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Secretos de despacho

Aire fresco en Nautica

Carol Harrison dirige con naturalidad la firma de moda desde un espacio informal.

Su estilo se ajusta como anillo al dedo al de la marca que dirige y representa. Carol Harrison, nacida en York (Reino Unido) hace 54 años, tiene una manera de desenvolverse informal, lo cual no significa que no dé la sensación de ser una ejecutiva muy segura de sí misma y de lo que hace como directora de la firma de moda Nautica. Es directa, va al grano, da la impresión de que no le gustan los preámbulos, que prefiere afrontar el tema que tiene entre manos sin rodeos, aunque muestra cierto pudor a la hora de fotografiarse en su despacho. Alega que está desordenado y lleno de papeles. Exagera, también con el mismo nivel de exigencia con el que parece tomarse su trabajo. Entiende por desorden varias carpetas que descansan sobre su mesa de trabajo. Una vez aclarado el concepto de orden, posa sin ningún reparo para el fotógrafo, y se tiene la sensación de que una bocanada de aire fresco inunda la estancia. Dice ser una mujer de consenso y parece serlo, porque en varias ocasiones repite los nombres de las personas que forman parte de su equipo como factor esencial del éxito de la compañía.

Hace 14 años que llegó a España como directora de marketing para Europa de la firma deportiva Reebok. En 1999 le ofrecieron el mismo cargo para España y Portugal de la firma que ahora representa. Nautica, a lo largo de estos años, ha vivido diversos avatares, fue adquirida por VF, compañía propietaria, entre otras marcas, de Lee, Wrangler o The North Face. Del diseño se encarga la firma Ridenco España, perteneciente a un grupo griego de distribución que se ocupa de la compañía para España y Portugal y que también comercializa en otros países las marcas de Timberland y La Martina.

Harrison trabajó durante dos años para Footwork, la compañía del futbolista David Beckham. Cuando se le pregunta, por curiosidad malsana, por el jugador, sólo tiene palabras amables tanto para él como para su esposa, Victoria. "Son dos personas fantásticas, fue un privilegio y un placer trabajar con ellos". Asegura que trabajar, en estos momentos, para una empresa de origen griego es motivo de orgullo. "Y un gran desafío".

Está claro que no le asustan los retos. Y reconoce las dificultades del mercado y de adaptación de una firma como Nautica, de origen estadounidense, al mercado español. "Lo único que hay que saber es qué es lo que le va a los españoles; de la colección que se presenta globalmente yo sé lo que funciona en España", afirma. Tal vez, alega, porque está casada con un bilbaíno y por ello está muy en contacto con el ambiente marinero del Cantábrico. "Nuestra ropa es ideal, por ejemplo, para el País Vasco, que es un público más bien de gusto clásico en el vestir".

Ahora está inmersa en un ambicioso plan de expansión de la compañía que lleva implícito la apertura de más de 30 tiendas en España; la siguiente es el próximo mes en Bilbao, aunque el proyecto va un poco más lento debido a la crisis. Sin embargo, estos días celebra el aniversario de la apertura de su primera tienda en el madrileño barrio de Salamanca. "Hemos sido muy bien acogidos y tengo confianza en que nuestra colección va bien para el mercado español". También tiene tienda en el outlet de Las Rozas Village (Madrid).

Carol Harrison confiesa que si por algo se caracteriza su estilo de dirección, es por lo directa que es. "Me gusta ir al grano, tanto con los proveedores, con los que no me gusta el regateo, como con los empleados. Es necesario que se establezca una relación de gran confianza". Durante la conversación, recurre varias veces a su director de retail, de nombre José Luis, al que define como su mano derecha, como también lo es el equipo de tienda. "Es importante que todo el mundo se sienta a gusto, que se involucre en el proyecto".

Dice que es de las que se remanga y trabaja en el almacén, dobla camisas o atiende tareas de gestión. "Dejo hacer lo máximo a todo el mundo, pero soy de las que, si puedo, echo una mano a cualquiera. Soy una más dentro de la compañía, y si no me gusta algo, lo digo". Comenta, y advierte que sin miedo a equivocarse, que las personas que trabajan en Nautica son, además de un equipo diverso, ya que proceden de distintos lugares del mundo, felices. Una suerte.

Las regatas, su gran pasión

Trabaja cerca de 12 horas al día y los fines de semana suele pasarse por las tiendas. No lo puede evitar. "Me gusta ver los clientes que entran y el ambiente que se respira fuera de la jornada de trabajo". Dice que el cliente busca, ante todo, comodidad, calidad y diseño en las prendas que vende. "El 80% de nuestros clientes repite por la calidad". Cuando no trabaja atiende a su hijo de ocho años, a sus dos perros y practica deporte.Estudió Literatura inglesa, aunque nunca pudo imaginar que se dedicaría a la gestión. Sin embargo, su destino cambió de forma casual: "Conocí a una chica en una feria y me comentó que como no paraba de hablar, por qué no montábamos una empresa de relaciones públicas". Así lo hizo. De la literatura sólo queda su afición por la lectura. Y lo cuenta frente a una fotografía de una regata de barcos clásicos a la que asistió en Saint Tropez (Francia).

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