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Test de estrés de la banca

Pruebas severas para lograr resultados fiables

Crecimiento económico, desempleo, morosidad y precios de la vivienda y la deuda son variables clave del test.

Tan importante como los resultados que arroje el test de estrés es la metodología que se use para medir los límites de resistencia de la banca europea. La efectividad de este análisis -y las dudas que consiga despejar sobre cuál es la situación real de las entidades financieras- dependerá en gran medida de que las pruebas planteen verdaderos escenarios de dificultad, no una simulación más o menos complaciente de lo que pueda suceder en el futuro. Los expertos advierten que los resultados del test deben ir más allá de una foto con la que tranquilizar de forma pasajera a los mercados e incluso muestran su escepticismo ante la iniciativa, con la sospecha de que el grado de exigencia del test sea sólo el preciso para asegurar un aprobado mayoritario.

La metodología debe estar a la altura de las expectativas para que los resultados resulten creíbles. Y esa credibilidad pasa por tener en cuenta numerosos factores y por adaptar las pruebas de resistencia a las peculiaridades y debilidades de cada sistema financiero. La elaboración de un severo escenario de crecimiento económico, de desempleo y de tipos de interés -con su inevitable impacto en el aumento de la morosidad y en el deterioro de la cuenta de resultados- es el punto de partida imprescindible. Pero además, a modo de ejemplo de los matices nacionales, la manera de examinar los riesgos inmobiliarios cobra mucha más importancia para la banca española que para la alemana, en la que resulta mucho más crucial el riesgo adquirido en deuda extranjera, tanto privada como soberana.

El comité de supervisores bancarios europeos (CEBS por sus siglas en inglés) anunció esta semana algunos de los criterios que van a seguirse en la elaboración del test de estrés a la banca europea. El test simulará el impacto en la solvencia de la banca europea de un crecimiento del PIB de la UE tres puntos porcentuales por debajo de las previsiones de la Comisión Europea en un horizonte de dos años - Bruselas prevé un crecimiento del PIB comunitario del 1% este año- y de un deterioro en el riesgo en deuda soberana respecto a los precios de mercado de principios del mes de mayo, que coincide con el inicio del estallido de la crisis griega, sin precisar más. En el mercado se rumorea que, en un intento por incorporar el impacto de ese deterioro, el test de resistencia recogerá un recorte del valor de la deuda griega del 17% y del 3% de la española.

Crecimiento económico, desempleo, morosidad y evolución de los precios de la vivienda y de la deuda soberana son por tanto las variables clave a partir de las que medir el grado de severidad del test que, para ser realmente revelador, deberá aplicarse al mayor número de entidades posible, sean cotizadas o no.

Ámbito de aplicación del test. El comité de supervisores bancarios europeos realizó el pasado año un test de resistencia a los 22 mayores bancos transfronterizos de Europa que resultó insuficiente. En esta ocasión, ha querido ir más allá y el test se aplicará a un total de 91 entidades financieras, que representan el 65% del sistema financiero europeo. Además, al menos el 50% del sistema bancario -considerando el volumen de activos- de los países miembros quedará retratado. La incorporación de entidades no cotizadas, como la totalidad de las cajas de ahorros -que suponen nada menos que la mitad del sistema financiero- o algunos de los bancos regionales alemanes es otro elemento positivo, que aporta en opinión de los expertos mayor credibilidad al test.

Escenario macroeconómico. El CEBS ha dado una referencia del escenario económico adverso que se toma en cuenta para el test, a partir de las previsiones para Europa de la Comisión Europea. Pero, para mayor credibilidad, cada país debería adaptar la prueba a sus propias circunstancias. El Banco de España prevé un crecimiento del PIB del 0,2% este año y del 1,4% en 2011 y respectivas tasas de paro del 19,4% y del 18,8%, si bien ha llegado a pedir a los bancos que prevean niveles de paro más duros, del 22% para este año y del 25% en el próximo.

