En Azurmendi se toca el cielo (con los sentidos)
La visita incluye un paseo por el jardín, el huerto y el centro de investigación. Ofrece dos menús: Adarrak (ramas), 160 euros; y Arroak (raíces), 135 euros.
Preguntar en Bilbao cómo se llega a Azurmendi es conseguir, además de las indicaciones oportunas para llegar a la villa de Larrabetzu, una respuesta unánime de sus paisanos: “ahí se come bien”. Eneko Atxa, de 36 años, es el primer chef que consigue tres estrellas Michelin para un restaurante de Vizcaya. Yeso es motivo de orgullo.
El restaurante, según se divisa desde la autopista, un edificio de cristal y madera, parece estar colgado de un verde prado, al que se accede por una empinada carretera, que deja a la derecha la versión prêt à porter y económica del restaurante gastronómico, el lugar donde Atxa comenzó, junto a su familia, su trayectoria culinaria. En la puerta de Azurmendi Gastronómico, abierto hace año y medio, el propio cocinero y su equipo reciben a los comensales a los que invita a dar un paseo por el jardín aromático, el centro de investigación y por el huerto, y con el que no desea autoabastecerse, ya que para Atxa es importante hacer sostenible su negocio y el de los pequeños productores.
La visita es obligada porque el chef desea que todo el que llega hasta allí entienda su mundo, que no es otro que aplicar un sencillo estilo de vida a todo lo que hace.
La primera incursión a ese particular mundo sucede en el invernadero, su centro de investigación, donde ofrece unas flores. A continuación se regresa al imponente jardín cubierto de la entrada del restaurante, donde se escucha el sonido del agua de una fuente. Allí espera un txacoli (lo elaboran ellos mismos) con una divertida cesta de picnic, con un cacahuete con una cáscara (de mentira), un bombón de setas y jamón y una infusión vegetal, que puede ser de cebolla. Antes de entrar el comedor, hay que pasar por la cocina, donde todo está orden y en silencio. En la mesa se puede optar por el menú Adarrak (ramas) 160 euros, el más innovador;y Arroak (raíces), 135 euros, y de corte más tradicional.