El draconiano ajuste irlandés no es suficiente
La realidad puede ser dura de soportar. El Gobierno irlandés está haciendo lo mejor para adaptarse a una caída que ha llevado el PIB a niveles de 2006. Pero hasta el momento, lo mejor no es bastante.
El presupuesto suplementario presentado el martes ha sido el quinto intento de restaurar algo el balance fiscal. Sus medidas podrían ser draconianas en condiciones normales: un incremento de dos puntos porcentuales para el tipo de gravamen sobre los ingresos, un recorte del gasto equivalente al 2% del PIB y fuertes reducciones en protección a la infancia y algunas prestaciones por desempleo.
Pero los ingresos fiscales han caído tan rápido -se espera que sean un 27% más bajos este año que hace dos años- que el Gobierno no hace más que correr para quedarse casi en el mismo sitio. El presupuesto reduce el esperado déficit del 13% del PIB a sólo el 11%. Y supone que el PIB caerá un 8% en 2009, lo que parece optimista.
En los buenos tiempos, el Gobierno irlandés pensó que había sido cauteloso. Los constantes superávits rebajaron el ratio de la deuda pública del 96% en 1991 al 25% en 2007. Pero todo este buen trabajo está a punto de darse la vuelta, gracias al todavía enorme déficit y a la creación de un banco malo público con unos 50.000 millones de euros de pasivo, equivalente al 30% del PIB.
El ministro de Finanzas habló de la necesidad del 'bien común para prevalecer' -clave para masivos aumentos de impuestos y recorte de prestaciones para los ciudadanos-. Pero los inversores dudan todavía de que el Gobierno lo haga. Aunque el spread entre la deuda pública irlandesa y alemana ha sido recortada a la mitad, está todavía en unos desalentadores 150 puntos básicos.
Las dudas del mercado parecen exageradas. Tanto el Gobierno como la oposición se han dado cuenta de que el país no es tan rico como una vez pareció. Es mejor ajustar el presupuesto como corresponde que arriesgarse a un default público o a la expulsión de la zona euro. Se espera que Irlanda vuelva con un doloroso sexto presupuesto en breve.
Otras naciones demasiado forzadas deberían estudiar con cuidado los apuros irlandeses. El PIB ha caído menos en EE UU y Reino Unido que en Irlanda, pero ambos países se enfrentan a déficits presupuestarios de proporciones de dos dígitos respecto al PIB. Sus Gobiernos deberían también considerar si sus actuales presupuestos se han basado también en estimaciones poco realistas de fortaleza económica subyacente.
Por Edward Hadas