El bautizo de CincoDías: los padrinos, riesgo y voluntad
Ana comía pipas en la redacción y eso a Paco le llevaba los demonios. Ana R. Cañil era becaria y todavía juguetona. Como yo y otro par de estudiantes -Jorge de Lorenzo y Moisés Romero- de los últimos cursos de Ciencias de la Información, entonces sin ramas de especialización, que aún veinteañeros y novatos habíamos sido 'becados' para iniciar la aventura del primer diario económico en España.
Paco Mora del Río, con patillas tipo roquero, iba a ser el director. Era uno de los siete periodistas, la mayoría procedentes del vespertino Informaciones, que con un préstamo personal de un millón de pesetas -alguna vez se ha escrito que tres-, cada uno iba a iniciar la arriesgada aventura profesional y empresarial de crear el primer diario económico de España.
Escribiendo en pesadas Olivetti, contando matrices entre cícero y cícero, comenzamos a trabajar tres meses antes de la fecha prevista de salida. El entusiasmo y las ganas suplían la inexperiencia y la desconfianza de las fuentes. El disgusto fue tremendo cuando después de varios números cero que se imprimieron desde el 24 de febrero, y en los que figurábamos en el directorio (staff) del diario, cuando salió, al final, el día 3 de marzo, algunos no figurábamos. Creo que los becarios, cuyo nombre no se acuña hasta años más tarde, éramos sencillamente ilegales y no podíamos figurar. Pero trabajar lo hicimos hasta la saciedad, asistimos a la mejor escuela de periodismo y cobrar, cobramos, durante tres años, 15.000 pesetas al mes.
El inconveniente de tener que buscar las noticias estaba compensado con que no existían barreras a la información
A los fundadores les debemos que nos regalaran a los españoles la maqueta de la buena información económica
Los periodistas ya consagrados, de verdad, que no llegaban a una docena, eran voluntaristas amantes del riesgo y la información económica. Grandes profesionales. Habían abandonado sus puestos seguros en los diarios generalistas existentes, principalmente de Informaciones, Pueblo, El Imparcial, el estandarte antifranquista Cuadernos para el Diálogo, otros huidos de la dictadura argentina y chilena Trabajaban ufanos instalados en poco más de 50 metros cuadrados en dos salas alquiladas en el edificio del diario Ya, de Editorial Católica (Edica), empresa en cuyas rotativas tuvo lugar el parto.
Hasta entonces sólo se conocía la frustrada edición de un periódico económico de día sí, día no (3E), un intento de semanario, la revista Actualidad Económica y los boletines comerciales que más que noticias informaban sobre todo de atraques de buques comerciales en los puertos españoles, publicaban anuncios societarios, de juntas, de avisos No hay más que echar una ojeada a las noticias económicas de los diarios de entonces para afirmar que el periodismo económico lo creamos quienes comenzamos a trabajar en CincoDías.
Una gran mayoría de los presentes en el bautizo del diario ha coronado con éxito su carrera periodística y personal. Algunos han protagonizado exclusivas sonadas, otros además han hecho escuela. Luego hemos tenido hijos, nietos, alumnos, becarios, reporteros que nos han dado sopas con honda, directores con distintos criterios y objetivos. Pero el mérito del parto arriesgado y voluntarista lo tienen quienes el día 2 de marzo, aproximadamente a las 10 de la noche, esperaban la salida de las entrañas de la rotativa de la editora del Ya el primer número de nuestro periódico, que al precio de 18 pesetas se estrenaba al día siguiente en los quioscos y universidades de toda España. La trayectoria de CincoDías camina en paralelo con la transición democrática. En sus páginas está la historia de sus líderes económicos y políticos. Aquel referido 2 de marzo el Parlamento exigió al Gobierno explicar la crisis que dejó la dimisión de Fuentes Quintana. Y CincoDías estaba para contarlo.
