La banca supera la prueba del escáner
Ayer terminó la ronda de publicación de resultados de la banca española en el primer trimestre, y lo hizo con las cuentas de Banco Santander, que es el primer banco del mundo por beneficios, tras registrar un nuevo récord en los tres primeros meses del año y encadenar cuatro trimestres consecutivos con ganancias de más de 2.000 millones de euros. Amén de los excelentes números del que es también primer banco de la zona euro por capitalización, la gran banca española ha publicado un desempeño sobresaliente, que tiene, además, un doble valor: se produce en un contexto de extrema dificultad financiera en el mundo y en plena caída de la actividad hipotecaria, que había sobrealimentado la actividad bancaria en los diez últimos años.
Desde el verano pasado las autoridades económicas de los países desarrollados y los agentes de los mercados financieros han ido posponiendo continuamente fechas sobre la resolución de la crisis de liquidez y confianza desatada entre los bancos de todo el mundo. Tras los resultados de 2007 remitieron el ejercicio de saneamiento y visibilidad de las cuentas de resultados y balances de los grandes bancos a estas fechas, una vez analizados los números del primer trimestre. Ahora, la resolución definitiva se pospone de nuevo, sine die incluso. Pero el primer trimestre ha aclarado algunas cosas de forma casi definitiva.
En primer lugar, que la banca española está limpia. Frente a las reiteradas sospechas vertidas en los mercados acerca de la vulnerabilidad de las entidades españolas, justificada por sus rivales en un supuesto paralelismo entre la economía estadounidense y la española por el vigor de la actividad residencial, los resultados han dado negativo, pero en el sentido positivo del término. Buena parte de las firmas mundiales de la banca, entre ellas las más reputadas, han reconocido contar en sus carteras con activos financieros dañados por la crisis subprime, han tenido que provisionarlos y han registrado abultadas pérdidas (Merrill, UBS, Royal Bank, Citi, Société, Morgan Stanley). Otros bancos incluso han desaparecido (Bear Stearns). Pero los bancos y cajas españoles han repetido la rutina del beneficio récord.
Una vez más los números cantan y han demostrado que los bancos españoles tienen entre manos uno de los negocios financieros mejor gestionados del mundo, tanto por la excelencia de sus ejecutivos como por los niveles de exigencia y celo impuestos por el Banco de España. Pero cierto es que los avances en el negocio bancario, en el crédito, se han atemperado. La crisis internacional y la desaceleración inmobiliaria en España han comenzado a pasar factura y, aunque las grandes entidades conservan avances muy fuertes, la banca doméstica se aferra ya a crecimientos de los beneficios en torno al 10%, que deben ser considerados buenos para todo el año.
Además, en casi todos ellos se aprecia una notable mejora de la tasa de eficiencia, como inequívoca señal de que han empezado a vigilar los costes para no consumir tantos ingresos. El sesgo del negocio ha cambiado, pero lo han hecho también los criterios de la gestión para afrontar una etapa menos agradecida en la tarea de captar dinero para prestarlo.