El potencial estratégico de la diversidad cultural
Los estudios realizados sobre inversiones extranjeras señalan que el 75% de éstas fracasan por una incorrecta comprensión del elemento cultural. En positivo: una de las claves para el éxito de la operación se halla en una correcta comprensión de la cultura y modos de hacer de un socio, cliente o proveedor internacional. La cultura cobra una especial importancia en las relaciones comerciales con nuestro vecino Marruecos que, aún siendo ya su segundo socio comercial, sigue presentando un enorme potencial para la expansión exterior de nuestras empresas.
Recientemente, un grupo reducido de expertos internacionales, liderados por la Fundación ONA de Marruecos y la Fundación Instituto de Empresa de Madrid, discutieron sobre algunas herramientas prácticas que permitan una mejor integración de la cultura en las operaciones comerciales, durante la segunda reunión del think tank sobre diversidad corporativa en el contexto hispano-marroquí.
Este think tank sobre diversidad corporativa se constituyó en Casablanca en diciembre de 2005, como un proceso orientado a mejorar la comprensión de la diversidad cultural en el contexto empresarial hispano-marroquí. El grupo de expertos que forman este espacio de reflexión está formado por empresarios, directivos, periodistas, políticos, académicos (filósofos, antropólogos, economistas y arabistas), así como otras personalidades destacadas. Una de sus premisas consiste en la necesidad de contar con datos empíricos para una mejor comprensión del mundo empresarial hispano-marroquí. Por ello se desarrolló durante el pasado año una investigación sobre la percepción y la práctica del elemento cultural en la empresa marroquí, cuyos resultados animaron el debate de los expertos reunidos en Madrid.
Los resultados del estudio dan nueva luz a elementos tan importantes como tradición y modernidad en las prácticas empresariales marroquíes o la aplicación en ese entorno cultural de distintos modelos de gestión existentes. Estas reflexiones apuntan algunas claves de actuación de gran utilidad para la empresa española que aspire a entrar en ese mercado.
Entre las conclusiones del estudio se encuentra la constatación del gap existente entre la percepción y la práctica de la diversidad cultural. Mientras que la mayoría de los empresarios encuestados son conscientes de la existencia de modos culturales de gestión diferentes y del potencial existente en la diversidad cultural, son pocos los que de manera explícita intentan integrar algunas de sus premisas en la gestión diaria.
Esa realidad lleva a la reflexión sobre uno de los problemas que se plantean en la práctica de la gestión cultural: la dificultad para su enseñanza. La cultura, por el contrario de ciencias como las matemáticas, por ejemplo, no puede explicarse de manera normativa, y su conocimiento no sirve para establecer un plan de acción con pequeños márgenes de error.
La cultura, así como otras ciencias humanas, es dinámica y cambiante ya que la realidad que estudia es dinámica y cambiante también, y el observador no es ajeno a esa realidad, sino que tiene la capacidad de modificarla. La gestión cross-cultural, es por lo tanto un conocimiento reactivo, que implica diferentes cursos de acción en diferentes momentos y necesita una capacidad de reflexión, que permita identificar algunos elementos e integrarlos en la fluidez de la relación. Esa capacidad de reflexión se ha convertido en una de las habilidades más demandadas para los directivos internacionales.
La diversidad cultural necesita un vaciado de los preconcebidos existentes y un posterior ejercicio de exploración de la propia manera de actuar y de cómo ésta complementa a otras maneras posibles. E. T. Hall, uno de los pioneros en los estudios de gestión cultural, identificaba diferentes comportamientos en la percepción del tiempo y describió lo que se conoce ahora como gente monotarea o multitarea, modos diferentes de percibir el tiempo que sin embargo se complementan en un marco de acción más amplio, en donde cada uno puede contribuir al bien general de la organización. Se trata, en definitiva, no de romper arquetipos, que fuera de prejuicios tienen una razón de ser, sino de englobarlos, comprendiendo que diferentes maneras de actuar y de ser tienen cabida en todos los niveles. Sólo así la gestión de la diversidad será una auténtica llave maestra, una clave de éxito de las corporaciones que operan en un entorno global.
El entorno empresarial marroquí se encuentra cada día más cercano para la empresa española, como lo demuestra, según datos de la Cámara de Comercio Hispano-Marroquí, la presencia de 800 empresas españolas. Queda todavía en aquel país un gran potencial por desarrollar, por lo que un mejor conocimiento cultural ayudará a reforzar y a consolidar unas relaciones cada vez más sostenibles entre las dos orillas del Estrecho.
Celia de Anca. Directora del Centro de Diversidad del Instituto de Empresa Business School