Reflejar la realidad
En el principio fue la fuente. La mayor parte de información en CincoDías, allá por 1978, era propia, de fuente, como decían los manuales de periodismo. Las agencias apenas escupían noticias de economía. De hecho era el director quien las cortaba y raramente te pasaba una para que fuera pista u origen de una información. Tú tenías que descubrir la actualidad, reflejar la realidad. Las agendas con teléfonos eran, pues, lo más preciado de los periodistas. Sus fuentes, su información de calado y de fondo, background. De ahí que tu capacidad de contactos, tu respeto por las fuentes significaban tu garantía de empleo.
Recuerdo que durante tres meses guardé una noticia porque la fuente me lo pidió. Fue una intensa reflexión. Su publicación no iba a cambiar el mundo. Iba a dar ventajas a la competencia, que se iba a enterar antes de los planes de su rival. A cambio, durante ese tiempo los lectores de CincoDías recibieron varias informaciones que -en compensación- conseguí de esa fuente y que si bien tampoco cambiaron el mundo, sí que verdaderamente contribuyeron a hacerlo más transparente. El trabajo y el inconveniente de tener que buscar las noticias desde su origen estaba compensado con que tampoco había barreras a la información, no había departamentos de prensa, no había noticias provocadas.
Muchos dirigentes políticos y económicos 'se morían' por salir en la prensa. Empresas e instituciones carecían de planes estratégicos de comunicación... Era la noticia en estado puro, si la conseguías. No era algo preparado para impactar en el momento más adecuado. El marketing no se había importado todavía. Sólo había que cuidar y respetar las fuentes. Lamentablemente, eso también era el fruto del retraso secular de nuestra sociedad, pero se iba forjando así el principio de la libertad de prensa.
No se puede dejar de mencionar a muchos que, sin estar en el diario, se esforzaron por facilitar información. Recuerdo la existencia de tan sólo un servicio de estudios, el del entonces Banco de Bilbao, al frente del cual estaba el conocido Julio Alcaide -21 veces padre y premio nacional a la natalidad-, que facilitaba estadísticas que aún no elaboraba ni el INE; a importantes altos cargos ministeriales esforzándose en escribir tribunas que divulgaran no ya sus ideas, sino los conceptos, aún sin estructurar en nuestro vocabulario.
En su primer editorial, el de presentación en sociedad, el diario prometía 'decir la verdad para ser un poco más libres'. Y lo consiguieron. Algunos testigos de excepción que aquel día se mancharon de tinta en los talleres de CincoDías ya no están entre nosotros y otros se dedican a escribir de arte -José Pérez Guerra- o del arte de ser feliz -Eduardo Punset-. A todos les debemos que nos regalaran a los españoles la maqueta de la buena información económica.
Etapas. Distintas propiedades
A los siete años de su fundación, las deudas, la imposibilidad de inyectar nuevos fondos o la oportunidad de recuperar la inversión provocaron la venta de la cabecera a Francisco Gayá, un empresario de artes gráficas que había iniciado un grupo de publicaciones económicas: Estructura, Grupo de Estudios Económicos, SA.En 1987 entran en Estructura, editora de CincoDías, como socios de influencia los Albertos, a través de la empresa Construcciones y Contratas, que acceden al 11% del capital por el que pagan 200 millones de pesetas. Un año después los editores del diario económico The Wall Street Journal tomaban un 10% de Estructura y el grupo francés L'Expasion, un 30%. El desembarco de capital extranjero en el grupo supuso una inyección de capital destinado en parte a financiar la reactivación del periódico. En febrero de 1989, el grupo Prisa entra con el 30%, a través de una ampliación de capital en la que se diluyen las participaciones de Gayá y el grupo extranjero, y se hace cargo del poder ejecutivo hasta el día de hoy, que es propietario al 100%.
