La biotecnología sienta las bases para un futuro de éxito
Pese al crecimiento de los últimos años, el sector todavía tiene que salvar algunas barreras, como la divulgación y el acceso a la financiación.
La industria biotecnológica tiene un alto potencial de crecimiento. Pero para llegar a desarrollar esa capacidad necesita superar una serie de trabas importantes que aún encuentra en su camino. Esta es la conclusión a la que han llegado varios expertos del sector que participaron el 12 de marzo en un desayuno organizado por CincoDías y Banco Madrid en la capital española. La mayoría son emprendedores y, como tal, miran el futuro bajo una perspectiva positiva, pero también de una forma realista.
El primer reto que tienen las compañías es el del transmitir conocimiento. 'Hace 20 años la revista Cell, una de las publicaciones punteras en biotecnología, divulgó un editorial preguntándose cuál era el campo de la ciencia con mayor dificultad de entendimiento para el que está fuera. Yo siempre pensé que era la astrofísica u otra, pero resulto ser la biotecnología', apunta Rubén Henríquez, director del programa Máster en Biotecnología del Instituto de Empresa.
Todas la barreras que existen en el negocio se transforman al final en trabas de comprensión para el inversor. 'Deberíamos hacer un esfuerzo para empezar a clarificar en qué consiste la biotecnología, que líneas se pueden diferenciar, cuáles son los productos y cómo se obtienen rentabilidades a través de los mismos. Al fin y al cabo son un magnífico elemento de diversificación de las carteras con unas expectativas muy altas de generar beneficios', explica Luis Regalado, director de banca privada de Banco Madrid.
Esta dificultad de entendimiento impide en numerosas ocasiones que el inversor de a pie se adentre en este tipo de valores. 'De alguna manera ven las biotecnológicas igual que veían las puntocom. Es decir, como una inversión modernísima que va a salvar la vida a la sociedad. Hay que romper con esto, porque popularizará el sector, generará más recursos y nos permitirá caminar más deprisa y llegar más lejos', explica Juan Carlos de Gregorio, consejero delegado de Puleva Biotech.
La complejidad del negocio de las compañías de biotecnología, con muchos años de investigación de por medio, supone un problema también a la hora de obtener financiación. 'Ahora somos uno de los países a los que se mira con interés desde Europa, porque se han hecho bien las cosas. Pero, ¿cuál es nuestro principal gap? El capital especializado precisamente para canalizar esto, porque hay un desconcierto de cómo se invierte en el sector', señala Cristina Garmendia presidenta de Asebio (Asociación Española de Bioempresas).
La mayoría de las compañías de biotecnología nacen con el apoyo del business angel (particular que aporta sus propios fondos en una fase embrionaria de un proyecto), pero con el tiempo 'hay que buscar inversores que den confort', añade Garmendia. Es en este momento cuando el capital riesgo adquiere un protagonismo relevante.
'El capital riesgo empezó en los años noventa a financiar proyectos prometedores en el mundo, y en España está llegando ahora. Con lo cual hay una labor de explicar a los institucionales qué es la biotecnología, qué retornos ofrece, qué tiempo se requiere para ir madurando el concepto...', apunta Joël Jean-Mairet, socio de Ysios Capital Partners. 'Cada empresa necesita un tipo de financiación. Una parte se dedica a servicios, y esto tradicionalmente no ha sido apoyado por el capital riesgo. Cuando se va a desarrollo de producto, cuando la empresa tiene una idea, que requiere hacer una serie de análisis durante años y no está generando ingresos pero consume cantidades de dinero, es donde entra en juego el capital riesgo. Siempre se buscan las mejores oportunidades', añade Jean-Mairet.
Pero las necesidades son cambiantes en una empresa de biotecnología que se adentra en un proyecto y desarrollo de un producto. 'En cada momento se necesita un tipo de inversor que te dé un apoyo distinto. Una de las grandes diferencias que podemos tener España y Estados Unidos es la dificultad de acceder al capital expansión. Y realmente sabemos que es lo que va a diferenciar a un proyecto pequeño que funciona a una historia realmente de éxito. Desde las distintas administraciones, desde las empresas e instituciones, tenemos que conseguir que se apoye mucho más y sea más fácil el acceso al capital expansión', explica Javier de Echevarría, consejero delegado de Labec Pharma y Vidaplus.
A pesar de que las necesidades comienzan a estar cubiertas, lo cierto es que hay que seguir buscando alternativas. Hasta ahora, las compañías biotecnológicas se encuentran casi con exclusividad con una clase de apoyo financiero: 'Sólo te encuentras ofertas de capital riesgo', dice Cristina Garmendia.
Más tipo de inversores
Para José Miguel López-Frade, director general de Banco Madrid, uno de los grandes retos para el sector está en encontrar formatos de inversor que diversifiquen los dos que existen: business angels y capital riesgo. 'La industria debería intentar colaborar para que haya un proceso de tránsito que aguante ese enorme gap que hay entre un institucional y uno pequeño. Creo que en la banca y en los gestores está la agrupación de esos potenciales inversores'.
