El doctor Trichet retira la anestesia
El consejo de gobierno del Banco Central Europeo ha decidido comenzar la retirada paulatina de las facilidades de liquidez establecidas para la banca durante la crisis financiera, y que no pueden estar indefinidamente sosteniendo la actividad bancaria. Con la liberalización del precio de las subastas de liquidez a tres meses y la retirada también lenta de los estímulos fiscales keynesianos, la economía europea, como desde hace unas semanas la de EE UU, tiene que empezar a funcionar sin la anestesia de la liquidez infinita y sin coste. En paralelo a esta decisión de Jean-Claude Trichet, el Banco de Inglaterra también ha abandonado la expansión cuantitativa que supone la compra masiva de bonos del Tesoro británico.
No obstante, el dinero seguirá una larga temporada barato y abundante en las ventanillas de los bancos centrales, aunque esté dosificado y más caro en las de los comerciales. La expansión monetaria tendrá que seguir asistiendo a la actividad económica, dado que no podrá mantenerse mucho tiempo más la inyección de gasto público, que ha colocado los déficits fiscales de muchos países en niveles con alto riesgo para su financiación. Su labor como ariete del crecimiento debe ser sustituida de inmediato por la flexibilización de costes en todos los mercados para hacerlos competitivos.