Un gasto necesario que se pagará con impuestos
Las medidas sin precedentes adoptadas por los bancos centrales y los Estados dejan las economías con altos niveles de endeudamiento
Rescatar a la economía mundial de la peor crisis financiera desde la Gran Depresión ha resultado trabajoso. La gravedad de la situación, con el sistema financiero al borde del colapso, requirió medidas sin precedentes que han permitido evitar la catástrofe. Los salvamentos al sector bancario, las bajadas de tipos de interés a mínimos históricos, las inyecciones de liquidez masivas por parte de los bancos centrales y las medidas de estímulo adoptadas por los Estados han surtido efecto. Hoy los mercados funcionan, el sistema financiero sigue vivo y la recuperación económica está en marcha a pesar de que el crédito aún no fluye con total normalidad. El coste es elevado. Economías altamente endeudadas, incrementos de la presión fiscal a la vista y perspectivas de crecimiento por debajo de potencial para los próximos años.
El camino de la recuperación resultará doloroso. El déficit fiscal de los países del G-20 rondará el 10% de media a finales de este año, una cifra que tan sólo se reducirá al entorno del 8,5% en 2010, según estimaciones del FMI. La financiación de los programas de estímulo económico y los gastos sociales derivados de la crisis han disparado el endeudamiento de las economías desarrolladas, lo que hace prever que la deuda como porcentaje del PIB en los países del G-20 escalará 40 puntos básicos, hasta el 115% para 2014, el mayor aumento desde la Segunda Guerra Mundial, según el FMI.
"Es una situación mala, pero no había otra alternativa porque hubo riesgo de gran depresión, pérdida de confianza absoluta en el sistema financiero y problemas sociales. El coste no es pagadero de forma inmediata. Veremos subidas de impuestos y crecimientos por debajo de potencial durante unos años", comenta Jordi Padilla, de Popular Gestión Privada.
El déficit fiscal de las economías del G-20 rondará este año el 10% de media
En una economía al borde del colapso el papel de los bancos centrales, convertidos en prestatarios de última instancia, y el de los Estados, los principales gastadores en un momento en el que el papel de empresas y familias quedó relegado a un segundo plano por las ingentes cantidades de deuda que aún deben digerir, ha resultado efectivo a la hora de reactivar la actividad.
Las bajadas de tipos de interés fueron una de las primeras medidas de emergencia que adoptaron los bancos centrales. En julio de 2008 el precio del dinero estaba en el 5,25% en EE UU y para finales del pasado ejercicio la Reserva Federal lo había reducido ya a un rango nunca visto, entre el 0% y el 0,25%. La actuación del BCE también ha sido contundente. La autoridad monetaria, eso sí, primero subió los tipos en plena crisis, al aumentarlos del 4% al 4,25% en junio de 2008. Desde entonces los recortes han sido la norma. A finales del pasado ejercicio se situaron al 2,5% y las actuaciones de este año los han dejado en el 1%, un nivel que el BCE ha calificado como adecuado en numerosas ocasiones.
Más allá del abaratamiento del precio del dinero, el estallido de la crisis ha provocado un crecimiento sin precedentes del tamaño y composición de los balances los bancos centrales, utilizados para ofrecer liquidez a unos bancos incapaces de obtener financiación en un mercado interbancario que no funcionaba con normalidad. La compra de bonos del Estado, bonos con garantía hipotecaria y papel comercial ha sido la norma durante los últimos meses. Por otra parte, se abrieron facilidades de liquidez a corto y a largo plazo sin límites para las que se aumentaron los tipos de activos que se aceptaban como contraprestación.
El papel de los Estados no ha sido menos intenso. Las inyecciones de capital al sector bancario fueron las primeras medidas de emergencia adoptadas. En España el único salvamento, el de Caja Castilla La Mancha, y su posterior su fusión con Cajastur no se ha producido hasta este año. Nada que ver con las nacionalizaciones o rescates en toda regla que han recibido entidades alemanas, suizas, británicas, francesas o estadounidenses desde el inicio de la crisis por las cantidades de activos tóxicos que poblaban sus balances, algo que el sector financiero español pudo evitar gracias a las exigencias del Banco de España.
El aumento de la protección a los depositarios, las compras directas de activos del sector bancario, las ayudas a instituciones públicas o las provisiones de liquidez para eliminar activos tóxicos del sistema han sido otras medidas adoptadas, a las que después ha habido que sumar aumentos adicionales del gasto público para hacer frente a las coberturas contra el desempleo, políticas sociales y planes de estímulo diseñados para reactivar la actividad económica.