Pero el objetivo de financiación en las compañías biotecnológicas debería sopesar otras opciones. 'Es evidente que hay que sustentar un capital riesgo que nos permita obtener soluciones para el cáncer. Pero hay otros subsectores que pueden estar menos regulados y que podrían dar más visibilidad al sector', explica Juan Carlos de Gregorio. El consejero delegado de Puleva Biotech considera que 'los alimentos funcionales también tienen un concepto de salud con una barrera de entrada mucho más rápida y con retornos más rápidos'. 'La evolución que está teniendo el concepto alimentario en el tratamiento de la salud está siendo absolutamente diferente a lo que había hace cuatro años', añade De Gregorio.
Desde un punto de vista regulatorio las dificultades también existen. 'Estamos en un país en el que casi tienes que ir luchando comunidad por comunidad autónoma con distinta legislación, con diferentes marcos regulatorios, para que te acepten tu producto. En el tema de la vacuna contra el cáncer de útero hay autonomías que no quieren saber absolutamente nada. La tarea de la empresa comercializadora es muy complicada', apunta Javier de Echevarría.
A nivel europeo la cosa se complica aún más. 'O nos creemos el mercado de verdad y todos trabajamos para ello en todos los sentidos, o tenemos una desventaja competitiva a nivel mundial. El mercado de Europa es un mercado único virtual, pero no real, porque cada país tiene su marco regulatorio. Si ya unimos la complejidad de las comunidades autónomas, la desventaja es tremenda', explica Cristina Garmendia.
Estas dificultades no impiden, sin embargo, que el sector reconozca el importante apoyo que va recibiendo de las administraciones. 'Estamos en un momento en el que hay un gran número de buenos investigadores en centros públicos. Esto ha sido fruto también del impulso muy importante que hemos tenido en los últimos cuatro o cinco años de las políticas públicas no sólo a nivel nacional, sino también regional', reconoce Cristina Garmendia.
Pero el sector español está aún lejos del resto del mundo en muchos aspectos. 'En Estados Unidos las principales empresas biotecnologías están muy arropadas por las universidades. Cuando llegan a los inversores, al capital riesgo ya le han hecho una parte importante del trabajo', desvela Javier de Echevarría.
El despertar de la biotecnología en el país se ha dejado notar con intensidad entre los últimos cuatro o cinco años. En este tiempo ha habido un gran impulso en infraestructuras, que han permitido llegar a más de 60 parques científicos y tecnológicos y a la creación de más de 60.000 puestos de trabajo en el sector. El crecimiento en número de empresas ha sido superior al 20% sostenible en los últimos cinco años. Y lo más importante, desde Europa comienza a contemplarse con interés a España. Rubén Henríquez así lo constata: 'Más de la mitad de los que acuden al máster del Instituto de Empresa es gente de fuera. Los hay de Estados Unidos e incluso de Malasia. Hay médicos, abogados, empresarios, médicos... El curso ha llegado a un gran público con muy poco marketing y una difusión muy limitada. Eso para nosotros es una señal; el mundo nos está respondiendo, tiene ganas de aprender', dice.
Seducir al capital riesgo con el equipo de gestión
Son muchas las dificultades que tienen que sortear las empresas de biotecnología para lograr culminar un proyecto. Y la consecución de cada uno sirve, en definitiva, para realzar a la propia compañía, pero también al sector. 'Sin experiencias de éxito no hay dónde acogerse', explica Joël Jean-Mairet.Son muchos los pilares en los que debe sustentarse el negocio biotecnológico. Y el principal es el de la financiación. El capital riesgo juega en este sentido un papel relevante. 'El mercado es global. Por lo tanto, lo importante es destacar', comenta Cristina Garmendia. La fórmula para conseguirlo no es otra que la de tener un buen equipo gestor. 'Si tienes un buen proyecto, un positivo desarrollo, pero no tienes un buen equipo, el capital riesgo no entra en la compañía', añade Garmendia.La gestión debe desarrollarse por personas cualificadas, que conformarán distintos cargos como consejeros delegados con experiencia, director financiero, de investigación..., y en la que también se da cabida al talento internacional. 'Parte del paquete retributivo del equipo gestor debería estar en acciones; es la forma de fidelizar el equipo gestor y comprometerlo en el business plan que tiene por delante. Es una de las recomendaciones que haría a las compañías que tienen esa ambición de desarrollar productos farmacéuticos', explica Garmendia.Conseguir todo esto requiere sumas importantes de desinversión. 'Captar talento en este país es muy caro', comenta Juan Carlos de Gregorio. Para el consejero de Puleva Biotech existe la posibilidad de crecer también apostando por elementos que generen caja en un periodo de tiempo más corto.