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Tribuna
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Una gestión más eficiente de la liquidez

La reciente incertidumbre de los mercados ha reafirmado la necesidad de operaciones bancarias eficientes con un grado elevado de visibilidad y control. Esta es una afirmación especialmente cierta en el caso de las operaciones de gestión de efectivo y tesorería, que se administran con el fin de asegurar que hay suficientes fondos para cubrir responsabilidades y encontrar la manera de invertir el excedente de caja para obtener mayores beneficios.

Tanto a los encargados de la gestión de efectivo en las cuentas Nostro como a sus homólogos gestores de liquidez en multinacionales se les exige mayor precisión en el seguimiento y previsión de las posiciones de efectivo. Saben que una mala previsión requiere un mayor saldo de efectivo en caja, en un momento en que las condiciones del mercado suponen un incentivo para realizar un uso más eficiente del capital en todas sus formas.

La clave para mejorar la gestión de efectivo es ampliar la perspectiva temporal sobre la que los tesoreros deben gestionar sus posiciones. Para ello han de recabar más información. No se trata sólo de obtener más datos, sino de tener más fuentes de información, ampliando la capacidad de las herramientas de planificación existentes.

Los bancos españoles, al igual que la mayoría de los europeos, utilizan herramientas para la gestión de su liquidez que, en base a las nuevas demandas, se muestran insuficientes. La capacidad que tenga un banco de optimizar sus posiciones de efectivo es muy importante. Los bancos universales deben tener en cuenta todas sus líneas de negocio a la hora de gestionar el efectivo, no sólo por departamentos o países de manera aislada.

El grupo Aite ha destacado en un reciente estudio la sorprendente y excesiva confianza que se otorga a métodos y procesos que han quedado desfasados. La falta de información en tiempo real y la confianza en los procesos manuales dificulta la gestión de efectivo. Sorprendentemente, un 75% de los bancos europeos dependen de procesos manuales o parcialmente manuales, utilizando como herramienta más sofisticada las hojas de cálculo o la base de datos Microsoft Access para consolidar los flujos de caja y realizar previsiones. Los métodos actuales son ineficaces y provocan una mala gestión de la información y pistas de auditoría poco sólidas.

El estado actual de los mercados de crédito da un impulso adicional para revisar los procesos actuales de gestión de liquidez, y por tanto la necesidad de los bancos de tomar decisiones basadas en datos más precisos. Los bancos entrevistados por Aite afirmaron que, aunque los datos en tiempo real o casi real son muy importantes para asegurar que se toman decisiones de financiación correctas, el 45% de los gestores de efectivo interno toman decisiones en base a información en serie calculada sobre datos de la jornada anterior.

Las condiciones volátiles del mercado están afectando al coste y a la disponibilidad de créditos a corto plazo. Pero el tiempo que se consume (sólo) en reunir datos hace que incluso los bancos más importantes se limiten actualmente a gestionar su efectivo a corto plazo, cuando podrían tener una visión a largo plazo más estratégica, reduciendo la necesidad de déficits de fondo en el efectivo.

Las actuales herramientas, típicamente de proceso batch, no aportan toda la información, lo que hace aumentar la posibilidad de que se produzca una mala gestión de los fondos creando riesgos innecesarios. La información en tiempo real está disponible y podría ser utilizada por herramientas especializadas, lo que permitiría a los bancos optimizar el uso de sus fondos más líquidos.

El objetivo de la gestión de efectivo es sacar provecho de sus movimientos asignando los fondos para minimizar los descubiertos y maximizar las devoluciones de intereses. Realizando previsiones a largo plazo más precisas los bancos podrán acceder a los mercados interbancarios con más conocimiento y así conseguir una financiación más barata. Consolidando todas sus fuentes de datos, los bancos pueden identificar y aprovechar oportunidades antes de que cierre el mercado, optimizando las posiciones de efectivo y evitando intereses y cargos por descubiertos.

La gestión de efectivo es importante para los bancos, pero también para los departamentos de tesorería de las grandes multinacionales que pueden optar entre invertir en sus propias capacidades de gestión de efectivo o contratar dicho servicio a su banco. La provisión de operaciones de gestión de efectivo a sus clientes podría ser una interesante oferta de mercado para muchos bancos españoles.

Los cambios que podemos ver en los mercados de crédito mundiales no crean más necesidades de gestión de efectivo, pero actúan como catalizador para un cambio. Invertir en una mejor gestión de efectivo es cada día más importante y las soluciones tecnológicas disponibles hacen que dicha inversión sea más fácil que nunca.

Gregory Pankhurst. Director de SmartSteam Technologies en España

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