El desempleo es una variable determinante para las estimaciones de morosidad, que ahora está en el 5,3% en España. Llegó a alcanzar el 9% en la crisis de los años 90, hoy una referencia obligada para el sector, si bien en esta ocasión a la inquietud por los créditos impagados se añaden también las pérdidas latentes de todos los activos inmobiliarios que la banca tiene en balance y que igualmente habrá que provisionar. Barclays calcula que, considerando también ese riesgo, la morosidad total alcanzaría ya aquel máximo del 9% de los 90. Y en su test de estrés para los bancos españoles maneja un ratio total de impagos del 12% en 2011, considerando no sólo créditos morosos sino también las pérdidas en activos inmobiliarios.

En su ejercicio de test de estrés para la banca europea, JP Morgan endurece sus estimaciones de morosidad hasta un 12%, desde un escenario base del 5,8% en 2011 y frente al dato del 6,1% de cierre de 2009 para el conjunto del sector. Contempla así un escenario extremo en que la tasa de morosidad en Europa se duplica en dos años.

Mercado inmobiliario. La estimación de ajuste de precios en el mercado inmobiliario es otra variable clave, sobre todo para la banca española, a la que han pasado una dura factura -en cuenta de resultados y en capitalización bursátil- los riesgos vinculados al ladrillo. Barclays baraja en su test de estrés pérdidas para los activos inmobiliarios de la banca del 50% y de hasta el 60%, en su escenario más severo. En su informe anual de 2009, Santander recoge un ejercicio de estrés en el que una de las hipótesis es una caída acumulada del precio de la vivienda de 2010 a 2012 del 41%.

Ratios de solvencia. En último término, el objetivo básico del test de estrés es calcular qué niveles de solvencia presentarían las entidades financieras en un escenario económico adverso. Y en este ejercicio de resistencia, otros de los elementos es un endurecimiento de los requisitos de capital. "Hay que tener en cuenta que con la normativa de Basilea III, el grado de exigencia será mayor y los bancos tienen que adelantarse a ello", señalan fuentes de mercado.

En la actualidad, la normativa impone que los recursos propios de una entidad sean, como mínimo, un 8% de los activos ponderados según el riesgo. Y de ese volumen de recursos propios, al menos la mitad deben ser capital, reservas y participaciones preferentes, es decir, recursos de primera categoría que se contabilizan en el ratio de Tier 1, que ha de ser por tanto del 4% como mínimo. Como anticipo de una regulación más exigente, los test de estrés que elaboran estos días las firmas de análisis consideran un ratio de Tier 1 de entre el 6% y el 8%, superior al requisito mínimo actual. Fuentes financieras apuntan que la prueba para la banca española contempla un Tier 1 de hasta el 7%.

Cartera de deuda soberana. De igual modo que la banca se resistía con uñas y dientes a confesar sus riesgos en hipotecas basura en los inicios de la crisis, los bancos europeos se resisten ahora a declarar abiertamente su exposición a la deuda pública de los países a los que el mercado ha puesto en el ojo del huracán, como Grecia, Portugal y España.

Los expertos insisten en que la credibilidad del test dependerá en gran medida de las pérdidas que se contemplen en esas carteras. Algunas firmas de análisis incluso llegan a considerar el escenario de una suspensión de pagos de la deuda griega, una hipótesis que la Unión Europea ya se esforzó en alejar con un plan de ayuda en caso de situación extrema por 750.000 millones de euros y que no estaría incorporada en las pruebas de resistencia a la banca.

Quién se examina

 

España. Todos los bancos -Santander, BBVA, Popular, Sabadell y Guipuzcoano, Bankinter y Pastor- y todas las cajas de ahorros, las que se han fusionado y las que permanecen en solitario.

Alemania. Se someterán al test 14 entidades financieras, de las que cinco son bancos regionales, de una naturaleza similar a las cajas de ahorros. El test incluye a Deutsche Bank, Commerzbank, Hypo y WestLB.

ltalia. Se examinarán Unicredito, Intesa Sanpaolo, Monte dei Paschi, Banco Popolare y UBI Banca.

Reino Unido. Se analiza a Royal Bank of Scotland, HSBC, Barclays y Lloyds.

Grecia. SEl test analiza a National Bank, EFG, Alpha, Piraeus, ATEbank y TT Hellenic.

Holanda. ING, Rabobank, ABN/Fortis y SNS Bank.

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