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Macroeconomía

La deuda familiar lastra la salida de la crisis

Los países que más invirtieron en pisos quedan rezagados.

Los desequilibrios acumulados en las cuentas españolas durante los últimos lustros empiezan a pasar factura. El ingente déficit por cuenta corriente, que llegó a mostrar unas necesidades de financiación cercanas al 10% del PIB, denotaba una dependencia que hoy, cuando las grandes economías europeas salen de la crisis, supone que España quede rezagada.

El informe mensual que publicará en breve el servicio de estudios de La Caixa sostiene que el exceso de endeudamiento asumido en su día por los países que más invirtieron en vivienda (además de España, también Reino Unido o Irlanda) está provocando que éstos sufran una depresión del consumo más aguda que otros en los que los activos financieros tenían más importancia que los inmobiliarios. Con las bolsas subiendo más del 20% este año, las potencias de la zona euro, EE UU y Japón están recuperando con celeridad su patrón de consumo habitual, mientras los citados arriba sufren el impacto del efecto riqueza negativo al recuperar el valor de sus pisos.

Tres trimestres después

En el caso español, ese es uno de los motivos por los que el consumo privado cayó un 5,9% entre abril y junio y, según reconoce el Gobierno, la salida de la recesión no se producirá hasta el segundo trimestre del año que viene (es decir, tres periodos después que en Francia y Alemania). El informe recoge una comparativa europea del incremento de las necesidades de financiación familiares entre 2002 y 2007, el punto álgido del anterior ciclo alcista. En él se observa que el diferencial entre ahorro e inversión ha ocupado cada vez menor porcentaje de los ingresos brutos disponibles, siendo en numerosos casos negativo.

En España, se pasó de una capacidad de financiación cercana al 1% a una necesidad que superó el 4%, aunque Irlanda, Noruega, Dinamarca o Reino Unido sufrieron deterioros aún más acusados. Sólo los hogares de Alemania y Austria mejoraron su posición financiera. El caldo de cultivo estaba así servido para que la crisis financiera contrajese los precios de los activos: según el Banco de España, sólo en 2008 se redujo en un 12,1% el valor de los financieros, y en un 8,7% el de los inmobiliarios (en este campo, el descenso ha continuado durante este año).

El lado menos negativo de la purga se refiere al reajuste de la balanza en 2009: el deterioro de la riqueza y el aumento de la incertidumbre han impulsado la tasa de ahorro, hasta recuperar, según el servicio de estudios de La Caixa, niveles similares a los de 2004 tanto en Europa como en EE UU. En el caso español, los hogares alcanzaron de nuevo capacidad de financiación el año pasado, del 0,6% del PIB.

Comportamiento "racional" de los hogares

El regreso a la tradicional capacidad de financiación de los hogares (ahorro superior a la inversión) ha venido acompañado de una recomposición de sus patrones. Por una parte, la incertidumbre, el aumento del paro y la disminución de la riqueza han llevado a una elevación de la tasa de ahorro hasta el 14,1% en el primer trimestre, cuatro puntos por encima de la registrada un año antes.Además, la composición de las inversiones ha cambiado radicalmente, con un descenso de la destinada a vivienda del 25%. En cuanto a los activos financieros, las inversiones de las familias también se han modificado de acuerdo con la evolución del ciclo económico, en una manera calificada de "racional" por el servicio de estudios de La Caixa. Así, hoy vuelven a priorizarse los activos más seguros y líquidos en detrimento de los más volátiles y rentables, que habían predominado en la fase alta del ciclo.

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