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El ICO financiará las compras del sector con 1.000 millones

Economía busca implicar a la banca en la puesta en marcha del MARF

Luis de Guindos, ministro de Economía.
Luis de Guindos, ministro de Economía. Pablo Monge
Nuria Salobral

El Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) es una de las propuestas lanzadas por el Gobierno para insuflar algo de vida a la inerte financiación a las empresas en España. Bloqueada la vía del crédito bancario, la fórmula tradicional que ha surtido de financiación al tejido productivo español, se tantean ahora otros caminos, como las emisiones de deuda a través del MARF o las financiación a través de private equity o hedge funds.

Su papel es aún mínimo y ni mucho menos consigue llenar el hueco de los bancos y llevará tiempo que propuestas como el MARF se conviertan en una alternativa real a la financiación de la banca, pero los mimbres ya están puestos. En este proceso, y aunque el objetivo sea reducir la gran dependencia de la banca en materia de financiación, la aspiración del Gobierno es contar con que las entidades financieras tengan también un papel activo en el MARF.

“La autovía está hecha, ahora hay que esperar a que circulen los coches”, reconocen fuentes próximas al mercado de bonos para pymes, que añaden que la participación de la banca será una pieza clave para un funcionamiento eficaz de este nuevo mercado. Se trata en definitiva, de contar con la demanda de esos bonos de pymes que puedan crear las entidades financieras, bien comprando las emisiones o bien como colocadoras de ese papel. Y todo ello considerando las emisiones del MARF como una parte más, y novedosa, del proceso de financiación de una empresa de mediano tamaño.

“Se trata de cambiar el riesgo que tiene un banco en su cartera de crédito por el formato de un bono”, señalan fuentes bancarias. Y en el caso de respaldar la colocación de bonos en el MARF, la ventaja sería aún más evidente para la entidad financiera, puesto que liberaría el riesgo que tuviera en balance con la empresa emisora. Así, en un proceso de refinanciación con el banco, las emisiones de bonos del MARF se convertirían en un elemento más de negociación. En el caso de adquirir los bonos, el incentivo estaría en poder emplearlos como colateral ante el BCE.

“Sería una buena señal de respaldo al MARF que los bancos compraran parte de las emisiones, daría seguridad a los inversores”, reconocen fuentes financieras. No en vano, este mercado está dirigido a inversores institucionales, puesto que la adquisición mínima es de 100.000 euros.

La creación del MARF responde a una de las exigencias del Memorando de Entendimiento de rescate a la banca, en el que se requiere al Gobierno la búsqueda de fórmulas alternativas de financiación, más allá del crédito bancario. Y el ministro de economía, Luis de Guindos, se ha convertido en un enérgico impulsor del proyecto, según apuntan fuentes próximas a Economía. Como primer incentivo para la implicación de la banca en el MARF, el ICO ha activado una línea de liquidez por 1.000 millones de euros destinada a que los bancos adquieran bonos del MARF. El ICO les da la financiación y las entidades asumen el riesgo.

El sector reconoce que la creación el MARF servirá de complemento a la financiación de las empresas, si bien la clave para su implicación directa estaría en lograr incentivos en materia de capital. Es decir, que la compra de bonos de pymes tuviera un menor consumo de recursos propios que un crédito. Una bonificación que hoy por hoy no existe. La tenencia de bonos de empresas en balance sí se podrá beneficiar en todo caso de la reciente circular del Banco de España, que ha ampliado el concepto de pyme. Así, a efectos de exigencia de recursos propios, ahora se considera crédito a pyme aquel que se otorga a una empresa de 250 empleados y facturación de hasta 50 millones, frente a los 50 empleados y facturación de 5,7 millones del criterio anterior. A esa financiación a pymes se le exige menos capital que el crédito a grandes empresas, con lo que se pretende incentivar el crédito a empresas de tamaño mediano.

El MARF también se dirige a empresas de un tamaño mediano, aquellas con capacidad de lanzar una emisión de al menos 50 millones de euros, la cuantía a partir de la que despertar el interés del inversor institucional.

Una docena de empresas piden rating

El Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) cuenta ya con una estructura lista para su puesta en marcha. Ahora está a la espera de recibir la solicitud de empresas que deseen utilizar esta plataforma para financiarse, para lo que se hace necesario primero la petición de un rating, referencia obligada para guiar a los inversores. “Hay una docena de compañías que ya han solicitado un rating para emitir deuda en el MARF”, reconocen fuentes de una entidad financiera próxima al proceso. Una vez obtenida la calificación financiera, llega el momento de definir la cuantía y la rentabilidad de la emisión, que debería rondar al menos el 7% anual para resultar atractiva a ojos del inversor institucional. La previsión es que el MARF se estrene si no a finales de este año, a comienzos del próximo, aunque la falta de demanda podría retrasar el momento a mitad de 2014.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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