_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La ruptura de 'links' de Google en China

Google debería llevar a cabo su amenaza de retirarse de China. El gigante de las búsquedas estadounidense dice que un ciberataque a su propiedad intelectual, y los intentos de acceso a datos de correo electrónico de activistas de derechos humanos, han llegado al límite. A partir de ahora, o no hay censura, o no hay Google. Poner un dique al grupo de internautas más grande del mundo crea un poderoso argumento sobre la libertad de expresión, pero también podría ser bueno para los negocios.

La compañía ha estado dispuesta a recortar los resultados de búsqueda en China durante tres años para aplacar a Pekín. Y a pesar del mantra corporativo "no hagas el mal", los accionistas de Google han estado de acuerdo con la censura voluntaria. Parece que la gota final no eran los principios, sino la propiedad, posiblemente el robo de los algoritmos que Google utiliza para generar sus resultados de búsqueda.

Pero la ira de Google pone de manifiesto que la censura de internet en China está empeorando. Las restricciones llegan a ser ridículas. Muchos cibercafés tienen enlaces de vídeo en directo a las estaciones de policía. La absurda aplicación de control de contenidos para adultos, Green Dam, bloqueó imágenes de dibujos animados del gato Garfield, pero permitió que se colaran desnudos.

Google no ha conseguido aún hacer dinero en China, según personas familiarizadas con la situación. Y los inversores probablemente no ven mucho potencial en el precio. Sin embargo, salir de China no será indoloro. El gasto en publicidad en internet será más del doble en 2012, según Credit Suisse. Los usuarios de internet del país superan en número a la población de Estados Unidos.

El dolor probablemente vale la pena. Abandonar China restablecería las credenciales éticas de Google. Seguramente ganará más seguidores en otros lugares, y no sólo entre los usuarios. El presidente francés Nicolas Sarkozy, que enfureció a los líderes chinos cuando se reunió con el Dalai Lama, ha atacado a Google por su dominio de mercado. Cuanto más grande es en los mercados desarrollados, más depende Google de la buena voluntad política para seguir haciendo dinero. Tener principios en China puede pagar los dividendos de Google en Occidente.

Por John Foley

Archivado En

_
_