La Bolsa, de nuevo bajo el huracán de la economía
Una trayectoria jalonada por 21 años en positivo constata la capacidad del parqué para afrontar las turbulencias.
La incertidumbre ha vuelto a apoderarse de la Bolsa, no es la primera vez y, atendiendo a la historia de los mercados, no será la última. Pero las estadísticas demuestran que el parqué español ha sido capaz de superar todos los seísmos económicos, mientras se gana cada vez más el favor de los inversores.
Desde 1978, la Bolsa ha conseguido cerrar 21 ejercicios en positivo, frente a sólo nueve de números rojos. Además, ha tenido lugar la completa modernización de un mercado que ahora figura entre los 10 más importantes del mundo. Un paso esencial fue la decisión en 1986 de que el índice de la Bolsa de Madrid tuviera continuidad y no empezara cada ejercicio con base 100, como hasta entonces; luego llegó la automatización de la intermediación bursátil y la puesta en funcionamiento del mercado continuo en 1989 y la creación en 1992 de un selectivo de referencia -el Ibex 35- .
A partir de ahí, ha dado pasos de gigante, hasta el punto de que el volumen de contratación de la Bolsa fue en 2007 de 1,15 billones de euros, por encima del valor del PIB nacional.
El Ibex acumula una subida del 150% tras cinco ejercicios consecutivos al alza
Aunque las aguas se han calmado algo tras el turbulento arranque de año, el Ibex no ha podido sustraerse a la incertidumbre generada por la peligrosa combinación de debilidad económica y presiones inflacionarias al alza. La prueba está en las vertiginosas jornadas vividas en la semana del 21 al 25 de enero pasados.
El índice español registró aquel lunes la peor jornada de su historia hasta la fecha, con un retroceso del 7,54%; tres sesiones después, la situación fue la opuesta: el jueves 24 representa la mejor jornada desde la existencia del Ibex, con un avance del 6,95%. ¿Tiempos de crisis? En la simbología china, el término crisis consiste en la suma de los conceptos de peligro y oportunidad, y eso es precisamente lo que el parqué ofrece en estos momentos, tal y como ha ocurrido siempre.
Conviene recordar que la Bolsa no es, en esencia, un espejo de la economía, sino un juego de expectativas que funciona con dinero real. Así, mientras que en los últimos años han estado marcados en España por la euforia del ladrillo, el negocio inmobiliario tiene un peso inferior al 1% dentro del selectivo Ibex 35. A eso se suma el hecho de que aproximadamente un 50% de los ingresos de las compañías que cotizan en el índice proceden del extranjero y que cerca del 25% de la facturación de las empresas de la Bolsa se obtiene en América Latina. Eso no significa que el mercado sea inmune a la evolución de la economía. Nunca ha sido así. A finales de los setenta había una crisis en toda regla en EE UU (con una combinación letal de paro e inflación desbocados) y el índice de la Bolsa de Madrid lo reflejó con depreciaciones del 10% y el 18% en los ejercicios de 1978 y 1979. La invasión de Kuwait por parte de Irak en el verano de 1990 desencadenó una escalada desaforada de la cotización del petróleo, que repercutió en un desplome del 25% en la Bolsa de Madrid.
En 1992, la materialización de la crisis doméstica que se venía larvando desde 1989 se reflejó en el negativo desempeño del Ibex 35 (-9,94%) en su primer año de vida. A partir del año 2000, la confirmación de que detrás de muchos negocios tecnológicos había más humo que otra cosa precipitó el ajuste bursátil más severo de la democracia: un desplome del 58% entre marzo de 2000 y octubre de 2002.
El Ibex no recuperaría los niveles de 2000 hasta finales de septiembre del año 2006. El momento actual tiene un cariz diferente, pues se trata de una crisis de confianza sobre el sistema financiero, que comienza a trasladarse a la economía real.
