BP demuestra que lo peor ya ha pasado
Puede que ya haya pasado lo peor para las grandes empresas petrolíferas. Los beneficios del gigante británico casi se redujeron a la mitad en el tercer trimestre si los comparamos con el mismo periodo de 2008. Pero éstos subieron en el trimestre anterior, y la caída no fue tan pronunciada como se temían los inversores. BP y su consejero delegado, Tony Hayward, pueden asumir tanto mérito como la mismísima recuperación del precio del crudo.
Todos los grandes grupos petrolíferos han estado peleándose con los costes a lo largo del año. Y BP ha sido particularmente exitoso. El grupo espera reducir hasta 4.000 millones de dólares en gastos en 2009, un 13% más que el año anterior y superando el objetivo previo (3.000 millones). Algunos de los logros a nivel de eficiencia tienen que ver con la debilidad del dólar. También ayudó el tener unos tipos de interés efectivos más bajos en el tercer trimestre. Pero cerca de dos terceras partes de los ahorros previstos son genuinamente operacionales.
Mejor aún: los volúmenes de producción de BP están creciendo. El grupo bombeó un 7% más de barriles de petróleo en el trimestre gracias a su buque insignia, la plataforma petrolífera Thunderhorse, situada en el Golfo de México. Y gracias, por qué no decirlo, a la ausencia de huracanes en la zona. Los volúmenes de refinado han vuelto a donde estaban antes de la explosión en 2005 de la refinería de Texas City.
BP puede ahora equilibrar sus balances con el barril a menos de 60 dólares, bastante por debajo los actuales 78. Después de todo, BP redujo de hecho su deuda neta en 800 millones de dólares en un trimestre en el que la media del precio del crudo fue de 68 dólares por barril, pero también cuando los precios del gas y los márgenes de refinado eran especialmente débiles. Eso debería eliminar de raíz cualquier tipo de duda persistente acerca de la sostenibilidad del dividendo de este año y probablemente del año que viene.
El rendimiento de las acciones ha superado al de las de Royal Dutch Shell, la archienemiga de BP. Y la británica aún puede sorprendernos más con su reducción de costes. Aunque quedan dudas sobre el crecimiento futuro del grupo a medio plazo.
Por Fiona Maharg-Bravo