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Columna
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British Airways necesita repostar

Finalmente, British Airways ha admitido que necesita liquidez. La aerolínea británica no puede ampliar capital debido a la cantidad de incógnitas que la acechan, además de que el precio de sus acciones está cayendo. Así que optará por la segunda mejor solución para salir del paso los próximos meses: la emisión de bonos convertibles por valor de 400 millones de libras.

Intentar saber con exactitud cuánto capital necesitará la compañía en los dos próximos años es como intentar predecir cuántos agujeros hará un topo en el jardín. Dependiendo de a qué analista se pregunte, British Airways podría completar el ejercicio financiero en marzo de 2010 con una pérdida operativa de sólo 30 millones de libras, o de hasta 610 millones, según Thomson.

El resultado real depende del precio del carburante, el ritmo de la reestructuración laboral de la compañía y de las tendencias del tráfico. Los presagios no son buenos. La aerolínea ha dicho que la demanda de pasajeros de clase preferente, de donde obtiene el grueso de sus beneficios, puede no llegar a recuperarse nunca. Las conversaciones con la plantilla están en marcha, pero no se puede descartar alguna huelga en el verano.

Según la media de las estimaciones de los analistas, British Airways apenas alcanzará el umbral de rentabilidad en términos de flujo de caja operativo. Pero necesita gastar 580 millones de libras en nuevos aviones entre este año y el que viene. Tiene 3.000 millones en líneas de crédito para pagarlos, pero no puede usar ese dinero para cubrir pérdidas operativas o desahogar sus reservas de efectivo.

En estas circunstancias, emitir deuda mediante convertibles parece inteligente. Hay demanda en ese mercado, como se ha demostrado recientemente con los bonos de Air France.

Pero estos bonos sólo conseguirán aumentar el nivel de apalancamiento de la compañía a la que tenía en tiempos del boom. La ratio de deuda bruta a Ebitda podría ascender a 9 veces. Luego está el déficit de pensiones, que podría llegar a los 3.000 millones de libras, según ha admitido la propia British Airways. La aerolínea no puede permitirse contribuir más, pero quizás le sea requerido.

Será difícil que British Airways arregle su balance a medio plazo sin recurrir al mercado. Una fusión con Iberia, que tiene liquidez abundante, ayudaría. No obstante, la salida de Fernando Conte, el presidente que impulsó la operación, significa que el acuerdo no es inminente.

Por Fiona Maharg-Bravo

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