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Lucha por los depósitos

La gran banca impone la ley del más fuerte

La ofensiva en depósitos iniciada por Santander promete ampliar distancias con las cajas y acelerar la reorganización del sector.

Primero fue la crisis de liquidez, que desató el pánico en la clientela y entre las propias entidades financieras. Después, superado el primer zarpazo de la nueva era que inauguraba la quiebra de Lehman Brothers, llegó el momento de reforzar la solvencia y de hacer limpieza en unos balances que no eran tan saludables como se creía. Y ahora, llega la hora de marcar las distancias con el rival y de arañar la cuota de mercado a la que tendrán que renunciar las entidades que no pueden competir.

La gran banca -con el depósito a un año al 4% de Santander a la cabeza- ha desatado la enésima guerra del pasivo y con ello, y con su poderosa red de oficinas, puede precipitar la reordenación del mapa financiero español. "La captación de depósitos se ha convertido en una etapa de montaña del Tour. Quienes no sean capaces de seguir el ritmo de los que van en cabeza se quedarán atrás", reconoce un ejecutivo bancario. La nueva ofensiva de los grandes puede ensanchar aún más la brecha con las cajas, un sector en el que 20 entidades sufrieron pérdidas en el cuarto trimestre y que tiene mayores dificultades de financiación en el mercado de capitales. Además, los tumultuosos procesos de fusión en los que se han embarcado algunas cajas plantean un serio riesgo de pérdida de negocio. "Muchos de nuestros competidores están despistados y debemos aprovecharlo para captar negocio", comunicaba recientemente a su plantilla Ana Patricia Botín, presidenta de Banesto.

El objetivo de la gran banca es proteger su terreno y ganar cuota de mercado, aun a costa de sacrificar en el corto plazo el margen de intermediación. Así, en esta ocasión -y a diferencia de lo que sucedió en el otoño de 2008- el depósito ya no es la alternativa primordial con la que lograr financiación sino el producto con el que forjar una nueva y sólida base de clientes, la que quedará tras el agitado proceso de reestructuración por el que ahora atraviesa el sistema financiero y que tiene como protagonistas a las cajas de ahorros. De hecho, la última ofensiva por la captación de depósitos la lideran entidades que se han sacudido la urgencia de captar financiación y con vía libre en el mercado de capitales. "Santander se financia en el mercado a un coste inferior al 4% y a plazos más largos. Tiene otras vías de financiación muchomás baratas que los depósitos", afirma Antonio Ramírez, analista de KBW.

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"Los grandes no tienen ningún problema para financiarse en el mercado de capitales", añade Irene Pastoriza, de BNP Paribas. Santander lanzó esta misma semana una emisión de deuda sénior por 1.000 millones de euros a dos años con un cupón de euríbor a tres meses más 55 puntos básicos y BBVA emitió otros 1.000 millones a seis años y un cupón del 3,25%. En ambos casos, esta financiación esmás barata que un depósito a un año al 4%.

Evidentemente, entrar en la guerra por la captación de depósitos tiene un coste y no está al alcance de cualquiera. Los márgenes de intermediación acusan el impacto de un entorno de tipos de interés en mínimos, una vez que la cartera hipotecaria ya ha quedado repreciada con la imparable bajada del euríbor. Así, el tipo de interés medio que se aplica a las nuevas hipotecas está en el 2,58%, por debajo del 4% al que las grandes entidades están compitiendo por los depósitos. Para Credit Suisse, la captación de depósitos por un importe de 10.000 millones de euros tendría para Santander un coste "aceptable" de 300 millones de euros, equivalente al 1% del margen de intermediación que la firma estima para este año. El sector bancario asume que el margen de intermediación descenderá este año, en una cuantía queKBWprevé entre el 5% y el 15%, y que podría superar los dos dígitos en el caso de las cajas de ahorros. Pero una cosa es perder dinero y otra ganar menos y, pese a la agresividad de las remuneraciones, se intenta compensar el impacto sobre el margen de negocio con la vinculación del cliente y la contratación de productos adicionales.

"Es como las ofertas de tres por dos de los supermercados. Se gana dinero, pero menos, y quien lo pierde es quien no pone requisitos de vinculación a cambio de rentabilidad", resume el responsable de productos de ahorro de un banco. De hecho, los depósitos más rentables o bien exigen un importe mínimo considerable o requieren la contratación de productos. Así, Banesto ofrece el 4% TAE a un año sin condiciones, aunque sólo a partir de una imposición mínima de 40.000 euros. La Caixa ha tenido en oferta durante dos semanas un depósito al 3,75% a un año para un mínimo de 30.000 euros, sin necesidad de vinculación y con el que ha captado 4.500 millones de euros. En Caja Madrid, el 3,5% TAE a 12 meses no requiere importe mínimo pero sí una alta vinculación que incluye la domiciliación de la nómina y los recibos, la tarjeta de débito o crédito y un seguro o un plan de pensiones. "La domiciliación de la nómina o de la pensión proporciona saldos a la vista que son valiosos para una entidad", reconocen en el sector.

