Un plan de salida arriesgado
Es bueno que los bancos se sientan mejor. Lloyds hasta se pavonea. El grupo está considerando reducir su participación en el plan de protección de activos del Gobierno, que evitó que la entidad sufriera un colapso total de confianza hace cinco meses. La idea es sustituir parte de la garantía estatal con capital fresco de accionistas privados.
Lloyds acordó provisionalmente que los contribuyentes protegieran una parte de sus activos, por valor de 260.000 millones de libras. El banco asumiría los primeros 25.000 millones y el Gobierno el 90% de pérdidas adicionales. Lloyds ya se ha ventilado el primer 40% de la pérdida.
Es fácil ver por qué Lloyds piensa en retirarse. El banco calcula que los cargos por deudas morosas están en máximos tras los 13.400 millones de deterioro del primer semestre. Los 6.200 millones de beneficio operativo posibilitan que los ingresos futuros absorban pérdidas, según las nuevas previsiones del banco. Además, el plan costaría 15.600 millones. Eric Daniels, el presidente, quedaría en manos del Estado.
Pero incluso una retirada parcial del plan de ayudas sería arriesgada. Si la participación prevista se redujera a la mitad, Lloyds necesitaría generar 19.000 millones para alcanzar el mismo Tier-1 que el plan le permitirá.
Además, los políticos recordarán que Lloyds se ha beneficiado del plan, aunque no se haya firmado formalmente. Si Lloyds puede generar capital de nuevo, los contribuyentes merecen una parte: ellos habrán proporcionado la confianza para hacerlo posible.
Jeffrey Goldfarb