La deuda española, un mal endémico
La crisis de la deuda en España es la más grave de la época del euro, pero no de la historia. Hubo una época en la que los intereses del bono español eran cercanos al 30%. También hubo un tiempo en el que los inversores se fiaban más de España que de Alemania.
"Yo solía pensar que, si existiera la reencarnación, quería volver como presidente, como Papa o como estrella del béisbol. Pero ahora quiero volver como mercado de bonos. Así puedes intimidar a todo el mundo." Esta cita, pronunciada por James Carville, director de campaña de Bill Clinton, durante una entrevista con el Wall Street Journal, es un ejemplo, un poco exagerado, de la influencia que el mercado secundario ha ejercido siempre sobre las naciones.
La crisis de la zona euro y sus consecuencias en España han catapultado a la economía al primer plano informativo, pero el bono español a diez años dista mucho de ser una preocupación de nuevo cuño. Para España, la financiación a diez años ha sido un quebradero de cabeza casi constante a lo largo de la historia.
Un estudio para el Despacho Nacional de Investigación Económica del profesor Kenneth S. Rogoff de la Universidad de Harvard y la profesora Carmen M. Reinhart de la Universidad de Maryland, analiza los impagos de deuda soberana a lo largo de la historia. España lidera el ranking europeo en el siglo XIX con un total de ocho "defaults" o impagos (1809, 1820 1831, 1834 1851, 1867, 1872 y 1882).
En el periodo anterior, desde el siglo XIV al XVIII, ambos incluidos, la lista de los impagos la lidera Francia con ocho, pero España ocupa la segunda plaza con seis "default" (1557, 1575, 1596,1607, 1627, 1647). Pero hay que tener en cuenta que la percepción en esta época del impago de la deuda soberana, no tenía nada que ver con la aprehensión que genera hoy en día. Valga como ejemplo la opinión de Abbe Terray, Ministro de Finanzas francés de 1768 a 1774., para el que un "default" cada 100 años era lo recomendable para mantener el equilibrio de las finanzas públicas.
La frecuencia con la que España no ha respondido de las obligaciones contraídas en el mercado de bonos, ha repercutido en la desconfianza de los prestamistas. El resultado es que los intereses del bono español han sido históricamente altos. Un gráfico publicado por The Economist, basándose en los datos de Global Financial Data, compara la evolución de la deuda española con respecto a la de Estados Unidos, Alemania e Italia desde 1860. La deuda española ha sido casi siempre la más rentable.
A partir la Revolución de 1868, que precipitó la salida de Isabel II de suelo español, la inestabilidad política se tradujo en la desconfianza de los inversores y hasta la Restauración borbónica de 1874 no se relajó la presión sobre la deuda española. Durante este periodo histórico los intereses del bono español a diez años alcanzaron casi el 30%. Esta es la rentabilidad más alta del bono español a diez años en toda su historia. Con la restauración monárquica se rebajo la presión de forma vertiginosa.
La siguiente crisis de la deuda llegó con la pérdida de las colonias. Aquello de "más se perdió en Cuba" se podía aplicar al comparar la situación de 1898 con la actual. Entonces el interés del bono rondaba el 12%. Al de final de la Guerra Civil Española la rentabilidad del bono fue incluso superior, entorno al 13%. Después el periodo inflacionista de los 70, derivó en una subida de los intereses de la deuda por encima del 15% a principios de los 80.
Sin embargo, ha habido periodos en los que España ha sido más fiable que Alemania. Uno de ellos, la época inflacionista posterior a las crisis del 20 al 21. Alemania, afectada las duras condiciones del Tratado de Versalles, dependía en exceso de los préstamos extranjeros. Entonces, los prestamistas aprovecharon la necesidad alemana de financiación externa para elevar los intereses del bono a diez años por encima del 12% en el año 1923. En este momento el bono español superaba ligeramente el 5% de rentabilidad.
Más reciente es la época de bonanza de la economía española impulsada por el ladrillo. El bono español se emparejó con el bono alemán mediado el año 2003 y, salvo un lapso temporal entre enero y junio de 2004, la rentabilidad de la deuda de ambos países fue de la mano, con etapas en las que España pagaba menos por financiarse que Alemania, especialmente en los años 2005 y 2006. Luego explotó la burbuja y el bono español y el alemán cogieron caminos distintos.
Ahora bien, la tensión en el mercado de la deuda actual, se aleja mucho de las cotas se alcanzaron en los años posteriores a la "crisis del petróleo". Las principales potencias mundiales sufrieron la dependencia energética y la presión sobre la deuda soberana se disparó. A partir de 1973, el endeudamiento externo masivo de la mayoría de los países tuvo como consecuencia una subida general de los intereses de la deuda de los Estados. Italia ganó de largo esta carrera, pagando más del 20% en intereses por su bono a diez años a principios de los 80. Estados Unidos, acostumbrada a recibir financiación barata, también sufrió su crisis de la deuda particular en el inicio de los 80, llegando a pagar intereses por encima del 15%. De esta tendencia al alza de los intereses de la deuda no se libró España, que llegó a pagar más del 15%.