En España, el Plan E para el estímulo de la economía ha sido una de las principales actuaciones puestas en marcha, un plan de medidas de apoyo a empresas y familias, fomento del empleo, además de una agenda de reformas para modernizar la economía. Este año el Gobierno también ha aprobado ayudas a la compra de vehículos nuevos, el fomento de las actividades productivas, la educación, el turismo o el transporte público, además de anunciar el fin de los recortes a la deducción por vivienda para quienes ganen más de 24.000 euros y de crear el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para coordinar los procesos de reestructuración de entidades de crédito.
Los esfuerzos de los Gobiernos no han quedado ahí y los apoyos fiscales también han abundado desde el inicio de la crisis. Este año el Ejecutivo anunció una rebaja de cinco puntos durante tres años en el impuesto de sociedades para empresas de menos de 25 empleados que mantengan o mejoren la plantilla media de 2008. Medida que se suma a la devolución extraordinaria y universal de los 400 euros aprobada en 2008.
El deterioro galopante de las arcas públicas, no obstante, ha obligado al Gobierno a prepararse para aplicar una mayor austeridad. Por ello, el próximo ejercicio ya ha anunciado la supresión de la deducción de los 400 euros, una mayor presión fiscal sobre las rentas del ahorro y un incremento del IVA a partir de la segunda mitad del año.
Un anticipo de lo que está por llegar, según comentan los expertos. "El coste de la crisis lo vamos a pagar entre todos. Los Gobiernos han llevado los presupuestos a niveles extremos, acordes con la gravedad de la situación. Ahora quedan dos opciones: contención del gasto público o austeridad. 2010 todavía será extenso en gasto porque los programas de estímulo se extenderán al próximo ejercicio, pero empezaremos a ver los primeros pasos de recortes de gastos y subidas de impuestos", comenta Marian Fernández, responsable de estrategia de Inversis Banco.
Los Gobiernos y los bancos centrales se enfrentan ahora a la delicada tarea de comenzar a retirar las medidas de estímulo adoptadas sin truncar la incipiente recuperación económica. Retirarlas demasiado pronto acarrearía aumentos de los diferenciales de crédito, pérdida de confianza y caída de la actividad, mientras que prolongarlas demasiado puede generar exceso de liquidez y una inflación indeseada. Las economías, además, son ahora más vulnerables a una recaída económica. "El volumen de endeudamiento global ha aumentado y ahora vamos a ver una lucha por captar ahorro", comenta Ángel Laborda, profesor del IEB.
A la espera de ver la fortaleza de la recuperación económica, lo único que queda claro es que tras los dispendios vienen épocas de vacas flacas. Toca apretarse el cinturón.
El riesgo de inflación para 2011
Aumentos de impuestos y recortes de gastos parecen consecuencias inevitables para hacer frente a la factura de la crisis. El impacto de las inyecciones récord de liquidez en la evolución de los precios es otra variable que genera preocupación, aunque de momento la mayoría de los expertos no prevé presiones inflacionistas."El déficit ha ido encaminado a eliminar efectos todavía más nocivos. Primero tenemos que ver crecimiento para poder hablar de inflación y velocidad de circulación del dinero, algo que por ahora está parado", explica Marian Fernández, de Inversis Banco.Los bancos no prestan el dinero que reciben y lo cierto es que a pesar de los millones inyectados en el sistema los precios siguen contenidos. La inflación en la zona euro sigue en el 0,5%, en España está en el 0,3% y en EE UU es del 1,8%. Los expertos advierten que los problemas se pueden dar si la recuperación económica sorprende y el dinero se pone a trabajar con rapidez. Ello requeriría actuaciones rápidas de los bancos centrales encaminadas a reducir sus balances y a eliminar liquidez del sistema.
Bancos centrales
-La retirada gradual de estímulos por parte de los bancos centrales preocupa a los inversores. La Reserva Federal ya ha anunciado que en marzo concluirán las compras multimillonarias de deuda pública y privada. Al mismo tiempo advirtió que la mayoría de provisiones especiales de liquidez expirarán el 1 de febrero.-El BCE también dado ha pistas sobre su estrategia de salida. En diciembre celebró la última subasta de liquidez a 12 meses y ha anunciado que en marzo realizará la última subasta a 6 meses.