Un legado incierto en Lloyds Bank
Eric Daniels debería haber dimitido en agosto. Si el consejero delegado del banco británico Lloyds se hubiera ido entonces, podría haber apuntado a los crecientes márgenes de interés y a la caída de las deudas incobrables como pruebas de que la nefasta adquisición del HBOS estaba dando sus frutos. Pero un segundo semestre difícil deja ver que su legado sigue estando contaminado.
Lloyds obtuvo un beneficio de 2.200 millones de libras antes de impuestos en 2010, mejorando las pérdidas de 6.300 millones de libras del año anterior. Pero casi tres cuartas partes se obtuvieron en el primer semestre del año. Los inversores creían que Lloyds podría seguir reduciendo la carga de la deuda incobrable en un 20% cada seis meses y alcanzar pronto su 2,5% de margen neto de intereses. Ahora los márgenes tienden a permanecer planos, en torno al 2,1% este año.
Los deterioros van camino de reducirse más despacio, tanto en las desastrosas empresas de Lloyds en Irlanda como en sus operaciones minoristas, más eficientes. En tanto, su posición dominante en Reino Unido será menos rentable mientras tiemble la economía. El banco se ha beneficiado del cambio de titulares de hipotecas a tasas variables más rentables, pero el proceso está lejos de haber concluido. Daniels cede su puesto a Antonio Horta-Osório tras cumplir poco más de la mitad de su objetivo de rebajar el balance en 200 millones de libras. Eso ayudó a impulsar el Tier 1 de Lloyds al 10%, desde un 8% a finales de 2009. Pero aunque Lloyds ha reducido a la mitad su dependencia de la ayuda gubernamental, aún tiene que encontrar 84.000 millones de libras para financiarse. Horta-Osório necesitará repetir la hazaña de la emisión en 2010 de 50.000 millones de euros de financiación al por mayor, a la vez que captar depósitos y reducir activos en un clima de incertidumbre económica.
Su tarea más difícil podrían ser las cesiones. Lloyds tiene que vender al menos 600 sucursales, y deberá luchar por un buen precio a menos que pueda ofrecer más depósitos, perjudicando su perfil de financiación.
Por George Hay