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Política monetaria

España será uno de los países que más sufrirá las subidas de tipos

La progresiva subida de los tipos de interés que ha emprendido el Banco Central Europeo, y que previsiblemente llevará el precio del dinero al 3% antes de que acabe el año, desde el 2,5% actual, forzará una caída de la demanda del consumo en la Eurozona en los primeros meses del 2007, según ha señalado Standard & Poor's en su último informe económico sobre la región. Entre los países más expuestos a ese frenazo está España.

Si Francia e Italia sufrirán en menor medida sus efectos gracias a que poseen niveles más bajos de deuda al consumo y ­sobre todo- unas tasas más altas de ahorro-, España, junto con Alemania, Holanda e Irlanda serán los países que más expuestos queden a las previsibles subidas de los tipos de interés.

Standard & Poor's estima que la demanda al consumo alemana crecerá un 1% en términos reales en el año, pero caerá hasta un 0,1% en 2007. Por lo que se refiere a la demanda al consumo francesa crecerá un 2,5% este año y en 2007 se situará en el 2%.

El BCE podría acelerar las subidas

Precisamente hoy, el gobernador del BCE ha recordado que el organismo que preside está siempre alerta ante los riesgos inflacionistas y mantiene abiertas todas las opciones sobre el ritmo de movimiento de los tipos de interés.

Eso se ha interpretado inmediatamente como un recordatorio por parte de Trichet que el BCE no sólo tiene la capacidad para subir los tipos cuando quiera, sino también lo que estime conveniente, lo que lleva a pensar inmediatamente en la posibilidad de alzas superiores al cuarto de punto porcentual, como hasta ahora venía siendo habitual. "Nunca nos comprometemos incondicionalmente en ninguna acción particular. Haremos lo que sea necesario cuando sea necesario", ha afirmado en ese sentido Trichet.

La mayor parte de los analistas sigue pensando que el banco seguirá con las subidas de 25 puntos básicos, y que la próxima subida no se producirá hasta finales de agosto. Pero lo cierto es que el inusual aluvión de comentarios por parte de miembros del BCE de la última semana parece estar diseñado para alertar con suficiente antelación a los mercados financieros sobre una aceleración del ritmo de subidas.

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