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Columna
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El núcleo duro de Santander

Santander está aprovechando las turbulencias de los mercados para no dejar escapar a sus rivales a un buen precio. En dos meses, el banco español ha comprado Alliance & Leicester y parte de Bradford & Bingley en el Reino Unido y en Estados Unidos el 76% del Sovereign que todavía no le pertenecía. Pero cuando sus competidores más débiles aumenten capital, el riesgo creciente para Santander es que él mismo podría menguar.

El banco ha pagado con acciones la mayoría de sus adquisiciones, y también ha inyectado capital en sus filiales inglesas Abbey y Alliance & Leicester. Cuando las aguas se calmen, el Tier 1 habrá alcanzado el 6%, un poco más bajo que el 7-8% calculado para las entidades británicas después del rescate del Gobierno de Brown. Las filiales inglesas de Santander superarán el 9%.

Podría decirse que el banco no necesita un colchón accionarial tan grande. El mercado y el Gobierno británico han incrementado el ratio bar sobre capital para los bancos ingleses debido a sus grandes pérdidas, y además tendrán probablemente que registrar incluso más activos tóxicos e hipotecas agriadas, por lo que el mercado tendrá que ser asegurado más allá de toda duda.

Por contraste, Santander centra el grueso de su negocio en la banca comercial. No ha tenido escarceos con las subprime ni con las arriesgadas estructuras financieras fuera de balance. Es cierto que el 75% de sus préstamos están en España y el Reino Unido, dos países con una gran burbuja inmobiliaria. Pero el banco español tiene 6.000 millones de euros en provisiones para amortiguar la situación española. Y los analistas esperan que genere beneficios por valor de 18.000 millones de euros en los próximos dos años.

Incluso así, Santander debería plantearse engordar su colchón. Después de todo, Sovereign quizá deba hacer más ajustes. Los competidores tanto europeos como estadounidenses están apresurándose en reforzar sus balances, frecuentemente con inyecciones públicas. Los mercados están comportándose de forma brutal con los bancos que han mostrado debilidades. Santander dispone de unos cuantos activos que pueden ser vendidos, como el 32% de su participación en Cepsa, la petrolera española, o sus divisiones de gestión y seguros; o podría seguir estrujando a sus accionistas. Un modesto incremento de su Tier 1, hasta digamos, un 6,5% podría saldar la cuestión.

Por Fiona Maharg-Bravo

En el camino equivocado

Gordon Brown merece elogios por muchos aspectos de su enérgico y decisivo plan de rescate bancario. Pero el primer ministro británico parece estar sufriendo de una suerte de debilidad mental. æpermil;l quiere que los bancos obtengan la disponibilidad hipotecaria propia de los niveles de 2007. Y Hank Paulson, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, que está siguiendo el plan Brown, ahora dice que los bancos deben hacer uso de su nuevo capital. ¿Quieren conseguir la vieja cultura del exceso de apalancamiento y andar de cabeza de nuevo?Es una benévola interpretación del mandamiento de Paulson. La distancia entre los congelados mercados de crédito de hoy y la inundación de liquidez de principios de 2007 es grande. Quizá sólo quiere encontrar un saludable camino intermedio. Esperemos que así sea. Las expectativas de Brown son más difíciles de justificar. El mercado inmobiliario de Reino Unido fue todavía febril hasta finales de 2007, con los precios incrementándose a un nivel de dos dígitos. Todos deberían ahora estar más centrados y no remontarse a los exuberantes viejos tiempos.Así como la crisis bancaria de 2008 se encamina hacia su conclusión, el objetivo debe ser un sistema financiero algo menos peligroso: bancos con más capital y más fondos de seguridad, depositantes y Gobiernos patrocinadores que no ponen en apuros su dinero, y prestamistas que no están tomando riesgos con lo que es en efecto la alarma primordial de los contribuyentes.Brown y Paulson y los otros líderes del mundo deben dejar claro que están guiando a los bancos en la dirección correcta.Por Edward Hadas

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