Peculiar sistema hipotecario
El epicentro del problema se focaliza en el peculiar sistema hipotecario estadounidense, que permite conceder préstamos a clientes de dudosa solvencia. Hasta el punto de que se conocen productos como las llamadas hipotecas Ninja, sin ingresos (income), trabajo (job) y activos (assets) demostrables. El desarrollo de complejos productos financieros ha permitido sacar estos activos de los balances de los bancos y empaquetarlos en forma de bonos y venderlos en el mercado internacional, extendiendo el riesgo al resto del sistema. El mecanismo había funcionado hasta que en febrero de 2006 el sistema comenzó a dar las primeras señales de alarma. A partir de ahí, la debacle ha ido ganando velocidad con el paso de los meses. El dilema ahora es cuál será el calado del descalabro económico. Pese a todo, el Ibex consiguió cerrar 2007 con una revalorización del 7,32%, culminando así su quinto año consecutivo de ganancias. Es el tercer gran ciclo alcista de los últimos 30 años. El primero y más largo duró de 1983 a 1989 e implicó una revalorización total del 250%; el segundo y más brillante -aunque la corrección posterior fue de vértigo- llevó de 1995 a 1999 y significó un avance del 277%; el vigente (2003-2007) supuso una apreciación ligeramente superior al 150%.
Del imponente ciclo alcista se llega ahora a una marea de dudas, tanto que el 70% de los valores del Ibex han sufrido una rebaja de sus precios objetivos en los primeros compases de 2008. Pero la zozobra es algo consustancial a la Bolsa. De hecho, el primer libro conocido que trata sobre la renta variable se llama Confusión de confusiones. La obra fue publicada en 1688 y fue escrita por el español José de la Vega; la temática: diálogos curiosos sobre la Bolsa de Ámsterdam. Y lo cierto es que esa apreciación también se le podía aplicar al mercado español en los tumultuosos años setenta y ochenta. Entonces, las transacciones en corros de poca liquidez no dejaban huella contable alguna; la negociación estaba en manos de los síndicos de la Bolsa, las empresas no entendían el concepto de difundir información pública y el trasiego de información privilegiada estaba a la orden del día.
En el imaginario colectivo, la Bolsa aparece como un tumulto de operadores desgañitándose a voz en cuello con desesperación. Eso que ya sólo ocurre en determinados mercados de derivados (productos de inversión cuyo subyacente es un activo determinado que puede ir desde fanegas de soja hasta índices bursátiles, pasando por acciones y bonos), en plazas financieras de países emergentes y, de forma más simbólica que real, en plataformas como la Bolsa de Nueva York. En España, el parqué es sólo la sede representativa y aún se desarrollan negociaciones marginales del casi extinto mercado de corros, pero la operativa real transcurre en las mesas de los traders de las casas de inversión.
La decisiva Ley del Mercado de Valores
El edificio institucional del mercado español es el Palacio de la Bolsa. Está ubicado en el número 1 de la madrileña Plaza de la Lealtad, que fue erigida en homenaje al levantamiento del 2 de mayo y donde hoy en día arde una llama eterna, en recuerdo de los caídos en defensa de España. El edificio fue inaugurado por la reina María Cristina el 7 de mayo de 1893 y en 1923 fue dado en alquiler por el Estado a la Junta Sindical del Colegio de Agentes de Cambio y Bolsa, y así permaneció hasta que la Ley del Mercado de Valores liquidó entre 1988 y 1989 toda la negociación tradicional.
Ya había habido una serie de tímidos pasos hacia delante, como el reglamento de inversiones de 1981 y la decisión de que el índice de la Bolsa empezase 1987 donde había terminado el ejercicio anterior: en 208,3 puntos. Pero la nueva ley, publicada el 28 de julio de 1988, abrió las puertas a un mercado que no tiene nada que envidiar a ningún otro. Un paso esencial fue la creación de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El organismo supervisor pasó a ser el encargado de la autorizaciones de las nuevas emisiones, una potestad que hasta entonces había estado manejada por los síndicos. La propia junta sindical de la Bolsa desapareció para dar paso a las agencias y sociedades de valores, cuya actividad pasó a ser objeto de control de la CNMV. El colegio de agentes de cambio también perdió el control de la Bolsa, que pasó a estar dirigida por una sociedad gestora, el germen del holding BME (Bolsas y Mercados Españoles), que fue creado en 2002 y que salió a cotizar a Bolsa el 14 de julio de 2006.
