I+D para nuevos fármacos y... para salir al exterior
La industria del medicamento se ha renovado para ganar en competitividad
En los años ochenta hubo un pelotazo en la industria farmacéutica que sirvió a dos de sus dueños para entrar en un banco. Mario Conde y Juan Abelló vendieron la histórica Antibióticos, SA, a la italiana Montedison y adquirieron el control de Banesto. Obviamente, la farmacéutica dejó de ser lo que era y se perdió un líder español.
Zeltia apostó por la incipiente biotecnología, crucial ahora para las grandes 'farmas'
Fue la época en que las grandes multinacionales penetraron con fuerza en el mercado español. De aquello algunos aprendieron, históricos laboratorios del país aguantaron, se renovaron y han triunfado. Es el caso de Grifols, creada en 1940, que en 1978 facturaba alrededor de 5,6 millones de euros y en 2011 alcanzó 2.300 millones, convirtiéndose en una firma presente en más de 100 países. "Desde 1978, fecha en la que apareció publicado el primer número de CincoDías, la estrategia de Grifols ha ido evolucionando, aunque siempre ha girado en torno a un denominador común: una clara apuesta por la internacionalización", señalan en la empresa. Su desafío más importante se materializó con la compra de la estadounidense Talecris en 2011. Anteriormente había salido a Bolsa, en 2006. Ahora emplea a 12.000 trabajadores, desde los 300 de 1978. Y del suero, que era lo más vendido, ha pasado a la inmunoglobulina intravenosa como el producto estrella, siempre en el campo de los hemoderivados. Para seguir avanzando en el mercado creen fundamental "la apuesta por la I+D, a la que se destina un 5% de la facturación". Otra empresa que ha revolucionado el sector ha sido Zeltia, uno de los accionistas iniciales de aquella Antibióticos, SA. El grupo químico presidido por José María Fernández Sousa-Faro apostó por la incipiente biotecnología (crucial ahora para los desarrollos de las grandes farmas), en este caso con medicamentos provenientes de organismos marinos. El mayor éxito (y único, de momento) de su filial PharmaMar fue el lanzamiento del antitumoral Yondelis, al que le falta la aprobación en EE UU para ser un triunfo total. "Nuestro reto por la I+D+i continúa siendo el principal activo de PharmaMar, es nuestra apuesta presente y futura, ya que lo que no se investigue hoy, no curará mañana", explican desde la empresa. Para la venta de Yondelis fuera de Europa cuentan con una alianza con la farmacéutica Janssen, que les debería ir aportando ingresos crecientes en los próximos años. El sector biofarmacéutico facturó el año pasado 80 millones de euros. El objetivo de salir al exterior también se planteó en Esteve, que busca como uno de sus fines "conseguir que dos tercios de la facturación global provenga de mercados internacionales". El laboratorio -que sigue siendo una empresa familiar, presidida por Antoni Esteve- se creó en 1929. En 1978 facturaba cerca de 30 millones de euros y empleaba a 879 personas. En 2011, los ingresos fueron de más de 800 millones y la plantilla alcanzó los 2.800 trabajadores. Parecida historia es la de Almirall, controlada por la familia Gallardo, que se expandió y salió al parqué en 2007, con filiales en una docena de países de la UE y en México, y que cerró el año pasado con 768 millones en ventas.