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Lunes de los fondos

Lo mejor pasó

Los inversores han vuelto a apostar por la Bolsa, pero conviene adelantarse al fin del ciclo alcista.

Este comienzo de año ha sido testigo de dos acontecimientos paralelos en el mundo de los mercados financieros que les hago notar. A nivel local, numerosas entidades financieras españolas, como bancas privadas, gestoras de fondos, etc., se han tornado los más positivos sobre los activos de riesgo en general, y la Bolsa en particular, que han estado desde hace años, cuando nos encontrábamos de lleno en la parte final del ciclo bursátil alcista anterior. Así, entre otras cosas, la proliferación de productos estructurados varios (en formato depósitos, fondos, etc.), ligados a índices o valores bursátiles, se ha disparado.

A nivel global, la encuesta entre gestores de fondos más famosa, la de Bank of America-Merrill Lynch, registraba en el pasado mes de febrero el dato de que el 67% de los participantes estaban sobreponderados en Bolsa, el nivel más alto desde que se iniciara la encuesta en el año 2001. Bien es cierto que tras los sustos varios de las últimas semanas, en la encuesta posterior de marzo y última disponible, este porcentaje se ha visto reducido hasta el 45% pero sigue siendo un nivel alto en términos históricos.

Por último, añadamos al cóctel de la confianza actual los datos de la consultora Lipper FMI, que registran en los últimos meses un fuerte aumento de los flujos de dinero por parte de los inversores hacia los fondos de renta variable, hasta el punto de que superan ampliamente a los de otras clases de activo y registran cifras en línea con las disfrutadas en meses de los años dorados del 2005 y 2006. Por ejemplo, las entradas netas de dinero en fondos de Bolsa norteamericana en el conjunto de Europa en el pasado enero fueron 3.700 millones de euros, solo superadas por un mes en 2006.

Curiosamente, todos estos datos para los inversores llamados "contrarios" (contrarían en inglés) son signos que les aterrorizan y que les conducen a una estampida de la Bolsa. Serían indicadores de que el final de las Bolsas alcistas es inminente y que un cambio de ciclo se encuentra a la vuelta de la esquina. No pocos lectores se preguntarán si efectivamente, ahora que ellos también están volviendo tímidamente a Bolsa o lo están valorando al menos, no es precisamente el momento de no hacerlo, ante una eventual vuelta a un ciclo bajista.

Pues bien, yo situaría estos datos más bien como un primer aviso de que el ciclo alcista no será eterno, tras algo más de dos años de recorrido. En el contexto del análisis histórico de los ciclos bursátiles alcistas, suelen indicar que probablemente lo mayor de la subida desde mínimos ya se ha producido y que, aunque posiblemente queda todavía algún trecho que recorrer, este será claramente menor al ya disfrutado. Concretamente, una subida adicional más allá de un rango del 10-20% sobre los niveles actuales tendría difícil justificación, salvo un cambio de las perspectivas macroeconómicas radical.

Actualmente, con el índice de referencia Dow Jones Industrial norteamericano alrededor de los 12.400 puntos (máximos desde junio del 2008 y punto más alto del ciclo bursátil alcista actual, iniciado justamente ahora hace 2 años y un mes), la revalorización acumulada desde los mínimos de marzo del 2009 alcanza ya el 90%. Un 90% de subida acumulada en más de dos años de recorrido (asociado a una expansión económica que alcanza ya los siete trimestres) y con la perspectiva de un escenario histórico de bastante más de un siglo para el "índice de índices" bursátil, es ciertamente algo que debe poner en alerta al inversor precavido.

En mi caso, la alerta supone entre otras cosas monitorizar estrechamente toda una serie de indicadores, como las tendencias en los beneficios y en la productividad de las empresas, las encuestas de actividad, los tipos de la deuda en el corto y largo plazo, la evolución de la masa monetaria, los precios de tráfico de mercancías, el nivel de incremento en los precios de las materias primas, los diferenciales de crédito o determinados datos de empleo. El análisis de la lectura actual de estos indicadores es consistente también con un escenario de continuación del ciclo alcista pero donde una clara luz naranja ya se ha encendido. Sin duda, llegará un momento cuando la luz roja se encienda. Cuando llegue ese momento tendrá poco sentido mantenerse invertido en el mercado bursátil ya que el riesgo será demasiado elevado. Según un viejo proverbio nacional, será mejor dejarle ganar la última peseta a otro.

Termino resaltando una vez más la conveniencia de estar invertido en Bolsa, en una parte significativa, a través de fondos de inversión, gracias a su elevada diversificación y ventajas fiscales con respecto a las acciones individuales. Dado el poco consenso que observo con respecto a qué regiones disfrutarán de un mejor desempeño, una adecuada diversificación entre Estados Unidos, Europa y emergentes es lo más adecuado.

Juan Manuel Vicente Casadevall, EAFI Kessler & Casadevall Asesoramiento Financiero

El riesgo de un ciclo frío

El gráfico central muestra las rentabilidades de varios índices bursátiles de referencia en los últimos diez años. Entre otras cosas se observa la fuerte correlación que existe entre el índice Dow Jones americano y el selectivo de Bolsa global MSCI World.

También se observa que la estrategia de comprar y esperar una década en Bolsa ha proporcionado una rentabilidad nula o ligeramente negativa.

La próxima década bien podría deparar de nuevo, con grandes oscilaciones de por medio, una rentabilidad anualizada que se situaría alrededor de cero. Terminaría siendo lo que se denomina un "súper ciclo frío".

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