El apalancamiento del fondo de ayuda divide al Eurogrupo
Los ministros de Economía de la zona euro debatieron ayer por primera vez cómo reforzar la capacidad de intervención del fondo de rescate sin ampliar sus avales. La CE y el BCE apoyan el apalancamiento del fondo, pero se mantienen las discrepancias sobre la fórmula definitiva.
La zona euro comenzó ayer en Luxemburgo a preparar una nueva reforma de su fondo de rescate sin esperar siquiera a que concluya la ratificación de la anterior (faltan por votar los parlamentos de Holanda, Eslovaquia y Malta).
Entre las propuestas figura la de apalancar el fondo para multiplicar la capacidad de actuación de sus 780.000 millones de euros en avales. En la actualidad, esas garantías solo se utilizan para captar fondos en el mercado, con un mecanismo de emisión que reduce la capacidad de préstamo del fondo a a 440.00 millones.
"Estamos evaluando las opciones para maximizar la FEEF Facilidad Europea de Estabilidad Financiera, nombre oficial del fondo de rescate", señaló el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, a su llegada a la reunión mensual del Eurogrupo (Consejo de Ministros de Economía de la zona euro), celebrada ayer en Luxemburgo.
El objetivo, añadió Rehn, "es aprovechar mejor el potencial de la FEEF y hacerla más efectiva", para convertirla "en una muralla financiera contra el contagio" de la crisis de deuda soberana.
Fuentes de la negociación indicaron que la fórmula más efectiva de apalancamiento requeriría involucrar al Banco Central Europeo (para adquirir bonos garantizados o facilitar inyecciones de liquidez), aunque reconocieron que Fráncfort se resiste. El BCE se muestra partidario de potenciar el fondo, pero sin cargar en su balance los potenciales riesgos.
En la misma línea se sitúa Alemania, que no rechaza mejorar la gestión del fondo siempre que no suponga aumentar los avales ni implicar al BCE en las operaciones de apalancamiento.
España figura entre lo países que secundan la ofensiva de Bruselas "para reforzar la potencia de tiro del fondo", como define una fuente comunitaria el plan, "y dejar sentada de una vez su credibilidad ante los mercados".
Tras la reunión de ayer, los debates sobre la nueva reforma del fondo continuarán a lo largo de toda la semana. La canciller alemana, Angela Merkel, se reunirá mañana en Bruselas con el pleno de la Comisión Europea. Y en una fecha por fijar, quizá el domingo, Merkel tiene previsto reunirse en Berlín con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, cita de la que se espera la luz verde definitiva al nuevo plazo de ayuda a Grecia y la orientación sobre el futuro fortalecimiento del fondo.
Salgado y la austeridad
La reunión de Luxemburgo continuará con la presencia de todos los ministros de la UE (Ecofin), que tienen previsto aprobar una declaración sobre el proceso de consolidación fiscal cuyo borrador no deja ningún resquicio para la relajación de los objetivos de déficit.
La vicepresidenta del Gobierno, Elena Salgado, que asiste a las dos reuniones en el Gran Ducado, avaló ayer esa estrategia al asegurar que, a su juicio, "en el corto plazo, la consolidación fiscal es la prioridad". Su declaración parecía contradecir la del candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien el domingo apuntó "dudas razonables de que nos estamos pasando en la dosis de ahorro".
Riesgo bancario
El creciente riesgo del sector bancario pesó ayer sobre la reunión del Eurogrupo. Las llamadas a favor de la recapitalización del sector bancario ganaron siniestra actualidad con las dificultades de Dexia, el banco franco-belga que ayer cayó un 10% en Bolsa por las dudas sobre su fortaleza.