La intensa presión sobre la deuda agota el tiempo para España
La escalada del bono a 10 años al 7,6%, récord de la era euro, y el aplanamiento de la curva ponen en riesgo la financiación del Estado este año. La prima, mientras, sigue en 638 puntos
El tiempo se agota para España. La desconfianza hacia el país sigue en aumento y la incesante escalada de los costes de financiación del Estado ha provocado que la intervención del país, algo impensable hace unos meses, esté ya en boca de analistas y políticos de todo el mundo. La rentabilidad de la deuda a 10 años lleva días instalada por encima del 7%, -ayer marcó récord intradía en el 7,62%-, un nivel considerado de no retorno para muchos expertos que revela el miedo de los inversores a que España no sea capaz de afrontar sus compromisos de pago.
La prima de riesgo de España, el sobrecoste que exige el mercado al país para financiarse a 10 años respecto a Alemania, marca un máximo tras otro sin que la espiral ascendente parezca tener fin. En la sesión de ayer alcanzó los 638 puntos básicos para quedarse solo cuatro puntos básicos por debajo del máximo intradía de la víspera. Lo único que impidió un nuevo récord ayer fue el repunte (en menor medida) del bono alemán después de que Moody's pusiera su preciada triple A en perspectiva negativa, algo que no impidió que la rentabilidad del bono a 10 años español rebasara el nivel del 7,6% por primera vez en la era del euro.
Las ayudas europeas a la banca española, el ajuste económico más agresivo de la democracia y la relajación del objetivo de déficit por parte de Bruselas no han logrado el efecto balsámico en los mercados deseado por el Gobierno. La tensión aumenta por momentos ante la inquietud que generan las comunidades autónomas y ayer la escalada de los bonos a tres y cinco años por encima del nivel del 7% hizo saltar todas las alarmas. La rentabilidad del cinco años, de hecho, llegó incluso a superar al de 10.
El Tesoro coloca 3.050 millones de euros en letras con demanda firme, pero paga un marginal del 3,95% por emitir a seis meses
El aplanamiento de la curva de tipos es un mal augurio que hace que la situación se vuelve más inquietante cada minuto. En Grecia, Irlanda o Portugal la escalada de la deuda a medio plazo por encima de la deuda a largo (la inversión de la curva de tipos) terminó con los conocidos rescates. Y todo indica que España se encamina hacia ese destino de no retorno con una curva de tipos que va adquiriendo cada día que pasa la forma que tenían las de los países rescatados antes de la intervención.
"En estas circunstancias es imposible que el Tesoro se financie con normalidad para cubrir todas sus necesidades de aquí a final de año. Hace falta una actuación contundente que permita a España y a Italia cubrir sus vencimientos. Rescatar a España o a Italia es imposible. Por eso el mensaje que den los políticos será diferente. La única vía que hay es un mandato claro para que el Fondo de Estabilidad Financiera (FEEF) o el Mecanismo de Rescate Permanente (MEDE) realicen compras masivas de bonos para ganar tiempo. Hace falta voluntad política", comentan desde la mesa de tesorería de un banco.
Los compradores de deuda española han desaparecido y si bien es cierto que ayer el Tesoro salvó una subasta de letras a tres y seis meses, también lo es que tuvo que pagar tipos altísimos para financiarse a muy corto plazo. En concreto, emitió 3.050 millones de euros a un tipo medio del 2,43% a tres meses y del 3,691% a seis. "Yo me pregunto si merece la pena. La subasta se puede vender como buena pero no resuelve el problema de fondo", se comenta en el mercado.
El mercado ha puesto en duda la sostenibilidad de las cuentas públicas de España y por ello la emisión de letras de ayer no ayudó a aliviar la situación. De hecho, el resultado favorable de la subasta era en cierta medida esperado puesto que incluso los países intervenidos como Grecia, Irlanda o Portugal consiguen financiarse en el mercado a plazos cortos.
Lo cierto es que el Tesoro logró cumplir con el objetivo máximo que se había fijado. Emitió 3.050 millones cuando esperaba captar entre 2.000 y 3.000 millones gracias a una demanda sólida. "Como aspecto positivo destacamos una mayor demanda. El importe solicitado ha sido de 9.079 millones, por encima de los 8.325 de la última subasta de letras a estos plazos. Como aspecto negativo, el Tesoro ha hecho un mayor esfuerzo de colocación. Ha pagado rentabilidades muy superiores a los tipos medios de la subasta", explican desde Ahorro Corporación.
En concreto, el Tesoro pagó un tipo marginal del 2,65% a tres meses que resultó 21 puntos básicos superior al medio, mientras que para la referencia a seis meses desembolsó un marginal del 3,95%, 25,9 puntos básicos más caro que el tipo medio, una diferencial que aumentó bastante (más de 10 puntos básicos) respecto a la subasta de junio y que refleja la tensión creciente en el mercado.
"Sin la intervención del BCE, los máximos de la prima de riesgo y la debilidad de la demanda cuando el Tesoro aumente la duración de los plazos subastados podrían mantener la presión sobre la deuda española en el corto plazo", añaden desde Ahorro Corporación. La caída de la demanda en la subasta de bonos a 3, 5 y 7 años la semana pasada fue un importante toque de atención que dejó patente las dificultades de la deuda española para atraer compradores cuando los vencimientos se alargan. Una tendencia preocupante teniendo en cuenta que el Estado afronta 75.000 millones de euros en vencimientos entre julio y diciembre, a lo que debe sumar como mínimo las necesidades netas de emisión pendientes. En el mercado no se descarta que las necesidades ronden los 100.000 millones.
¿Cuánto tiempo puede aguantar así el Tesoro? El Tesoro cuenta con un colchón de seguridad de 28.000 millones, según datos de junio publicados por el Gobierno, suficiente para afrontar los vencimientos de julio y agosto en caso de que no pudiera emitir nada próximamente. Hay margen, pero el tiempo se agota.
"No podemos aguantar mucho. El BCE no nos puede echar una mano. Hace falta un préstamo. La experiencia griega ha demostrado que si el BCE compra es acreedor preferente. Por ello si comprara grandes cantidades de deuda no arreglaría nada más allá de alejar a los especuladores del secundario. Si ahora actuara y la rentabilidad bajara al 5% la demanda en las subastas va a ser incluso menor porque para muchos el riesgo ya no compensaría.", añade Miguel Paz, director de gestión de Unicorp Patrimonio.
El BCE no parece dispuesto a actuar como desean los Gobiernos de Italia y España para comprar tiempo para enderezar las economías. La prima de riesgo italiana ha escalado a 535 puntos y el país se encuentra ante la misma disyuntiva por sus vencimientos millonarios.
Algún tipo de ayuda, enmascarada o no, parece cada día más inevitable. Bruselas ha recomendado esta semana que el FEEF active la compra de deuda española e italiana como se pactó en la última cumbre. El problema es que los recursos de este fondo, que también puede actuar en el mercado primario, son limitados. Cuenta con 240.000 millones entre lo que se incluyen los 100.000 previstos para la banca española. Activarlo, además, puede estigmatizar la deuda española e italiana.