El crecimiento alcanzó el 4% en el último trimestre
La economía española creció un 4% en el último trimestre del año pasado, para saldar el ejercicio con una media del 3,8%. La mejoría del sector exterior ha compensado de sobra la ligera ralentización de la demanda interna, para concluir el año con el crecimiento más alto desde 2001.
España sigue acelerando. Pese a los augurios que advierten de la inviabilidad de un modelo económico basado en el ladrillo y la hostelería, el horizonte final del actual ciclo expansivo -que acumula ya 13 años- todavía no se divisa. Según las estimaciones publicadas ayer por el Banco de España, el producto interior bruto creció en el último trimestre de 2006 un 4%, lo que dejaría la media del año en el 3,8%. El registro supera en tres décimas al de 2005, y supone el mayor ritmo de avance de la economía española en los últimos cinco años. España mantiene, además, más de un punto de diferencial de crecimiento respecto a la zona euro.
La tendencia ascendente se observa también trimestre a trimestre: del 3,6% y el 3,7% registrado en los dos primeros, se pasó al 3,8% en el tercero y al 4% del último. Detrás del repunte de la actividad en el cuarto trimestre se encuentra una aceleración de la demanda nacional y una reducción de la aportación negativa de la demanda externa, que se situó en 9 décimas.
El crecimiento del consumo se estabilizó en el último trimestre en el entorno del 3,6%, cortando la tendencia bajista vigente desde hace dos años. El dinamismo del empleo, la rebaja de la inflación y el efecto riqueza (derivado de la apreciación de la vivienda y la revalorización bursátil) explican, según el organismo supervisor, dicha estabilización. Pese a una 'ligera inflexión' del recurso al crédito, causada por la subida de tipos de interés, el de endeudamiento de los hogares podría superar en un 25% su renta bruta disponible.
El aumento de la inversión en bienes de equipo ronda el 10% y el del consumo se estabiliza en el 3,6%
Inversión en ascenso
En su conjunto, el año pasado registró un importante incremento de la inversión empresarial, siguiendo la senda iniciada en 2005. El Banco de España atribuye la mejoría a la expansión de la demanda (en particular, la actividad exportadora), la situación saneada de las empresas y las buenas expectativas de beneficios empresariales. En concreto, la evolución de los bienes de equipo es la más expansiva de la demanda interna, y roza ya el 10% de crecimiento interanual.
En cuanto al sector público, el boletín de enero del Banco de España destaca que también contribuyó a la expansión del gasto, sobre todo, en construcción no residencial. El consumo público supera el 4% de crecimiento, pero, gracias a un incremento 'muy importante de la recaudación', las administraciones públicas lograron un superávit del 1,4%. El Programa de Estabilidad 2006-2009, elaborado por el Gobierno, contempla saldos positivos en todo ese horizonte, si bien con un perfil decreciente.
Entre las noticias positivas de 2006, destaca el mejor comportamiento del sector exterior: en sólo un año, ha pasado de restar 1,9 puntos al crecimiento a 1,1. La recuperación económica de los grandes países de la zona euro (principales clientes de los productos españoles) explica la mejoría de las exportaciones, que, aun así, queda detrás del tirón de las importaciones.
La entidad dirigida por Miguel Ángel Fernández Ordóñez recuerda que el año pasado hubo un nuevo deterioro de la competitividad-precio, si bien de menor intensidad que en ejercicios anteriores. Además, la recuperación de las exportaciones fue más intensa en la primera parte del año. El sector turístico, por su parte, mantuvo el año pasado 'un comportamiento muy poco expansivo, si bien en los dos últimos trimestres se registró una cierta recuperación de los ingresos. Con estos condicionantes, 2006 ha supuesto un aumento de la necesidad de financiación de la economía, variable que en el tercer trimestre equivalía ya al 7,9% del PIB.
Por encima del 'potencial' de la economía
El boletín económico del Banco de España de enero incluye un capítulo sobre el crecimiento potencial de la economía española. Es éste un término bastante confuso, porque, de hecho, se dan muchas ocasiones en que el crecimiento real es superior al potencial (lo que, en lenguaje común), significaría que el país crece más de lo que puede crecer.Como explica el propio organismo supervisor, se entiende por crecimiento potencial el nivel de producción al que la economía es capaz de llegar utilizando los factores productivos y la tecnología disponibles, sin generar presiones inflacionistas. Consigue, por tanto, reflejar el funcionamiento de la oferta de la economía. Las desviaciones respecto a ese 'potencial' responden a la situación cíclica, influida, a su vez, por las condiciones de la demanda.La mediación del potencial de crecimiento resulta complicada, pues requiere un alto grado de información y un número apreciable de simplificaciones. Aplicando la metodología de la OCDE y la Comisión Europea, el Banco de España concluye que, entre 2001 y 2005, el crecimiento potencial de la economía española se situó entre el 3% y el 3,5%, mientras que en la década de los noventa no alcanzaba el 3%. En cualquier caso, todas las estimaciones coinciden en que la actividad real superó a la potencial en los últimos años. La brecha positiva se originó a partir de la recuperación económica de la segunda mitad de los 90 y, tras alcanzar su máximo en torno a 2000, se ha mantenido relativamente estable en los últimos cinco años. Esta diferencia, explica el Banco de España, 'es compatible con la existencia de tensiones inflacionistas derivadas de la fortaleza de la demanda'.