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Retirada

La difícil hora del adiós

Este domingo es probable que Michael Schumacher anuncie, a sus 37 años, su retirada de la F-1 en Monza. Lo hará coincidiendo con su carrera 250 y habiendo cosechado siete títulos mundiales. Sin embargo, su salida no se hará por la puerta grande. El año pasado acabó su reinado tras la coronación en los circuitos de Fernando Alonso, y la presente temporada la ha salpicado con algunos errores, como en Australia, Montecarlo, Hungría y Turquía, que han puesto en entredicho su situación en el campeonato. Tampoco su escudería, Ferrari, está contenta con la actuación del Káiser, y tienen previsto ofrecerle todo el protagonismo para el año próximo al finlandés Kimi Raikkonen.

Ante este panorama, a Schumi, el piloto más laureado, pero también el más sancionado de la historia del F-1, no le quedará otra alternativa que retirarse de la pista. Pero antes seguirá peleando por conseguir el podio en los cuatro grandes premios que quedan antes de finalizar el campeonato. 'Es difícil decidir el momento de la despedida, sobre todo cuando se ha tenido tanto éxito, pero lo que no se debe hacer nunca es agotar el valor de la marca y esperar a que sea el mercado quien te eche', afirma Ignacio Urrutia, director académico del Centro Sport Business Management del IESE.

Lo idóneo es marcharse en la cima y que en el recuerdo pese ese liderazgo. 'No hay nada más triste para un deportista o para un gestor que el ver que ya no rindes ni consigues buenos resultados y que te obliguen a marcharte', reconoce Juan Miguel Antoñanzas, de 73 años, que dejó la presidencia de Uralita hace tres.

Es mejor abandonar cuando se tiene éxito, a que te inviten a hacerlo cuando los resultados ya no son tan óptimos. Pero lo difícil es ser valiente y tomar esa decisión. Todo esto lo argumenta con detalle el director del departamento de Dirección de recursos humanos de Esade, Ceferi Soler, para quien el mayor error que se comete, tanto en el deporte como en el sector empresarial, es no reconocer el momento en el que se debe abandonar. 'Cuesta mucho darse cuenta de que ha llegado el momento de salir. El problema de las estrellas es que se rodean de gente aduladora, incapaz de realizar ninguna critica', señala Soler, quien añade que este ejemplo se puede observar en las empresas cuando los presidentes o consejeros delegados se rodean de consejeros y equipos con criterios afines.

'El éxito tiene la virtud de anestesiar y no te deja ver la realidad tal y como es'. Según Soler, se empieza por tomar un ascensor distinto al del resto del equipo, por tener chófer y por supuesto aseo privado. 'Y se acaba por no ver más allá de todo esto y por separarte de todo aquello que no es afín', señala el docente de Esade. En su opinión, un claro ejemplo de retirada a tiempo fue la del ciclista Miguel Indurain, 'una persona austera que supo rodearse de gente sencilla, no de aduladores'. En este discurso coincide el profesor del IESE, Ignacio Urrutia: 'Siempre es bueno tener al lado una voz critica, que sea capaz de decir cómo es la realidad. Cuando no se pierde la ilusión en un proyecto o en un deporte es mejor dejarlo'. Pero si se tiene entusiasmo no hay razón para la marcha. Así lo cree el profesor de estrategia del Instituto de Empresa, David Allen: 'Hay casos, como el de Schumacher, donde la estrella funciona como una empresa y donde si no obtienes resultados y eres el número uno es mejor irse. Hay otros casos en el mundo de la empresa en los que se sigue disfrutando como el primer día y no hay razón para marcharse'. Más que por cuestiones económicas, el apego a un cargo o a una determinada posición viene justificado por la erótica del poder. 'Y renunciar a eso es lo más duro. Hay que ser valiente para abandonar cuando se está en el mejor momento, y haber dejado un sucesor', afirma Juan Mateo, presidente de Training Lab.

Ruido de aplausos

Precisamente, esta semana ha sido una de las más duras para el primer ministro británico Tony Blair, que ha visto como siete altos cargos gubernamentales han dimitido para forzar su salida. La crisis saltó la semana pasada cuando Blair se negó a ponerle fecha al traspaso de poderes a su sucesor, Gordon Brown. La respuesta no se hizo esperar: una veintena de jóvenes diputados, hasta ahora afines al primer ministro, le remitieron una carta pidiéndole que renunciara a su cargo o fijara una fecha para abandonar Downing Street. Según The Sun, la fecha de la dimisión sería el 31 de mayo de 2007, una vez cumplida una década en el poder. Sin embargo, los afines a Brown consideran muy lejana esta fecha. 'El problema es que no se dan cuenta de que se ha agotado un periodo. Y suele ocurrir que a casi todos los que se resisten los suelen echar los resultados. Renunciar a las prebendas de ser el número uno es muy complicado', señala Mateo. Y esto sucede, añade Ceferi Soler, porque el ruido del motor y de los aplausos no te deja oír lo que ocurre de verdad. 'Un éxito no garantiza el siguiente, y lo que hay saber escuchar son las indicaciones de los mecánicos que son críticos o de los que no te aplauden', afirma el profesor de Esade.

La edad no parece ser un obstáculo para tener que dejar un determinado puesto. Pero sí tiene que haber un límite. Juan Miguel Antoñanzas se lo puso él mismo, como reconoce, para abandonar a los 70 años la presidencia de Uralita. 'Hay que saber irse y agotar periodos. Lo valiente es dejar el cargo en la cresta de la ola y tener el valor suficiente para saber ver que la ola se va a romper', asegura este ejecutivo, que en la actualidad ocupa, entre otros, la vicepresidencia de Técnicas Reunidas. Lo que deben perseguir las estrellas es no perder su brillo y saber dejar paso a nuevos talentos. Es una forma elegante de seguir ganando. 'Lo mejor es dejar siempre un buen recuerdo y mantener el prestigio', concluye Ignacio Urrutia. Es algo que buscó Zidane, cuando anunció de una forma elegante y meditada que se despediría del fútbol tras el Mundial de Alemania. Lo que vino después, ésa es otra historia.

Alonso sí tiene decidido cuándo se va

Todavía no ha anunciado la fecha de su salida de la Fórmula 1, pero Fernando Alonso sí ha repetido en numerosas ocasiones que su sueño de ser campeón del mundo ya se ha cumplido y que a los 37 años, la edad de Schumacher, él ya no correrá en la alta competición. El piloto asturiano, de 25 años, parece que tiene claro cuándo se debe producir la retirada, y que en su caso no va a sufrir el desgaste de la presión y de los resultados negativos. De momento, su marcha voluntaria de los circuitos parece lejana, aunque todo puede cambiar. Según apunta Juan Mateo, el egocentrismo de las estrellas es de tal magnitud que muchas veces no se dan cuenta que una retirada a tiempo es también una victoria. Y lo importante, según recalcan todos los expertos consultados por este periódico, es rodearse de buenos asesores que no se dejen deslumbrar por el brillo del éxito.

En este sentido, Alonso parece que va por esta senda y salvo su equipo de confianza, entre los que se encuentra su familia, permanece alejado de los aduladores de turno. 'El mayor error es dejarse seducir por todos aquellos que te alaban. Tenemos el caso de un jugador como Maradona, que procedía de una clase humilde, se rodeó de malos consejeros y no supo digerir el éxito', afirma Ceferi Soler. El profesor de Esade aprovecha para realizar la siguiente reflexión: 'No abandonamos los puestos porque nos da miedo enfrentarnos a una emoción, la soledad. Es algo que sucede a todas las edades. Hay que ser inteligente para planificar esto'.

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