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CincoSentidos

La industria de los fondos expía sus culpas

Los profesionales del sector buscan nuevas fórmulas para recuperar la confianza de los inversores.

La industria de los fondos expía sus culpas
La industria de los fondos expía sus culpasBLOOMBERG

Quién no daría hoy un puñado de su fortuna por tener una caja fuerte en un banco? Las cajas fuertes se han convertido en un bien muy preciado y escasísimo. Nunca fueron un negocio para las entidades financieras y no hay tantas como desearían los inversores. Los directores de sucursal las rifan sólo entre los clientes exclusivos, pero cada vez hay más solicitudes.

La rentabilidad de los ahorros se ha debilitado de tal manera que los inversores han optado por poner su dinero a buen recaudo: en depósitos bancarios o debajo del colchón. Y una caja fuerte es una manera de calmar el pánico. 'Tomar posiciones en metálico es una recomendación habitual hoy en día', dice Gonzalo Lardíes, gestor de Renta Variable de Banca Edmond de Rothschild. 'No tiene sentido resguardarse en un depósito cuando hace seis meses se invertía en fondos BRIK', opina Enrique Borrajeros, socio director de Abantes Asesores. Sonsoles Santamaría, directora general de Tressis, va más allá: 'El depósito no es un vehículo eficiente para gestionar la liquidez. La rentabilidad sólo es atractiva a corto plazo, y cada vez que vence y tienes que reponer, te retienen el 18%. Fiscalmente no es interesante', insiste. Los fondos de inversión son los grandes perdedores de la crisis financiera: en año y medio han perdido 8 de cada diez euros. El pulso lo ganan los bancos. Pagan hasta un 5% por los depósitos. Ya no tienen dificultades para financiarse en el BCE, pero es la única manera de no perder clientes.

Riesgo, rentabilidad y liquidez. Nunca ha sido fácil valorar los atributos de un fondo. Esta crisis ha demostrado que no hay activo exento de riesgo, que la liquidez no siempre está garantizada y que la rentabilidad puede ser positiva, o negativa. Incluso cuando se trata de productos de renta fija, los grandes damnificados de esta tormenta. 'El principal problema de la renta fija es su nombre. Uno piensa que por invertir en un fondo conservador nunca perderá dinero, pero esto no es cierto. Depende del momento de entrada y salida del fondo, que no tiene que corresponder con la emisión y vencimiento del monetario. Ocurre lo mismo con las acciones de Telefónica. Si tienes una acción y no la vendes, la empresa todos los años te paga un dividendo. Pero si entras y sales tienes que mirar el precio. La renta fija lo que hace es descontar expectativas de tipos de interés. Si las expectativas son a la baja, el precio de la renta fija sube, si son al alza, el precio de la renta fija baja', explica Lardíes.

No es la primera vez que los ahorradores se quedan colgados en la renta fija. Sucedió en el año 1994, cuando el 90% de los fondos perdió dinero. 'Todos deseamos que no ocurra una tercera vez, eso significará que hemos hecho bien las cosas', apostilla Pablo Anabitarte, desde la dirección de Fidelity, entidad que colabora con la prestigiosa Asociación Europea de Profesionales del Asesoramiento y Planificación Financiera Personal (EFPA) en sus labores educativas.

La industria de los fondos de inversión expía con humildad sus culpas y se aplica en todas esas fórmulas conocidas y poco usadas que permitirían recuperar la confianza. Es un momento crucial, con los tipos de interés al 2%. æpermil;stas son sus apuestas: arquitectura abierta, una correcta aplicación de la directiva Mifid, que limita las compras del inversor en función de su formación financiera, mayor transparencia en la información, prudencia a la hora de valorar los riesgos (perdiéndose el principio de la subida, como recomienda Tressis, o invirtiendo con aportaciones periódicas, para comprar a un precio promedio, la propuesta de Fidelity) y formación. En el mundo de las finanzas el título de prestigio es el European Financial Advisor, según sus siglas en inglés, expedido por EFPA. Pero este título no es obligatorio en España, al menos por ahora; aunque también es cierto que Banif estableció su obligatoriedad a toda la red comercial y no se ha salvado de las pérdidas. Ahora bien, nadie considera oportuno la prohibición selectiva de productos, por muy sofisticados que sean.

Llegados a este punto, las gestoras independientes opinan que están en mejor posición que los bancos para cumplir las exigencias del inversor que salga de la crisis. Es el sentir de entidades como Atlas Capital o Abante. 'En el mundo anglosajón el 80% de los ahorradores están asesorados por independientes. Aquí no llegamos al 20%, pero la tendencia es imparable', asegura Marta Díaz-Bajo, directora de Atlas Capital.

Pensiones privadas: mejor esperar

Al igual que los fondos de inversión, los de pensiones están soportando con una dureza impredecible la enorme volatilidad que viven los mercados. A este respecto, Luis Peña, consejero delegado de Fonditel, recomienda el uso del dinero acumulado como si se tratara de fondos ingresados en una cuenta corriente. 'La ley no obliga a capitalizar toda la prestación. Es más ventajoso esperar a que cambien las tornas y los mercados recuperen el pulso', destaca este experto.

Más y mejores productos

El declive de los fondos comenzó hace 18 meses. En mayo de 2007 la industria cerró el mes con un patrimonio de 261.076 millones, un récord histórico. Año y medio después, 3,5 euros de cada 10 se han volatilizado. Se ha pasado de 261.000 millones a 169.000 millones en noviembre de 2008. La competencia está en los depósitos. Hasta octubre, la banca ha captado casi medio billón de euros, el 80% a menos de dos años. Para cambiar esta tendencia, los profesionales apuestan por la arquitectura abierta.Hoy es prácticamente imposible comprar en un gran banco un fondo de otra gestora que no sea la suya. 'Se impondrá la arquitectura abierta porque está en juego la línea de flotación de las entidades financieras. No se puede ser competitivo en todo, en hipotecas, en tarjetas, en líneas de descuento, en fondos de inversión… Hacer gestión es difícil y muy costoso, incluso para un banco', dice Gonzalo Lardíes, de Banca Rothschild. En opinión de Sonsoles Santamaría, de Tressis, el hecho de que Santander dijese que iba a vender su gestora 'es el primer síntoma de que las cosas están cambiando. La industria es demasiado sofisticada para poder hacer de todo'.

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