El último pilar de la definitiva e irreversible modernización de los mercados bursátiles nacionales fue el mercado continuo, que empezó su andadura el 24 de abril de 1989 interconectado a través del sistema CATS (computer assisted trading system). El primer día estuvo plagado de incidencias técnicas y sólo cinco empresas se atrevieron a cotizar en el nuevo sistema informático: Altos Hornos de Vizcaya; Nueva Montaña Quijano; Nissan Motor Ibérica; Papelera Española y Tubacex. Entre gran expectación, los valores pioneros consiguieron negociar en aquella histórica sesión más de 1.000 millones de pesetas. En los años siguientes hubo quien se opuso a la informatización de la contratación y reclamaba el regreso de los corros. Destacó el encono del entonces presidente del mercado, que no era otro que el mismísimo Manuel Pizarro. La CNMV tumbó su propuesta en 1995, el debate quedó zanjado y el parqué fue despoblándose.
Puede que los mercados no sean hoy tan pintorescos como antaño, pero sin duda han ganado en inmediatez, vértigo y posibilidades. La Bolsa es hoy una ventana abierta al mundo entero, en un entorno en el que la información se multiplica y se hace más compleja. La Bolsa ha aprobado con matrícula de honor el desafío de la modernización, ahora toca hacer frente al huracán que amenaza la economía global.
LOS DIFÍCILES AçOS DE LA TRANSICIâN. 1978. El paso de una economía intervenida al libre mercado tiene sus repercusiones en las plazas financieras, donde impera la negociación de viva voz. Las Bolsas de Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao funcionan independientemente.
TRANSFORMACIONES EN LOS OCHENTA. 1986. La Bolsa española se moderniza. Tras el mágico 1986 (Madrid se revalorizó un 108%), tiene lugar una decisión histórica: el índice deja de empezar en base 100 todos los años y pasa a tener una continuidad histórica.
LA DEVALUACIâN DE LA PESETA. 1993. La primera gran crisis de la democracia se materializó en 1992 y 1993, años en que la peseta fue devaluada tres veces. El año de los Juegos Olímpicos de Barcelona, la Bolsa perdió un 10%, pero en el ejercicio siguiente ganó un 50%.
LA APOTEOSIS DE LA TECNOLOGÍA. 2000. El mundo descubrió los poderes de internet a finales de los noventa. En España, Terra llegó a ser el cuarto valor del Ibex 35. Hacia marzo de 2000 empezó a revelarse la fragilidad de muchos negocios. El desplome duró tres años.
LA BOLSA EXPLORA SUS LÍMITES. 2006. ¢O te metes en Bolsa o se te queda cara de idiota¢, así resumía un bróker la situación en el eufórico año 2006, en el que el Ibex emprendió una carrera de máximos históricos que culminó en noviembre de 2007 (15.945,7).
DE VUELTA A LA INCERTIDUMBRE. 2008. El estallido de una crisis financiera global junto al frenazo brusco de la burbuja inmobiliaria precipitan unos fuertes ajustes en la Bolsa. El Ibex vive el lunes 21 de enero su peor jornada de la historia, con un descenso del 7,54%.
De un club para ricos al capitalismo popular. Un mercado para todos los inversores
La primera sesión de la Bolsa tuvo lugar el 20 de octubre de 1831 con la bendición del rey Fernando VII. Durante la mayor parte de su historia, el mercado de renta variable ha sido el coto privado de las grandes fortunas y ni siquiera tenía relevancia como mecanismo de financiación para las empresas. Todo eso ha cambiado radicalmente en los últimos 30 años. Primero con la informatización del sistema y la desaparición de los agentes de cambio y Bolsa a finales de los ochenta, y luego con la avalancha de privatizaciones de mediados de los noventa.El cambio que supuso un paso adelante de no retorno fue el del cambio de los sistemas informáticos de contratación, el 29 de julio de 1989 y la entrada en vigor del sistema continuo. La puesta en marcha en 1992 del nuevo sistema de compensación y liquidación terminó de modernizar la Bolsa. En 1996 tuvo lugar la privatización de empresas como Endesa, Repsol, Telefónica, Tabacalera y Argentaria, que empujó definitivamente a los inversores a entrar al mercado, tanto a nombre propio como a través de inversiones institucionales. Un dato: desde entonces hasta hoy, la contratación en el SIBE ha aumentado un 900%.
