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Cómo elegir fondos que invierten en bonos de empresas

Opciones en deuda corporativa

El Dow Jones de Industriales perdía un 0,20 % (31,79 puntos) para situarse en los 15.978,20 enteros minutos después de comenzar las contrataciones. EFE/Archivo
El Dow Jones de Industriales perdía un 0,20 % (31,79 puntos) para situarse en los 15.978,20 enteros minutos después de comenzar las contrataciones. EFE/ArchivoEFE

A pesar de que el apetito por el riesgo de los inversores profesionales según diferentes indicadores se encuentra en máximos, la mayoría de inversores españoles son conservadores y su objetivo principal es preservar el capital y disfrutar de poca variabilidad en las rentabilidades. Para dar respuesta a esta necesidad algunas gestoras han venido proponiendo diferentes opciones y una relativamente popular son los fondos de renta fija corporativa de alta calidad crediticia a corto plazo.

Nosotros suscribimos esta opción. Efectivamente, la subida de rendimientos en los medios y largos plazos que tuvieron lugar durante el pasado mayo-junio puso de manifiesto el riesgo que en términos de minusvalías puede acarrear este movimiento en todos aquellos fondos cuya cartera de bonos tenga una duración de varios años. Adicionalmente, los bonos de alto rendimiento (o high yield), además de su alto nivel de riesgo en términos generales, se encuentran en estos momentos en unas valoraciones muy delicadas según nuestro análisis.

Por todo ello, fondos de renta fija de alta calidad crediticia en euros con duraciones cortas parecen una opción sensata. Lógicamente, las rentabilidades esperadas son limitadas y las previstas para los próximos doce meses difícilmente superarán el 2%, aunque en el último y benigno pasado año se hayan situado cercanas al 3%. En cualquier caso, son cifras interesantes teniendo en cuenta que las referencias que verdaderamente importan, los tipos a corto y la inflación, se encuentran cercanas a cero.

Sin embargo, cuando nos ponemos a buscar fondos que cumplan fielmente estas características las cosas se complican. Abundan los fondos que, aunque tiene duraciones cortas, en realidad asignan una parte muy importante de sus carteras a bonos de alto rendimiento y por tanto con bastante riesgo. También abundan los fondos con altos niveles de concentración en el sector bancario o en países periféricos por ejemplo. Esto les ha beneficiado en el último año y bastantes de ellos superan el 3% de rentabilidad pero no son idóneos para un entorno de mercados más complicado y para un inversor conservador.

Por ello, es importante identificar algunos de los pocos fondos que cumplen los requisitos de calidad crediticia, diversificación y plazo. Así mismo como regla general, y en particular en clases de activos con rentabilidades esperadas reducidas, el acceso a las comisiones de gestión más bajas marca la diferencia respecto a la plusvalía neta que finalmente obtiene el inversor. Por tanto, el ahorrador debe tener en cuenta este aspecto como uno de los criterios principales de selección. En los fondos de inversión con diferentes clases de acciones se debe buscar acceder a las más baratas posibles.

Otra de las alternativas interesantes que existen en el mercado son los llamados fondos alternativos de crédito. Este tipo de fondos intentan obtener rentabilidades estables positivas todos los años independientemente de lo que suceda en los mercados de renta fija privada. De este modo, teóricamente, si los diferenciales de los bonos corporativos aumentaran como resultado de una corrección en el mercado o de un ciclo bajista por un deterioro grave de los fundamentales de las empresas este tipo de fondos no tendrían por qué sufrir minusvalías significativas.

Igualmente, si se produjeran subidas de los rendimientos de la renta fija en general como resultado de un cambio de la política monetaria expansiva los fondos alternativos de crédito debieran ser capaces de librase en buena medida de las potenciales caídas. Lógicamente esta es la teoría y la intención de estos fondos pero las diferentes políticas de inversión, técnicas o procesos de inversión de cada uno puede conducir a comportamientos muy diferentes. En última instancia, por supuesto las capacidades y habilidades del equipo gestor jugarán un papel decisivo a la hora de conseguir ese objetivo tan deseado como es obtener rentabilidades positivas estables año a año al margen de los que suceda en los mercados de crédito.

Dentro de esta categoría de fondos lo más habitual es encontrar aquellos que realizan estrategias de situarse largos (compras de bonos o sus derivados con objetivo de subida) y cortos (compras de derivados de bonos con objetivo de caída) en una medida similar. La idea es situarse neutros con respecto al mercado precisamente para conseguir la deseada independencia con respecto a la dirección del mercado. Así por ejemplo el gestor del fondo puede apostar a que un bono de una compañía determinada tendrá un mejor comportamiento que el bono de otra compañía, que pueden estar en el mismo sector aunque no siempre. El fondo ganará dinero si acierta con la apuesta independientemente si ambos bonos sufren retrocesos en su precio por caídas generales de los mercados. Otros apuestan al comportamiento positivo o negativo de bonos de compañías determinadas con respecto al índice de su propio sector industrial o índices generales de mercado. Otros buscan extraer valor mediante otro tipo de operaciones oportunistas o tácticas concernientes a operaciones corporativas, arbitrajes, ineficiencias en la estructura de capital, etc.

El inversor conservador puede plantearse la toma de posiciones en algunos de estos fondos pero siempre que su perfil de riesgo sea el adecuado (bajo) y los controles, recursos de gestión y otros elementos hayan sido analizados. Para ello como siempre el asesoramiento de calidad de un profesional independiente es necesario.

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