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Aprobado con nota para bancos y cajas

Banca española: sin crisis de solvencia a la vista

Los expertos confirman que el sistema financiero doméstico superará con holgura las pruebas de estrés, pero avisan de los riegos de liquidez y de los inherentes al ladrillo.

He aquí un viejo dilema: ¿qué es lo mejor, seguir adelante inmersos en la incertidumbre y confiando en que los problemas de salud no sean evidentes, o aclarar las dudas de una vez y afrontar el diagnóstico, sea éste bueno o malo? En lo que se refiere al sistema financiero, el mercado ha optado por mayoría abrumadora por enfrentarse a la verdad. "Creo que es algo positivo. Las pruebas de estrés dieron a EE UU una imagen de seguridad que permitió superar sin miedo el hecho de que más de 100 entidades han echado el cierre en el último año. Los inversores deben conocer en qué situación está la banca y la publicación de los datos proporcionará tranquilidad", resume el profesor del Esade Jordi Fabregat.

El análisis se ha estado realizando desde marzo y el objetivo es ver si el capital actual de las entidades sirve para soportar situaciones de deterioro de la morosidad, de riesgo de deuda soberana y de mercado. Las conclusiones llegarán el próximo día 23, fecha de publicación de los famosos test de estrés de la banca europea. Más de 90 entidades de 20 países del continente están siendo sometidas al escrutinio de los supervisores. En España se ha puesto una atención especial y la práctica totalidad del sector va a pasar bajo el microscopio.

La conclusión de los expertos es que el sistema financiero español va a salir bien parado, en términos generales, en lo que se refiere a solvencia, pero que otro asunto distinto es la liquidez. "No se debe confundir una cosa con la otra", advierte Justo Alcocer, socio responsable del sector financiero de PricewaterhouseCoopers. "La solvencia mide si una entidad tiene balance suficiente para provisionar el deterioro de los activos. La liquidez es lo que determina si se puede hacer frente a los vencimientos", explica Alcocer. El mercado interbancario ha estado cerrado para España, afectado por el bombardeo constante de noticias negativas e incluso de rumores sobre una solicitud urgente de ayuda económica. "El dinero es miedoso por naturaleza y no suele racionalizar el riesgo. No discrimina, por ejemplo, entre el banco Santander, que obtiene el 75% de los ingresos fuera de España, y una entidad más doméstica", explica el directivo de PwC.

Ante la ofensiva del mercado, el Gobierno español ha impulsado la publicación al detalle de estas pruebas de resistencia, para poner negro sobre blanco la situación del sector. "Desde luego, la banca española va a pasar los test de estrés sin complicaciones. La banca tiene problemas, pero no muy diferentes a los que hay en otros países", valora Francisco López Ollé, de X Trade Brokers. Este analista incide en que el problema no está en la solvencia, sino en la mala imagen de España, con una tasa de paro que duplica el promedio de la UE, lo que dificulta la financiación en el mercado interbancario y deja a muchas entidades a expensas exclusivamente de los suministros de liquidez de proporciona el Banco Central Europeo (BCE).

"Los resultados de España van a salir bien. Es que si no salen bien, los del resto de Europa son mucho peores. En España hay un problema con la exposición al ladrillo, pero en Europa el problema está con los productos de inversión tóxicos y el fuerte peso de la banca de inversión. Cada uno tiene sus esqueletos particulares guardados en el armario", explica un experto de un banco que pidió no ser identificado. "Todos los bancos españoles tienen un core capital ratio de solvencia que incluye capital más reservas suficiente y lo mismo puede decirse de todas las cajas integradas en los SIP", añade. Estas últimas siglas corresponde al Sistema Institucional de Protección, bajo el cual se permiten fusiones virtuales en las que se comparten riesgos, liquidez y solvencia.

"España no afronta ningún problema de insolvencia. Ni a nivel público, ni a nivel de su sistema bancario", confirman desde Barclays Bank. "Los riesgos actuales suponen ciertamente un desafío, pero son riesgos manejables", concluye la entidad británica. Barclays ha hecho un ejercicio con dos supuestos de fuerte debilidad económica en los que asume unas pérdidas de valor del 50% y el 60% en los colaterales que respaldan los créditos concedidos al sector inmobiliario. El resultado es que las pérdidas para el sistema financiero ascenderían a 25.000 millones de euros en el primer caso y a 46.000 millones en el peor escenario. Se trata de un volumen que puede ser asumido a través de los beneficios de 2010, las provisiones específicas y las genéricas. La proyección de Barclays para la suma de esas partidas asciende a 87.400 millones.

