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Tribuna
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Nuevos valores, nuevas oficinas

Los cambios sociales, demográficos, culturales y tecnológicos que definen esta nueva era se traducen en nuevas estructuras y culturas empresariales y en dinámicas de trabajo diferentes. Y en este nuevo contexto, se han reinventado las oficinas, con diseños y prestaciones acordes a los nuevos valores empresariales.

Entre los cambios más importantes en lo que es el trabajo en sí cabe destacar: mayores dosis de flexibilidad y movilidad -trabaja donde y cuando quieras- y un mayor protagonismo de las personas en lo que se ha denominado la sociedad de los compradores, o de los trabajadores del saber, y su expresión en una mayor atención a sus demandas. Hoy el talento lo es todo.

Las nuevas formas de organización están más centradas en las personas y en los conocimientos. Y las nuevas estructuras y mecanismos de coordinación de las empresas apuestan por la simplificación y descentralización de la estructura organizativa, por las estructuras organizadas no tanto en torno a funciones o productos como a procesos o mercado objetivo y un mayor recurso al trabajo en equipo.

Asistimos al desarrollo de un nuevo estilo de dirección y liderazgo más participativo, que confiere mayor autonomía a los individuos y equipos, que fomenta la innovación y la creatividad, que potencia el flujo y el intercambio de información a todos los niveles, y que fomenta una mayor orientación al cliente (tanto interno como externo) y la orientación a resultados.

Flexibilidad, movilidad, flujo de ideas, creatividad, trabajo en equipo… Estas son algunas de las claves de éxito de las empresas hoy en día. Todos son factores de cambio. Están cambiando la manera de concebir las organizaciones y el valor de las personas. Y también están cambiando la manera en que se percibe el espacio de trabajo. Los nuevos modelos de gestión, caracterizados por la horizontalidad, el protagonismo de las personas, la comunicación y la interacción ya se han filtrado en el diseño de las oficinas.

El espacio no es sólo un escenario. Es una herramienta de gestión que bien diseñada puede ayudar a que éstas se desarrollen eficazmente y a que las empresas mejoren sus resultados. Ya no se trata de sentar a un determinado número de empleados en una serie de metros cuadrados, sino de ayudar a las empresas a convertir los centros de trabajo en lugares estupendos para trabajar. En el mundo empresarial actual, donde el capital humano es uno de los principales activos de las empresas, la oficina tiene que proporcionar a las organizaciones el entorno perfecto para que las personas se sientan cómodas, desarrollen su talento y alcancen su máxima eficacia.

El espacio hoy debe unir eficacia con representatividad y confort. La oficina se ha convertido en un potentísimo instrumento para la transmisión y generación de imagen corporativa y valores, y en un lugar de relación entre personas.

La oficina puede ayudar a mejorar el clima laboral y los resultados de las empresas actuando desde varios frentes: incrementando la calidad de vida de las personas con diseños saludables y ergonómicos; facilitando que las diferentes tipologías de trabajo se puedan realizar eficazmente, como factor de motivación, al convertir con su diseño el entorno en un lugar estupendo para trabajar, influyendo positivamente en la vida de las personas, mejorando con ello su percepción de satisfacción vital. Y, por último, como valor añadido en la captación y retención del talento.

El talento es hoy el mayor valor y también el más escaso, lo que ha desencadeno -junto con la mayor confianza económica y empresarial- un nueva guerra por el talento. Un factor estelar para retener el talento es lograr que el trabajador se sienta parte de una empresa atractiva y con una marca reconocida. Y en esa imagen que tiene que seducir al candidato desempeñan un importante papel las propias oficinas de la compañía. El espacio es el reflejo de esa organización. Transmite la cultura de la empresa (si es abierta o cerrada, horizontal o vertical, participativa…), las formas de trabajo, la jerarquía, si se ha incorporado la diversión en el día a día, si hay comunicación, si se trabaja en equipo… El espacio nos dice si esa empresa valora a las personas, si hay posibilidades de crecer en ella, si hay privacidad… en definitiva, si es verdad todo lo que cuenta. La oficina es un potente instrumento de comunicación y transmisión de valores.

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