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Columna
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Itínere se equivocaba

Hubiera sido la mayor OPV de Europa este año de no haber concluido antes incluso de salir a Bolsa. Itínere, la concesionaria de autopistas de Sacyr, ha retirado su OPV, por valor de 3.000 millones de euros, tres días antes de fijar el precio final de su salida. La compañía culpa a las 'malas condiciones del mercado'.

Curiosamente, las condiciones del mercado son mejores que cuando fijó su rango de precios, el 10 de abril. El IBEX 35 subió un 5%, menos que las competidoras de Itínere, Cintra y Abertis. Sin embargo, apenas hubo suficiente demanda de minoristas e inversores institucionales, incluso en el límite bajo del rango. Y los inversores internacionales, a los que se presuponía la compra de la otra mitad, se mostraron aún menos interesados.

Itínere tendría que haberlo deducido antes. Después de todo, el rango de precios se fija según el comportamiento de los inversores. En el margen inferior de esa horquilla, la oferta supondría un descuento del 45% sobre la valoración de flujos de caja de los analistas. Pero el descuento no era suficientemente amplio para una compañía muy apalancada en España, donde la perspectiva económica se deteriora con celeridad.

Para salir con éxito, Sacyr tendría que haber reducido el precio de manera radical. El que no lo hiciera desvela una mejora de su propia situación financiera. La compañía logró vender su participación en Eiffage. Al mismo tiempo, el descubrimiento de un yacimiento petrolífero en Brasil catapultó su participación en Repsol, 20% de la petrogasista, y totalmente financiada poniendo en prenda sus acciones, cómodamente por encima del precio donde tiene que añadir más colateral.

Sacyr aún debe compensar los 570 millones de euros que pidió prestados cuando Itínere compró a su rival Europistas el pasado año. Pero los bancos que le prestaron el capital son los organizadores de la OPV, lo que le confiere más margen para repagar. Puede que pase bastante tiempo hasta que Itínere vuelva a desafiar al mercado. Por Fiona Maharg-Bravo

Las pérdidas del Deutsche

Deustche Bank ha perdido puestos entre el pelotón. Su insignificante exposición al desastre de las suprime le ha permitido algunas jactancias que ha explotado durante meses. Pero se ha visto atrapado en la telaraña de los créditos y sus negocios se han afectado. Unas depreciaciones de 2.700 millones de euros y una caída excesiva de sus ingresos han supuesto pérdidas de 254 millones de euros en el primer trimestre. Las primeras de la entidad en cinco años. Y deberían haber sido peores.La depreciación de sus créditos apalancadas y de sus valores y préstamos respaldados por hipotecas, fue menos severa que la de sus competidores. Deutsche provisionó sus compromisos de adquisición de créditos por el 9%, bajo si se compara con el 15% de Credit Suisse. De forma similar, la entidad germana recorta el valor de sus exposiciones a valores respaldados con deuda inmobiliaria en un 6%, mientras RBS lo hizo en un 17%. Deutsche dice que no todos los portfolios son iguales y tiene razón. Pero el argumento pierde lustre por el pasado optimista del banco.Hace solo dos meses, Josef Ackermann, su presidente, fijó en 8.400 millones de euros las previsiones de beneficios para 2008, aunque el consenso de los analistas estaba más cerca de los 7.100 millones. Ahora, las expectativas han caído hasta 6.200 millones. Ackermann no comenta más previsiones que aquellas que establecen que el banco emergerá con fuerza cuando la situación se despeje.Hay poco que celebrar. Incluso las expectativas recientes de los analistas de que los beneficios en este año caerían un 25% pueden parecer ya insuficientes. Para cumplirlas, en los próximos tres trimestres los resultados tendrían que ser incluso mejores que los previstos por Ackermann hace dos meses. Para colmo, las pérdidas del primer trimestre se han suavizado gracias a los beneficios obtenidos con la venta de sus participadas Daimler, Allianz y Linde. La caída de ingresos en banca corporativa y la gestora de fondos ha sido del 40%, peor de lo sufrido por otros competidores. Y la exposición a los créditos apalancados permanece alta, en 33.000 millones de euros, así como su exposición a valores respaldados por hipotecas, en 16.400 millones de euros.Y a pesar de que sus activos considerados Tier 1 suponen un formidable 9,2% del total, su incremento en derivados, que alcanzan el 14% de los activos, convierte al banco alemán en uno de los más apalancados de Europa. Deshacerse de subprimes, aunque recomendable, no ha sido suficiente para mantenerle al margen de los problemas. Así pues, está empezando a parecer que el Deutsche podría verse forzado a incrementar capital, al igual que muchos de sus competidores. Por Jeffrey Goldfarb

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