la reunión anual de Coface en París, Trichet (Lyon, 1942) defiende la compra de deuda por parte de la entidad a Italia y España, tras la crisis acaecida en 2011. Asegura, asimismo, que seguiría impulsando el Pacto de Estabilidad si volviera a ejercer la presidencia del BCE. Para el futuro es optimista. Los países del sur de Europa volverán a crecer y el crédito volverá a fluir a las empresas. Todo depende de la reducción de la prima de riesgo y de que los gobiernos de la zona euro sigan aplicando la política de ajustes presupuestarios que, según él, ha permitido corregir su déficit en la balanza por cuenta corriente, que era insostenible.

¿Eran necesarios los ajustes presupuestarios en los países de la periferia europea?

"Cuando el resto del mundo te niega la confianza y tu déficit es muy elevado, debes realizar ajustes presupuestarios"

Los inversores pusieron en cuestión a Irlanda, Grecia y Portugal en medio de la crisis de deuda soberana de 2010. Y entonces España e Italia se sumaron en agosto de 2011. El principal problema era que la situación del país no era sostenible a ojos de los inversores. Y estos cinco países tenían un déficit por cuenta corriente de entre el 8% y el 9% de su producto interior bruto entre 2008 y 2009. Cuando el resto del mundo te niega la confianza y tu déficit es muy elevado, debes realizar ajustes. De otro modo, no podrás acceder a la financiación exterior. Y solo hay dos maneras. Una es desordenada y traumática, con recortes que afectan a toda la economía y a los ciudadanos. Otra, mejor, implica la ayuda de amigos y vecinos, de los países europeos y las instituciones internacionales. Este es el camino que han escogido los países del sur de Europa. Corregir estos desequilibrios es duro, pero inevitable.

¿En qué período de la crisis nos encontramos ahora mismo?

"La zona euro está fuera de riesgo gracias a las decisiones que el BCE ha tomado, como la compra de deuda de España e Italia"

Estamos en un momento en el que la crisis se ha alejado de Europa, gracias a las reformas asumidas. Hace uno o dos años, teníamos la percepción de que la zona euro se podía romper. Ahora ya no es el caso, por cuatro razones. Una es la percepción de que el ajuste se ha aplicado de forma efectiva. Europa tenía un déficit por cuenta corriente del 9%, que ahora es un ligero superávit. Otro motivo es la mejor gobernanza de la zona euro. Pero hay que progresar, reforzando el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y la unión bancaria. La tercera razón es que ningún país ha decidido salir del euro. Y esa era una posibilidad que ha estado presente. Finalmente, las decisiones extraordinarias que el BCE ha tomado. Compramos deuda de España e Italia cuando estos países experimentaron una crisis de deuda en 2011. Ahora hay que tomar medidas para restaurar el área euro y el BCE debe estar preparado para intervenir si es necesario.

"Reducir el tipo de interés del bono soberano es necesario para que el crédito vuelva a fluir"

Los precios de los bonos soberanos siguen bajando, pero existe la creencia de que la periferia europea se encuentra todavía demasiado cerca de la recesión. ¿Cómo se puede afrontar este riesgo?

Estamos en una situación en la que no hay espacio para la complacencia. En primer lugar, la recuperación solo es posible si se implementan correctamente los nuevos mecanismos de gobernanza europea y si en el futuro los países evitan recaer en déficits elevados. Ahora, el mayor problema es reducir el tipo de interés de los bonos soberanos. Es, asimismo, esencial porque el Estado sigue siendo a ojos de los inversores el mejor indicador de la situación de un país. Particularmente en Portugal, Irlanda, y Grecia. Y esto implica proseguir con la limpieza del sistema bancario y la reducción de la prima de riesgo. También, hay que avanzar en los detalles del mecanismo de resolución bancaria tan pronto como sea posible. No hay que tolerar la indulgencia.