Profesionalidad. Tu firma, único activo rentable
En los últimos años, y varias veces en CincoDías, he leído artículos de jóvenes periodistas que pretendían incluir en la historia reciente del periodismo económico la palabra 'sobrecogedores'. Significa periodistas que recibían sobres con dinero por escribir bien de personas o empresas.Ya en 1978, cuando nació CincoDías, esa palabra correspondía al pasado pretérito. Entonces, haciendo una investigación para mi carrera, un periodista mayor, que se autocalificaba financiero y que realmente era entrañable y honesto, me confesó que, lícitamente, cobraba un porcentaje de la publicidad que llevaba a su periódico, pero que eso no era ningún secreto. Otro periodista, también mayor, me contó que, por esas fechas, había rechazado un sobre en una junta de un banco y daba por supuesto que algunos de los que asistieron a la junta lo habrían aceptado. Nunca más conseguí relatos directos de historia de esas que cuentan porque alguien las oyó. Hace décadas que sabemos, y en los inicios de CincoDías lo teníamos como lema, que la firma es el único activo rentable que tiene un periodista. Y sin duda -nunca digas nunca jamás- hay periodistas que pierden el prestigio de su firma, o la hipotecan, o se la dejan embargar.
Homenaje. Encarnita se hizo mayor en CincoDías
La tan citada frase del poeta francés Paul æpermil;luard de 'hay otros mundos, pero están en éste' se convierte casi en lema laboral para Encarna Martín de Oliva. Cada vida es un mundo, pero el mundo de Encarnita es la vida de CincoDías. No es la única que construyó su mundo en torno al diario, pero es el símbolo que permanece. Treinta años dedicados al periódico.Tenía 15 años, era la mayor de cinco hermanos de una familia humilde de Fuenteheridos (Huelva) que había venido a Madrid a ganarse la vida, acogida en casa de unos amigos de sus padres, Manoli y Rodolfo. Trabajaba en una pequeña tienda de regalos en Leganés y ganaba 6.000 pesetas al mes. Sus protectores le dijeron que un amigo suyo, José Pérez Guerra, también de Huelva, estaba ideando un proyecto periodístico y le iba a hacer una entrevista para ver si la contrataba. No sabía nada de periodismo, ni de casi nada. Le encantó y le dio el trabajo. Recuerda que un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando Pérez Guerra le dijo que, por el momento, sólo le podía pagar 20.000 pesetas. Con eso sus padres podrían alimentar a toda la familia. Entró en CincoDías de botones, de 'chica para todo', en enero de 1978, cuando empezaba a fraguarse lo que iba a ser el primer diario económico en España, y hoy sigue aquí, ahora está en la sección de documentación. Para ella, CincoDías es sinónimo de felicidad, el comienzo, 'los años más bonitos de mi vida' y después los mejores momentos. Lo que recuerda con más incertidumbre son los cambios de propiedad del diario y la llegada del euro. El diario les dio una oportunidad a cada uno de sus hermanos, José María, Juan Salvador y Jesús, que trabajaron en los talleres. Lola, su hermana, recuerda su muñeca Mis Primeros Pasos y otras muchas cosas que le traían los Reyes Magos de parte de Encarnita. También Lola fue quien le sustituyó en el diario durante su primer embarazo y así entró en el mundo de la prensa, donde sigue, ahora en El Correo de Andalucía. Su novio de siempre, David, de la pandilla de Leganés, con el que se casó, también trabajó en el diario. Ninguna de sus dos lindas hijas -Cristina y Paula- quiere ser periodista. Encarnita leía el periódico cada día, pero no pensaba que lo que pasaba por sus ojos podía cambiar el mundo, como creíamos algunos periodistas. Cambiaba su mundo. El cambio más relevante, la aparición de otros diarios económicos; la competencia le asustaba. Los ratos de ocio, en casa, los dedicaba a aprender a escribir a máquina, y así hasta que fue nombrada secretaria de redacción. Los corresponsales le dictaban las crónicas y picaba teletipos. Un día, el director, entonces Javier Ayuso, le pidió que pasara desde la grabadora una entrevista que había hecho al entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. 'No había forma de entenderle, me la llevé a casa, poco a poco conseguí acostumbrarme a su acento, pero dediqué todo el fin de semana a pasar la entrevista'. 'He conocido a tanta gente importante y respetuosa en el periódico, sobre todo periodistas, y me emociona pensar que a algunos que ahora veo en la tele les conocí cuando eran simples colaboradores del diario y vestían como cualquier hippy'. Siempre tiene un recuerdo agradecido para cada uno de los que hemos pasado por el diario y una emoción especial al comprobar que su actual director, Jorge Rivera, quiere que 'salga' en este número especial.