Alemania y el BCE ponen fin a las vacaciones del Ibex y quitan fuerza a la prima
Alegría por la mañana y tristeza por la tarde. El Ibex ha puesto fin a cinco jornadas consecutivas al alza con un descenso del 1,21% después de llegar a subir cerca de un 1%. La prima lo ha hecho mejor y logra su sexta jornada a la baja, aunque muy lejos de los mejores momentos del día. Las trabas alemanas y el BCE han roto el hechizo.
Jornada de ida y vuelta en los mercados de renta fija y variable, que se han movido a golpe de esperanzas y declaraciones. La posibilidad de que los términos del rescate de España se estuvieran cociendo de forma favorable permitió a la deuda soberana, principal foco de atención de los mercados en los últimos meses, relajarse considerablemente al inicio de la sesión. De hecho, llegó a caer por debajo de los 460 puntos básicos, algo que no se conseguía desde el pasado mes de mayo. Pero pronto llegó el lado oscuro, con declaraciones que pusieron fin al optimismo. Alemania y el BCE (sorpresa, sorpresa) fueron los protagonistas del frenazo y hay muchos que se preguntan si los políticos no estaban mejor de vacaciones.
Al final, el Ibex no pudo con el entorno y los inversores prefirieron realizar beneficios tras las subidas de la semana pasada. La caída al cierre fue del 1,21%, con lo que el selectivo pone fin a cinco sesiones consecutivas al alza. Eso sí, está en 7.469,6 puntos, lo que supone la cota más alta desde el pasado mes de abril.
La prima aguantó mejor la incertidumbre y se situó en 477 puntos, lo que implica una rentabilidad en el bono a 10 años del 6,28%. El viernes, el diferencial con Alemania terminó en 495 puntos, así que la mejora es sustancial. Pero pudo serlo mucho más. Por momentos, incluso parecía que los 450 puntos eran posibles durante la jornada.
Y es que la mañana llegó con buenas noticias, de la mano de una información publicada el domingo por la revista alemana Spiegel en la que se decía que la autoridad monetaria europea podría poner límites a los rendimientos de la deuda soberana mediante la compra ilimitada de bonos. Gracias a ello, el Ibex llegó a subir cerca de un 1% y la prima cayó por debajo de 460 puntos.
Pero a media mañana se conoció el informe de agosto del Bundesbank, en el que reitera su rechazo a que el BCE reactive las compras de bonos para quitar presión a los países atacados, y las declaraciones de Alemania, en contra de que el supervisor ponga un límite a la rentabilidad de la deuda. "En términos puramente teóricos y abstractos, tal instrumento sería muy problemático", señaló un portavoz del Gobierno teutón.
Poco después llegaba el desmentido del BCE a la noticia de Spiegel. "Es absolutamente engañoso informar sobre decisiones que todavía no se han tomado y sobre opiniones individuales que no han sido discutidas aún por el consejo de gobierno del BCE, que actuará estrictamente de acuerdo con su mandato", dijo un portavoz de la entidad. El desmentido del BCE puso fin a la remontada del Ibex. Primero de forma titubeante y luego con más fuerza, llegaron las pérdidas, que llegaron a superar el 2%. También la relajación de la prima se enfrió.
En la deuda a más corto plazo, en cambio, los descensos continuaron siendo los protagonistas. En concreto los bonos a dos y cinco años permanecieron en niveles del 3,4% y del 5,06% respectivamente, es decir, en las cotas registradas por la deuda los días posteriores a la intervención de Bankia. En medio de este escenario, España buscará mañana financiación en la subasta de letras.
El segundo foco de los mercados está siendo la situación en Grecia. La semana pasada ya comenzaron a correr los primeros rumores sobre la posibilidad de que el país heleno necesite más tiempo para cumplir con los deberes. Pero Alemania continúa en sus trece y dice que no está dispuesta a conceder nuevos privilegios a Atenas. Según publica la revista Spiegel esto podría sentar precedentes para que otros países como España se relajen en su programa reformista.
España, por su parte, volvió a solicitar este fin de semana, a través de su ministro de Economía, de Guindos, la compra de deuda soberana española por parte del BCE en los mercados secundarios. Un clamor en el desierto, según algunos: "Entendemos que el BCE, como ya ha dicho en repetidas ocasiones, no va a actuar hasta que no vea que el Gobierno español pone en marcha un verdadero y coherente plan de reformas estructurales, algo que nuestro país deberá afrontar si quiere recibir nueva ayuda de sus socios europeos -ya se habla de nuevas medidas para poder alcanzar el objetivo de déficit público para 2012, que es ahora del 6,3% del PIB-", explican desde Link Securities.
A partir de ahora, el resto de la semana estará marcada por las reuniones que mantendrán los líderes políticos. Una de las más esperadas es la que mantendrá el presidente francés, François Hollande; la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro griego, Andonis Samaras. Samaras buscará ganar tiempo, solicitando dos años más de plazo para que su país cumpla con sus compromisos de reducción del déficit público sin perder el acceso a un segundo plan de ayuda. Las dudas sobre la posible salida del euro continúan sobrevolando el ambiente, algo que se dejará sentir a lo largo de la semana sobre los mercados.
El jueves se espera que Hollande y Merkel se entrevisten para buscar soluciones a la crisis de deuda. Entre ellas, el papel del BCE, que a partir de septiembre entrará en escena con decisiones muy importantes.