José Antonio Otero, director de negocio de particulares de Banco Pastor, señala que "el ahorro se mueve, principalmente, por precio y el listón ha subido. La banca ha detectado una oportunidad estratégica y se está formando un grupo de entidades en cabeza y un pelotón. El reto está en mantener el pulso en el tiempo". La entidad gallega resiste la ofensiva con un depósito al 3,75% a un año, a cambio de la nómina o la pensión, y otro al 3,75% TAE a 15 meses, con intereses por anticipado y sin requisitos de vinculación. Santander se ha colocado en la cabeza de carrera con el lanzamiento de un depósito a un año al 4%, que saca al banco del segundo plano en que había permanecidomeses atrás, mientras eran las cajas de ahorros las que figuraban en la vanguardia de la remuneración del ahorro. De hecho, el volumen de depósitos de clientes de las cajas de ahorros creció en enero el 0,8% interanual, frente a un descenso del 2,8% de los bancos.

"Los grandes bancos se han dejado cuota de mercado en depósitos en los meses pasados", apuntan fuentes del sector. Y su reacción se ha concentrado en las últimas semanas. "Siempre vamos a estar en la lucha por los clientes, pero en esta ocasión sí vemos un punto de inflexión con la entrada de los grandes", reconoce Manuel Tresánchez, responsable de recursos de particulares de Banco Sabadell, que también hace frente a la competencia de la gran banca con un depósito a un año al 4%, a cambio de requisitos de vinculación.

Sin embargo, "la ofensiva en la remuneración de los depósitos es poco sostenible en un entorno de tipos tan bajos como el actual", apuntaMiguel Arregui, de AFI. Así, la entidad financiera que pague un 4% anual a los ahorradores y no quiera sacrificar su margen de intermediación en exceso no tendrá más remedio que buscar inversiones que dejen un plus de rentabilidad, superior a ese 4%.O, tal y como también advierten fuentes financieras, encarecer el precio de sus créditos. "Invertir en activos que den más del 4%en el corto plazo significa asumir ciertas dosis de riesgo", añade Arregui.

Más allá de la agresividad en las ofertas, fuentes financieras reconocen que la captación de depósitos es siempre parte esencial del negocio bancario y destacan que son fuente recurrente y estable de financiación. El sector apunta además a la importancia de reequilibrar el balance, a la vista de que los años deboom crediticio han dejado la herencia en el sistema financiero español de un ratio de créditos sobre depósitos que ronda el 130%. Además, la captación de depósitos cobra valor añadido en un momento en que la banca afronta la desaparición de las inyecciones masivas de liquidez del Banco Central Europeo. Los desafíos abundan y rivalizar con la competencia queda sólo para los más fuertes.

La presión de los vencimientos de deuda y del pago de cupón de las preferentes

La banca española sigue pagando por los excesos de los últimos años. Las provisiones por el aumento de la morosidad y por el saneamiento de los activos inmobiliarios en balance están poniendo en jaque la cuenta de resultados. Y mientras tanto, también hay que afrontar el pago de los vencimientos de la deuda emitida años atrás para sostener el incremento del crédito y el pago de cupón de las cuantiosas participaciones preferentes emitidas en 2009 y que jugaron un valioso papel para apuntalar la solvencia.Las necesidades de financiación de la banca española a cuenta de los vencimientos de deuda ascienden este año a 80.000 millones de euros, según cálculos de AFI, de los que 50.000 millones corresponden a los bancos y 30.000 millones, a las cajas. "El sector va cumpliendo el calendario previsto con las emisiones realizadas hasta ahora. Es probable que emitan por encima de esos 80.000 millones de euros", añade Miguel Arregui, analista de AFI.El pago de cupón de las preferentes plantea un problema diferente, en especial para las cajas que puedan entrar en pérdidas este año, ya que los números rojos impiden la retribución de estos títulos. Por ahora, el Banco de España ya ha hecho una excepción con Cajasur, en proceso de fusión con Unicaja.Y a futuro, las nuevas normas de solvencia de Basilea III prometen plantear el mayor de los desafíos. La banca española necesitará 48.000 millones de euros en capital y 300.000 millones en liquidez para adaptarse, según advierte el director general de La Caixa, Juan María Nin.

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