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Europa respira aliviada

Una economía sumida en una profunda depresión

Grecia encadena el quinto año en recesión y con el paro en el 22%

Los problemas de Grecia, sumida en una profunda recesión, marcaron el inicio de la crisis soberana europea y a día de hoy siguen manteniendo a Europa en vilo. Los líderes políticos no han sabido frenar el pernicioso contagio que genera un país de 11 millones de habitantes que representa tan solo el 2% del PIB de la zona euro. Las duras condiciones que han acompañado a los dos rescates económicos acordados por Bruselas no han hecho más que agravar la situación del país. El hartazgo de la población, cada vez más empobrecida como consecuencia de las políticas de austeridad impuestas, forzó la repetición de los comicios y a partir de ahora el futuro político de Grecia también marcará en buena medida el de la zona euro.

Gobierne quien gobierne, el panorama económico del país es de lo más sombrío. Grecia va camino de encadenar el quinto año consecutivo de recesión. El desplome acumulado del PIB representaba ya cerca de un 15% a finales de 2011. Y las previsiones para este ejercicio no son precisamente halagüeñas. Los ajustes fiscales y la presión externa no hacen más que oprimir la economía, lo que hace difícil vislumbrar un punto de inflexión. Las previsiones apuntan a una caída adicional del PIB de al menos el 5% este ejercicio.

La situación de las cuentas públicas tampoco refleja precisamente el equilibrio esperado, a pesar de los esfuerzos titánicos y de los importantes avances obtenidos en esta dirección. El déficit primario del país (la diferencia entre ingresos y gastos sin tener en cuenta la partida destinada al pago de intereses) cerró 2011 en el 2,4% del PIB y las previsiones de la Comisión Europea en primavera apuntaban a que esta cifra se recortará hasta el 1% para final de año, todo un avance teniendo en cuenta que en 2009 este déficit suponía el 10,4% del PIB. "El país ha realizado un gran esfuerzo pero la balanza comercial sigue siendo deficitaria, cercana al 8% del PIB según estimaciones de la Comisión para 2012. Un desequilibrio que refleja que Grecia necesita financiación externa. Todavía necesita ayuda", comenta Philippe Waechter, economista jefe de Natixis AM.

El endeudamiento total del país también sigue siendo abrumador a pesar de la quita que aceptaron los tenedores de deuda privada este año. Las previsiones apuntan a que la deuda alcanzará el 164% del PIB este ejercicio y todo indica que seguirá aumentando en 2013 como consecuencia de la contracción económica. "El todavía elevado endeudamiento se debe en gran medida al coste de recapitalización de la banca griega, una partida que añadirá un 25% más a la deuda sobre PIB en 2012 como consecuencia de las pérdidas que ha sufrido el sector por sus tenencias de deuda pública griega", explican desde Barclays.

Las ayudas millonarias que ha recibido Grecia tampoco han servido para enderezar completamente al sistema bancario del país, todavía vulnerable por la caída de la actividad económica y el fuerte aumento de la morosidad, actualmente en el entorno del 15%. Las graves pérdidas que han sufrido los bancos como consecuencia de la quita asumida en la reestructuración de la deuda griega obligaron a destinar 50.000 millones de euros al sector en el segundo paquete de ayudas aprobado en febrero. Europa acordó un primer rescate a Grecia por 110.000 millones de euros en 2010 y un segundo programa por otros 130.000 este año.

Como si los obstáculos no fueran ya suficientes, a los problemas de financiación que sufre la banca, dependiente de las líneas de crédito del Banco Central Griego y del BCE, se une también la fuga de depósitos que está sufriendo el sector, agravada en los últimos tiempos por el miedo a que el país termine saliendo del euro. Se calcula que tan solo en los días previos a las elecciones los griegos han sacado de sus cuentas entre 500 y 800 millones de euros.

A los desequilibrios del país hay que sumar también una tasa de paro que alcanzó el 22,6% en el primer trimestre. La estabilización de las cuentas públicas, por tanto, parece un reto cada vez más difícil de conseguir en un entorno económico cada día más adverso por las incertidumbres que genera la supervivencia del euro.

El segundo paquete de ayudas a Grecia asume que la deuda pública caerá al 116% en 2020, una previsión que la mayoría de expertos considera demasiado optimista. Lo único claro es que el país heleno necesitará más asistencia pase lo que pase.

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