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Columna
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Nacionalizar a dos bandas

Los Gobiernos belga y francés han hecho todo lo que han podido para rescatar a Dexia, la entidad financiera con problemas con su aseguradora de bonos FSA en Estados Unidos. Fue, como en el caso de Fortis un día antes, una nacionalización con múltiples jugadores. Ahora cabe preguntarse qué harán los Gobiernos con Dexia.

La mayoría de los 6.400 millones de euros de inyección de capital correrá a cargo de los contribuyentes de una forma u otra. Los Gobiernos belga y francés contribuirán con 1.000 millones de euros cada uno, procedentes de sus Presupuestos, y las tres autoridades regionales belgas aportarán otros 1.000 millones de euros más. La potente Caisse des Dêpots francesa desembolsará otros 2.000 millones de euros. Caisse des Dêpots ya era una de las principales accionistas de Dexia con una participación del 12%, junto con el Estado francés -que ahora controla más del 25% de Dexia- que representa una minoría de bloqueo en la legislación belga.

La justificación para sacarle las castañas del fuego a Deixa, cuyas acciones bajaron un 30% el 29 de septiembre, pasaba por que ni el Gobierno belga ni el francés estaban dispuestos a dejar que cayera una de sus mayores prestamistas de los Gobiernos locales. Por lo que se refiere a los títulos, éstos han sido generosos con los accionistas, con una prima del 38%, precios maltratados y con la gracia de no registrar un solo descuento en los últimos 30 días de cotización. Pero todo eso tiene que ver con la regulación belga del mercado. Al menos, el presidente y consejero delegado de Dexia ha visto la salida.

El rescate no puede ser otra cosa que dinero público bien gastado si las cosas no van como de costumbre en Dexia. El tamaño de la ampliación de capital (el doble de lo anticipado por algunos analistas) parece sugerir que Dexia se está preparando para lo peor y que está lista para cerrar FSA, si se deteriora más rápido de lo previsto.

Tras haber asumido 300 millones de dólares en pérdidas en FSA durante el primer semestre del año, Dexia dice ahora que en los próximos meses asumirá pérdidas de 500 millones de dólares, como máximo, derivadas de las monoline. Ahora, los Gobiernos francés y belga deben decidir si toman el toro por los cuernos y cierran la caída de FSA.

Por Pierre Briançon

El entretenido Darling

El ministro de Economía británico, Alistair Darling, debe dejar de entretenerse. Los franceses se han comprometido a garantizar todos los depósitos, como han hecho los irlandeses. Sin embargo, los británicos se han pasado el último año, desde la intervención de Northern Rock, discutiendo si elevan el actual nivel de garantizado, situado en un máximo de 35.000 libras esterlinas.La Asociación de Banca Británica (BBA, por sus siglas en inglés) ha indicado que ese tope cubre el 96% de las cuentas. Muchas de esas cuentas son pequeñas. Las de gran tamaño, incluidos los depósitos de las empresas, no tienen mucha protección. Sorprendentemente, la BBA desconoce qué proporción de depósitos está garantizada, pero a buen seguro que es inferior al 96%. Cuando Bradford & Bingley cayó a principios de esta semana, sólo el 80% de su depósito de base estaba cubierto, y no es que fuera conocido como un banco que tuviera megadepósitos de empresas.Al final del día, se habían salvado todos los depositarios de B&B. Aun en el marco del sistema actual, es poco probable que, aunque se deposite en otra entidad, el depositante salga perdiendo. Sin embargo, las autoridades están obligadas a desoír cualquier idea que sugiera que los depósitos no son una inversión sólida. Los mercados mayoristas que abastecen de fondos a los bancos recuperan su dinero a la primera insinuación de que los depositantes están tambaleándose. Entonces, todo está perdido. Por supuesto, las garantías gubernamentales no están libres de costo, incluso si la banca paga una prima de seguro por el privilegio, como debe ser. Si los tenedores de depósitos están totalmente protegidos, no tendrían incentivo alguno para depositar su dinero en entidades seguras. Esas garantías pueden fomentar el comportamiento temerario de los débiles.Dicho esto, hay maneras de mitigar el llamado 'riesgo moral'. Por ejemplo, la inversión de la garantía cuando los mercados se han asentado. Habrá tiempo suficiente para considerar que estas consecuencias se convertirán en norma para el sistema bancario. Ahora, Darling debe ponerse con ello.Por Hugo Dixon

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