El control remoto de Roche
Habitualmente el suizo otorga un alto valor a la independencia y al conservadurismo fiscal. Pero el mayor fabricante de medicamentos del país, Roche Holding, se está resistiendo a ambas convenciones con una audaz adquisición por 44.000 millones de dólares en efectivo.
Su propuesta de compra del 44% de los poseedores minoritarios en la estadounidense Genentech, líder en el desarrollo de terapias contra el cáncer, llevaría a Roche desde una fuerte posición con dinero en efectivo de 10.000 millones de francos suizos a una de endeudamiento significativo. Roche se enfrenta a una casi segura rebaja del crédito, pero espera que su abundante cash flow permita un ratio de pago de dividendo mayor en los próximos tres años, e incluso algunas compras pequeñas.
La semiindependencia ha servido bien a Genentech en los 18 años que Roche ha controlado la compañía. Los dos han mantenido una relación equitativa -Roche ha financiado el desarrollo y provisto la distribución mientras dejaba a la firma de biotecnología libertad para innovar-.
Roche es ya el grupo farmacéutico europeo más rentable, intercambiando en 15,3 veces las ganancias de 2008. Pero esto está favorecido por el múltiplo de 23,8 de las acciones de Genentech cotizadas en Estados Unidos que se venden. A Genentech corresponde alrededor de un tercio de la capitalización de mercado de Roche y un 45% de sus ventas de medicamentos. Quizás Roche necesita a Genentech más que Genentech a Roche. Por lo menos la debilidad del dólar reduce el riesgo de Roche
Una oferta inicial baja puede ser otra técnica de reducción del riesgo. Sólo un 9% más que el imperturbable precio de la acción no es más que el valor capitalizado de las prometidas sinergias de la transacción. Roche argumenta que no necesita pagar una prima de control, puesto que ya tiene la mayoría.
Pero el control viene de muchas formas. Genentech tiene actualmente cierta autonomía para determinar su propio futuro y recompensar a los empleados con sus propias acciones. Los directores no ejecutivos de la compañía, que tendrán que evaluar la oferta, pueden pensar que las perspectivas y la independencia operativa de la compañía deben tener un precio más elevado.
Por Jeffrey Goldfarb
Mejor nunca que tarde
La Securities and Exchange Commission (SEC) ha estado soprendentemente callada mientras la Reserva Federal y el Tesoro han abordado la peor crisis financiera en décadas. Eso ha sido hasta la pasada semana, cuando el regulador, dirigido por Christopher Cox, irrumpió en escena de manera caótica.Sus nuevas normas sobre la venta a corto plazo de las acciones de Fannie Mae, Freddie Mac y los principales mediadores de bonos del Tesoro son más simbólicas y confusas que eficaces. Aunque son un intento de restaurar la confianza de las maltrechas compañías financieras, las normas sólo clarifican realmente un área gris. Necesitan que los que deseen apostar contra las compañías logren un pacto para pedir prestadas las acciones. Bajo la normativa actual, necesitan sólo una expectativa razonable de que las acciones pueden ser prestadas.Esto es un tecnicismo. Cabría pensar que Cox tiene asegurados todos los detalles. Pero no parece ser el caso. Bajo la primera propuesta, los que ejecutaran opciones de venta, por ejemplo, habrían encontrado dificultades para compensar su exposición de una manera oportuna sin quebrantar la norma. Por tanto, el regulador rectificó el viernes y eximió a los creadores de mercado.Las reglas pueden llevar aún a toda suerte de confusiones. Muchas de las compañías cuyas acciones 'serán protegidas' de los vendedores a corto son ellas mismas las ahora exentas creadoras de mercado. ¿Y por qué las reglas cubren sólo a algunas instituciones financieras y no a otras? Citigroup está en la lista, mientras su maltrecho rival Wachovia no lo está.La SEC parece haber perdido muchas oportunidades de intervenir en la crisis. Sus mayores esfuerzos pueden suceder entre bastidores. Pero todavía no se han tomado públicamente severas medidas contra los ejecutivos financieros que han bordeado las normas. No forzó a los bancos de inversión a mantener el capital adecuado -y parece haber cedido parcialmente la responsabilidad a la Fed-. Cox incluso dejó pasar una importante conference call sobre la ayuda urgente a Bear Stearns.Los movimientos públicos de Cox dirigidos hacia los vendedores a corto plazo pueden ser populares entre los jefes de Wall Street, como Dick Fuld, de Lehman Brothers. La Fed y el Tesoro han tomado duras decisiones y han actuado como corresponde. Si quiere seguir siendo remotamente creíble, la SEC necesita ponerse seria también.Por Robert Cyran