JPMorgan también ha realizado su propio examen para la banca y lo cierto es que en el peor de los escenarios, la banca mediana española necesitaría capital adicional y se quedaría por debajo del 6% en el ratio de solvencia Tier 1, que representa la suma del core capital más las participaciones preferentes y descontando el fondo de comercio y la autocartera. Los dos grandes bancos, Santander y BBVA no sólo pasan con nota alta la prueba, sino que figuran entre las pocas entidades europeas que seguirán registrando beneficios si se diera la peor de todas las circunstancias posibles. En la hipótesis más pesimista, con una reestructuración media del 6% en el valor de la deuda soberana, JPMorgan cifra las necesidades de ampliación de capital de la banca española en poco más 3.060 millones, menos de la mitad que Reino Unido o Italia y 8,6 veces menos que Alemania.

Pero también hay matices. Así lo exponen fuentes financieras consultadas por este periódico: "El resultado va a ser positivo, va a mejorar la imagen de España en su conjunto. Es un paso en una dirección buena, que hace algo menos complicada la situación. Pero no va a servir para desbloquear el acceso a la financiación en el interbancario, que es un tema de percepción, también de alguna realidad, que lleva tres años sin solucionarse. Para que eso ocurra, se necesitan muchas más medidas similares a ésta".

"El efecto país, con un contexto de debilidad económica en los próximos trimestres, está arrastrando a todas las empresas", confirma Alejandro Inurrieta, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).

Por otra parte, una de las reivindicaciones de los expertos es que el resultado no sólo ofrezca un diagnóstico, sino también un tratamiento en los casos que sean precisos. "En España hay que recordar que las cajas que tengan problemas pueden acudir al FROB Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, que está dotado con hasta 99.000 millones de euros y del que sólo se ha utilizado una ínfima parte", subraya Joaquín Maudos, del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). Precisamente, el Gobierno aprobó este viernes la ley de las cajas de ahorro para acelerar la reestructuración del sector; se despolitizarán los consejos y se elevarán las restricciones a la participación que pasan de un máximo del 5% por accionista hasta un 50%. Ahora bien, todas estas acciones no resuelven el gran dolor de cabeza del sector financiero, que es su exposición desmesurada a la actividad inmobiliaria, que despertó un fervor convulsivo hace años y de la que ahora se espera una larga y pesada digestión.

El 60% de los préstamos

Más del 60% de los préstamos concedidos por bancos y cajas están vinculados a la adquisición de viviendas, la promoción inmobiliaria y la construcción, según estimaciones a fecha de marzo pasado realizadas por IVIE. El importe total llega a algo más de 1,1 billones de euros, es decir, supera el 100% del PIB español. "Esto va a influir en los test de estrés, quién más ladrillo tenga, pero parado va a salir", avisa Joaquín Maudos.

Las cajas se llevan más del 60% de ese pastel, si bien la mayoría (más de 360.000 millones) está concentrado en créditos hipotecarios para particulares, que son los más fiables a la de hora cumplir con sus obligaciones y cuyo ratio de morosidad está en el 2,4%.

Más caídas de precios en los pisos

Los productos financieros sofisticados y ahora de dudosa viabilidad son los que pesan como plomo en el balance de la banca europea, donde prima el negocio de inversión. España tiene un modelo diferente, muy minorista, con una red comercial muy desarrollada y donde la espada de Damocles es la financiación hipotecaria: viviendas, solares, promociones, construcción... Barclays espera que estos activos sigan depreciándose al menos un 25% durante los próximos dos años.El Banco de España va a obligar a las entidades a provisionar al 30% y no al 20% -como hasta ahora- los activos inmobiliarios que lleven más de dos años en el balance, bajo la hipótesis de que una permanencia tan duradera en el balance evidencia una "dificultad" en la realización del mismo. Eso es lo que ha estado gravitando sobre la imagen del sector en el panorama internacional.El ratio medio de morosidad crediticia está en niveles del 5,3%, muy lejos del pico del 9% que llegó a alcanzar en la crisis de los años noventa. Pero, hay que tener en cuenta que las entidades tienen 60.000 millones en inmuebles adjudicados (aquellos en que los prestatarios no han podido hacer frente al pago). Si se incorporasen esos activos a la partida de créditos dudosos, entonces la morosidad se elevaría al 9%. La expectativa es que mientras el paro se mantenga al 20%, la morosidad continuará creciendo.Otro factor importante son las hipotecas constituidas en el pico de la burbuja y cuyo importe excede con mucho la valoración real del inmueble que actúa como garantía.

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