Mirando hacia el futuro. La irrupción de China en la primera línea de la economía y el debate energético, claves para el devenir de los mercados
Llega el gigante asiático. China es cada vez más importante para el mundo. Su imponente maquinaria industrial ha dado alas a las materias primas, al tiempo que ha surtido al planeta de productos baratos. Es el gran financiador de la deuda de EE UU y sus participaciones en grandes firmas occidentales crecen cada día.El petróleo se acaba. La Agencia Internacional de la Energía avisa: el abastecimiento está garantizado sólo durante 40 años más, siempre y cuando se mantuviese inalterado el ritmo actual del consumo, algo improbable. La creciente carestía del petróleo será una cuestión crucial.El papel a jugar por EE UU. Hay quien se ha apresurado a afirmar que la actual crisis económica de EE UU es comienzo del fin de su supremacía. Los datos indican que EE UU sigue siendo el líder; su PIB es un 20% superior al de la eurozona, el triple que el de Japón y casi cinco veces más que el de China.Más energía verde. El medio ambiente ya empieza a ser negocio. El debate sobre el cambio climático y sus potenciales efectos ocupa ya figura entre las preocupaciones de Gobiernos y empresas. Numerosos fondos de inversión empiezan a ofrecer carteras para beneficiarse del auge de la energía renovable.El euro, paso irreversible. La transformación más importante de Europa en los últimos años es, sin ninguna duda, la introducción del euro y la unificación de la política monetaria bajo la batuta del BCE. Hasta la fecha son 15 los países que integran el área euro, que es ya la segunda economía del mundo.
Historial del IBEX 35
1992 El Ibex se estrena en un año de fuerte crisis económica, en el que la peseta es devaluada dos veces. El índice termina perdiendo un 9,94%.1993 Hay acontecimientos graves, como la tercera devaluación de la peseta y la intervención de Banesto. Pero el índice logra ganar un 54,2%.1994 La subida de los tipos de interés tumba la consolidación de las ganancias. Otro mal año para la renta variable, que al final cede un 14,59%.1995 El récord histórico de Wall Street da ánimos a una Bolsa que teme el enfriamiento económico. El Ibex 35 cierra con un alza del 17,59%.1996 Un año de privatizaciones: Endesa, Repsol, Telefónica, Tabacalera y Argentaria. El dinero fluye a la Bolsa, que se revaloriza un 41,97%.1997 Año del apogeo mundial. La expansión económica domina la actividad y catapulta al Ibex hacia máximos. El selectivo sube un 40,75%.1998 Vaivenes. El colapso de los hedge funds lleva el miedo al parqué, pero el aluvión de OPV lo compensa. Saldo final: el Ibex avanza un 35,6%.1999 Todo lo que tenga que ver con la tecnología sube como la espuma, es el caso de Telefónica y su filial Terra. La Bolsa mejora un 18,35%.2000 Se acabaron las alegrías. Donde había auge tecnológico, ahora hay quiebras. Las Bolsas del mundo caen a plomo; Madrid, un 21,75%.2001 Día de la infamia: 11-S. Los ataques terroristas sobre EE UU marcan el final de un año de crisis, en el que el mercado baja un 7,82%.2002 Quiebra de la confianza. El pesimismo del mercado acerca de la capacidad de recuperación derrumba la renta variable (-28,11%).2003 Regresa la alegría al parqué. La rápida solución de la guerra de Irak llena de optimismo a los inversores. El repunte es del 28,17%.2004 Saneamiento de balances, consolidación de los resultados... Las empresas hacen sus deberes y los inversores lo premian, sube el 17,37%.2005 Para un entorno complicado como el de ese año, con tipos de interés y petróleo al alza, la Bolsa salda un buen ejercicio y se aprecia el 18,2%.2006 A golpe de opa. El mercado español concluye un ejercicio histórico gracias a la avalancha de fusiones. El Ibex crece un 31,79%.2007 Pinchazo inmobiliario. El batacazo de la actividad en el sector residencial arruina la segunda parte del año. La Bolsa, en positivo: 7,32%.