_
_
_
_
Breakingviews
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Contra el techo de cristal

Un banquero blanco está intentando de hacer frente a techo de cristal de la industria financiera. El consejero delegado de HSBC, Stuart Gulliver ha pasado los últimos años tratando de reducir los costes y elevar los estándares éticos. Ahora quiere que el banco cambie su cultura con el fin de atraer y retener a más mujeres en puestos de responsabilidad. Aunque la idea no es nueva, es importante que un consejero delegado masculino reconozca públicamente el problema.

En un discurso ante la Fundación Mujeres en Hong Kong, Gulliver fue más allá de los tópicos acerca de permitir a los empleados a alcanzar su máximo potencial. Admitió que los grandes bancos como HSBC son instituciones han estado formadas en gran parte por hombres blancos, y que tendrán que cambiar para atraer a una fuerza laboral más diversa.

Cuando Gulliver se unió a HSBC, el pasado colonial del banco estaba todavía tan arraigado que no aceptaba mujeres en su programa de formación de directivos. Por otra parte, había una suposición tácita de que, para tener éxito, los empleados tenían que entregar su vida a la institución. Para las mujeres que lograron llegar a los puestos más altos, a menudo eso significaba elegir entre tener una carrera y tener hijos.

Aunque ha cambiado mucho, el HSBC de hoy está lejos de ser perfecto: solo uno de cada cinco de sus directivos son mujeres, y el banco ha sufrido lo suyo con las demandas por discriminación. Sin embargo, la voluntad de Gulliver de abordar públicamente el tema sugiere que las actitudes arraigadas en el sector financiero están cambiando lentamente.

Hay una clara lógica de negocio para el cambio de tono. Además de ser generosos con los sueldos, los bancos necesitan cada vez más cultivar la impresión de que son lugares justos y meritocráticos para trabajar si quieren atraer a los mejores empleados. A pesar de que cambiar la cultura de un banco con 148 años de historia no es tarea fácil, se espera que HSBC muestre algunos avances. Por lo menos, Gulliver ha asegurado que en el futuro habrá unos estándares con un nivel superior

Archivado En

_
_