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Columna
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Billete verde a la baja

Todo apunta a que la moneda americana seguirá a la baja a corto plazo. Contra quién es cuestión aparte. Todas las economías occidentales parecen estar debilitando sus divisas para crecer por la vía de las exportaciones, y parece que esta guerra simplemente acaba de empezar

Les voy a dar tres razones de por qué el dólar puede seguir debilitándose en el mercado de divisas:

-Todo apunta a que la Fed acabará aumentando más la liquidez en el mercado a través de la compra de activos, MBS o deuda pública.

- Un año más tarde de empezar a utilizar este término, la autoridad monetaria norteamericana sigue hablando de tipos de interés casi nulos durante un largo periodo de tiempo.

- Por primera vez en mucho tiempo la Fed alude al riesgo de una inflación demasiado baja.

¿Perciben un punto común en los tres argumentos anteriores? Sí, son extraídos del último comunicado del FOMC (Federal Open Market Committee). Expectativas de mayor oferta de dólares, de nuevos descensos en el diferencial de tipos y la necesidad de importar inflación. ¿Conclusión? Todo apunta a que la moneda norteamericana seguirá a la baja a corto plazo. ¿Contra quién? Esto es una cuestión bien diferente.

Veamos. Las autoridades japonesas han llegado a la conclusión de que la subida de su moneda puede acabar por frustrar la recuperación de su economía. Otra vez. No, no están dispuestas a permitirlo. Y el mercado estima que se han empleado a fondo para detener la caída del dólar en niveles de 83 yenes. ¿Tendrán éxito? Por el momento, bajo una cifra de 20.000 millones de dólares estimada para la compra de la moneda norteamericana por el Banco de Japón el dólar ha repuntado hasta los 85 yenes.

Pero el Gobierno japonés no se cansa de repetir que seguirán en el mercado para estabilizar su moneda. Y tienen mucho dinero para conseguirlo. Aunque también otros gobiernos tienen dinero para vender su propia moneda. Pero sólo el japonés ha intervenido en el mercado, por el momento.

El Gobierno norteamericano se ha vuelto especialmente beligerante frente a la posición de las autoridades chinas de mantener una apreciación lenta del yuan. En tres meses tras la declaración en junio de un sistema más flexible, la subida de la moneda china ha sido del 2,0 %. Y casi un 1,5 % en las dos últimas semanas. Nada que ver con el deseo expresado por los gobiernos desarrollados para que el yuan ayude a solucionar los desequilibrios en las balanzas de pagos.

Tiene lógica: el déficit comercial se puede solucionar vía precios, tipo de cambio o a través de menor crecimiento. El primer y el último factor ahora no son deseables. Queda el ajuste del tipo de cambio. Pero no parece que las autoridades chinas estén dispuestas a asumirlo. Dialogo, ofrece el Gobierno chino; medidas concretas, le pide el norteamericano. Mientras intentan ponerse de acuerdo, el dólar sigue bajando en los mercados de divisas. Naturalmente, frente al euro.

Algunos economistas ven casi un alivio que el euro suba en los mercados de divisas, cuando hace apenas tres meses se cuestionaba su propia supervivencia. Mientras, algunos consejeros del Banco Central Europeo (BCE) siguen hablando del riesgo a largo plazo de inflación. ¿Inflación frente a la desinflación extrema que inquieta a la Fed? Alguien está equivocado. Al menos la autoridad monetaria europea ha aprobado que se mantengan las medidas cuantitativas hasta final de año (enero, en el caso del repo a un mes), pero siempre bajo un calendario estricto para la normalización futura de la política monetaria.

Primero, eliminar las medidas cuantitativas; después, subir los tipos de interés. Y con la economía europea, perdón la alemana, como una de las excepciones en el proceso actual de revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento. ¿Cómo no va a subir el euro en estas condiciones?

Pero ya sabemos la elevada sensibilidad de la economía alemana al tipo de cambio. Bueno, de todas las economías del área que en estos momentos tienen falta de demanda interna. ¿Cuál es el límite para la apreciación del euro? Por el momento no hemos escuchado quejas a nivel político de su subida. Y en noviembre del año pasado surgieron sólo cuando superó niveles de 1,50 dólares. ¿Volverá a ocurrir en esta ocasión? Lo veremos, quizás, si repunta un 13%. Yo no creo que llegue a tanto, aunque ya saben la facilidad con que los mercados cometen excesos.

¿Qué todo lo anterior les parece muy complicado? Bueno, no se preocupen: en el G-20 de noviembre se puede producir un acuerdo para reconducir la situación. O quizás no.

José Luis Martínez Campuzano. Estratega de Citi en España

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