Sudáfrica se reinventa
Aumentan los intercambios comerciales, mejora la seguridad ciudadana y los transportes y crece el interés turístico por el país, tras celebrarse el Mundial
Durante el partido que eliminó a EE UU del Mundial, en octavos de final contra Ghana, varias vuvuzelas sonaron en un bar de Nueva York. El insoportable sonido de esta trompeta de plástico, banda sonora de este Mundial, ha vuelto locos tanto a los sudafricanos como a los extranjeros. Pero se ha convertido en su icono desde que empezara a sonar hace 10 años en las iglesias, después en las gradas de los aficionados de los clubes de fútbol negros, hasta saltar a los estadios de rugby, territorio de blancos, y de ahí conquistar el Mundial.
"La gente se quejaba de las vuvuzelas, no sólo los blancos. Nadie quería estar en un tren y oír ese ruido. Pero ahora son más tolerantes porque saben lo que significan para nosotros", explica Nils Flaatten, presidente ejecutivo de la consultora Wesgro. Es esta misma compañía la responsable de atraer inversiones extranjeras y abrir Sudáfrica como mercado internacional, en un país cuya imagen exterior, 16 años después del fin del apartheid, sigue estando asociada a la segregación racial y a la inseguridad, pese a ser el país con mayores perspectivas de crecimiento económico de África.
La primera sorpresa de esta enorme masa de seguidores que ha invadido durante más de un mes las calles y los 10 estadios del país, llenos al 92% de su capacidad, ha sido ver cómo el fantasma de la inseguridad que tanto les asustaba se evaporó en cuanto pisaron suelo sudafricano. "Los turistas se han quedado muy impresionados. Hemos realizado cientos de encuestas y la percepción que tenían antes y durante la competición sobre la sensación de peligro ha dado la vuelta", explica Lee-Anne Bac, directora de la consultora multinacional Grant Thornton.
El reto es consolidar lo que se ha logrado
El crimen durante la celebración ha sido "increíblemente bajo, probablemente el menor de todas las Copas del Mundo", explicó el día de la final entre España y Holanda Danny Jordaan, jefe ejecutivo del comité organizador. En Gauteng, en la provincia de Johanesburgo, la criminalidad ha descendido un 60% en el último mes, según la compañía de seguridad privada ADT.
Se han desplegado 40.000 policías adicionales durante el Mundial. "Hay muchos más agentes por las calles que de costumbre, pero no hay que engañarse, el crimen es muy elevado en este país, no puedes caminar sola por la playa", explica Annett Sobotta, pintora y propietaria de una galería de arte en Camps Bay, un paraíso costero de aires ibicencos, a siete kilómetros de Ciudad del Cabo.
"El reto es continuar con lo que hemos logrado en 2010", explica Flaatten, de Wesgro. La marca Sudáfrica concluyó un acuerdo con Argentina para la comercialización de hasta 20 productos alimentarios. Gigantes del sector petrolífero y de las telecomunicaciones también se dejaron seducir por las virtudes de las oportunidades de negocio con Sudáfrica. "Debido a las débiles condiciones de mercado global no veremos inversiones esta semana, pero en los próximos días habrá un aumento de pedidos gracias a las reuniones mantenidas durante el Mundial. La economía está floja, pero las oportunidades están ahí y en sectores muy amplios", añade.
Los magníficos paisajes y muchas horas de sol al día han empujado al país al primer nivel de la fotografía de moda. Sus vistas aparecen en las portadas de Elle o Cosmopolitan.
El Mundial ha devuelto la confianza al país en su capacidad de hacer cosas importantes cuando se lo propone. Ahora se trata de grabar en el mármol los logros del Mundial y aprovecharlos de cara al futuro. "Antes, la gente no sabía situar Ciudad del Cabo ni otras ciudades sudafricanas en el mapa. Ahora ya saben que existimos, y quieren venir", explica Flaatten. Según las últimas estimaciones, el país atraerá a dos millones de turistas en los próximos cinco años. Queda por ver el uso que se dará a las infraestructuras levantadas para el Mundial. Los estadios, algunos de ellos entre los más vanguardistas del mundo, quedarán vacíos tras la competición. Lo que sí ha generado el Mundial es la construcción de nuevas carreteras y redes de transporte público.
Sólo en nuevas carreteras, el Gobierno ha invertido 1.600 millones de euros. Las vías que unen Pretoria, capital administrativa, y Johanesburgo, capital política, han mejorado considerablemente. La nueva vía de Gillool'ys, al este de Johanesburgo, es uno de los muchos proyectos de infraestructuras que ha generado la celebración del Mundial.
Las brillantes expectativas económicas dejan abiertas sin embargo las profundas desigualdades sociales que persisten entre blancos y negros. Al ser preguntados a qué selección apoyarían durante la final una abrumadora mayoría apoyaba España. "Vamos a ganar", decía casi cualquiera que uno se cruzara por la calle. "Hay muchos holandeses en Ciudad del Cabo", decía un taxista, "y no se portan bien". Pese a ser más pequeño, el fantasma de hace 16 años sigue rondando por Sudáfrica.
La cifra
1.000.000 de visitantes ha recibido Sudáfrica estos días entre aficionados, turistas e inversores.