Enseñanzas para toda la Unión Europea

Aunque la crisis de la deuda es un fenómeno que afecta fundamentalmente a la zona euro, Jean Claude Trichet tiene claro que se puede sacar de ella enseñanzas para toda la Unión Europea. También para aquellos países que, comoRumania, piensan en sumarse al club del euro en el futuro. Una relación que va más allá del cumplimiento de los requisitos de entrada. Exige supervisar de forma estricta las políticas fiscales de cada país para asegurar el cumplimiento del Pacto de Estabilidad. “Los países que siguieron el acuerdo crecen, como Alemania, Austria u Holanda.Son países que carecen de paro masivo”.

Aunque Trichet reconoce que las recetas del Banco Central Europeo (BCE) pueden implicar un sacrificio por parte de los países miembro de la zona euro, está convencido de la promesa de futuro que representa el club de la moneda única. “Pese a las crisis sufridas en 2010, 2011 y 2012, ningún país ha salido de la zona euro. Por el contrario, tres países han entrado después de la caída deLehman Brothers en septiembre de 2008. Primero Eslovaquia, luego Estonia y finalmente Letonia”.

Está convencido de que la ampliación es una muestra de la fortaleza del euro. Y de su capacidad para salir reforzada de las dificultades, si se avanza con la construcción europea. “Es una señal de que estamos ante un proceso histórico, porque estábamos en la peor crisis jamás vivida en Europa, tal vez desde la Segunda Guerra Mundial”. Pero Trichet rechaza el uso de los eurobonos como un vía para reforzar la capacidad de respuesta de la zona euro ante las crisis. Como alternativa, propone que los parlamentos europeos y nacionales supervisen el cumplimiento del Pacto de Estabilidad. E impedir que los estados puedan saltarse este compromiso. Contrapone este método a las sanciones, que en su opinión generan demasiadas “dificultades a países con un déficit elevado”.

Cualquier Estado que fuera a sobrepasar los límites delPacto de Estabilidad debería pedir el permiso del Parlamento Europeo y su Legislativo nacional. “Sería democrático y respetaría la convivencia con el resto de los países, puesto que ellos también se ven afectados si un Estado miembro tiene un déficit excesivo”, abunda.

¿Cuándo bajará la prima de riesgo en España y otros países del sur de Europa hasta el punto de que las empresas accedan de nuevo a la financiación privada?

Hay dos problemas fundamentales para que el crédito vuelva a fluir. Uno es el tipo de interés del bono soberano, que es el mejor indicador de la situación de una economía. Así que cuanto más bajo sea, más fiable será la economía. En este sentido, veo que España va por el buen camino. Y los tipos de interés siguen bajando, así que la credibilidad del país está creciendo. Además, veo que en España las exportaciones crecen de una forma dinámica. El segundo reto es la credibilidad de los propios bancos. Y esto depende de la unión bancaria, pero también de la reestructuración del sector financiero.

¿Hacen falta los eurobonos para poner la prima de riesgo al mismo nivel en todos los países de la zona euro?

Este es otro tema porque aquí lo que importa es la prima de riesgo de los estados. En segundo lugar, ya están presentes de alguna manera porque el mecanismo de estabilidad europea actúa en cierto sentido como los eurobonos. Pero imaginar que podríamos tener todos los títulos de deuda soberana fusionados en uno solo implicaría que una autoridad asumiera la política fiscal de todos los países, lo cual es objetivamente imposible. Hay que ser realistas. Lo que importa es que la gobernanza de Europa en su conjunto sea creíble. Aunque esto no quita que a largo plazo se pueda empezar a construir un presupuesto común, que amortice los efectos negativos del ciclo económico en el área euro.

Si pudiera volver a la presidencia del Banco Central, ¿habría actuado de forma distinta?

Seguiría haciendo discursos en el Parlamento Europeo para enfatizar que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento es clave. Además, no tenemos un presupuesto federal y no hemos logrado una federación política. También, diría que afrontar el reto de la competitividad es esencial, teniendo en cuenta que los desequilibrios macroeconómicos de la zona euro son insostenibles. Lo esencial es luchar contra la autocomplacencia. Considero además extremadamente importante resaltar a los europeos que pueden contar con el BCE, que somos una áncora de estabilidad, y continuaremos asumiendo este papel para responder a las amenazas que surjan en el futuro.

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